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Decenas de miles de manifestantes marchan contra las redadas y a favor de la reforma

Washington – Decenas de miles de activistas a favor de los inmigrantes participan hoy en una movilización nacional en EEUU para exigir el fin de las redadas y una reforma migratoria que legalice a millones de extranjeros clandestinos.
 

La movilización nacional, que coincide con el Día Internacional del Trabajo en todo el mundo menos en EEUU, busca reactivar el debate sobre la reforma migratoria integral, que fracasó en el Congreso el año pasado.

Las redadas en los centros laborales, que en 2007 llevaron al arresto de más de 4.900 personas, centran la ira de los activistas, que acusan a las autoridades federales de atropellar los derechos civiles de los inmigrantes y causar el quebranto de las familias.

Aunque con menos afluencia que en años anteriores, la jornada de protestas cuenta con el apoyo de sindicatos y del empresariado, principalmente de los sectores agrícola y de servicios, que requieren de la mano de obra barata del inmigrante.

En Washington, cerca de un centenar de miembros de la Coalición 1 de Mayo marcharon hacia las sedes de los partidos Demócrata y Republicano para exigir que los candidatos presidenciales se comprometan con la reforma.

Los activistas, entre ellos Virginia Leavell, entregaron una carta dirigida a los dirigentes de ambos partidos y a los candidatos presidenciales Hillary Clinton, Barack Obama y John McCain, en la que piden respuestas «a uno de los asuntos de derechos civiles más apremiantes de esta nación».

«Los inmigrantes son víctimas de redadas, persecución y discriminación, y hay que poner fin a eso», dijo a Efe Leavell, coordinadora del grupo «Mexicanos sin fronteras».

En Chicago (Illinois), los manifestantes de varias etnias llenaron más de cinco cuadras y marcharon hacia Federal Plaza con gritos de «¡Sí se puede!» y carteles con mensajes variopintos.

En Los Ángeles (California), los organizadores anticipaban la participación de al menos 100.000 personas en la marcha.

Representantes de la Cámara de Comercio de Los Ángeles, flanqueados por políticos y sindicalistas, pidieron una reforma que incluya más visas laborales y la legalización de los indocumentados.

Los empresarios señalan que las redadas infunden temor incluso entre los inmigrantes legales y su éxodo significaría la quiebra de negocios, por lo que recomiendan que el Gobierno enfoque sus esfuerzos en aquellos que claramente explotan a los indocumentados.

Se calcula que en EEUU viven unos doce millones de indocumentados, y qué hacer con ellos es una pesadilla para los líderes del Congreso.

A falta de una reforma migratoria, gobiernos locales y estatales adoptan medidas policiales contra ellos.

Pero eso sólo transfiere el problema a localidades aledañas, ya que los indocumentados, como es el caso en el condado Prince William (Virginia), se mudan a sitios menos hostiles a los inmigrantes.

La reforma migratoria tuvo el apoyo de la Casa Blanca, pero quedó sepultada en el Congreso en 2007 por falta de consenso, y el presidente de EEUU, George W. Bush, no ha vuelto a tocar el tema.

Los aspirantes presidenciales añadieron su granito de arena a las protestas.

Clinton prometió acción sobre este tema «en los primeros cien días» de su Gobierno si gana en noviembre próximo, mientras que Obama instó a los manifestantes a que redoblen los esfuerzos de inscripción de electores porque «su voz es su voto».

La campaña de McCain asegura que el senador de Arizona apoya la reforma, pero que, primero, quiere reforzar la seguridad fronteriza.

Según algunas encuestas, buena parte de los votantes hispanos se identifica con los demócratas, especialmente en lo que se refiere al tema migratorio.

Esto se debe a la percepción de que los republicanos, y grupos conservadores afines, son los que promueven medidas para estrechar el cerco a los «sin papeles».

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