¿Será posible que una actividad que es considerada aburrida, que requiere inversión de tiempo y de dinero se cambie en poco tiempo para una actividad agradable y rentable? ó aún, ¿Será posible que alguien que no sea hondureño pueda comprender el corazón catracho?
En Belén Gualcho, Ocotepeque; Veracruz y San Nicolás, Copán; Lepaterique, Francisco Morazan; Sonaguera, Colon; y Trojes en El Paraíso, estas preguntas están siendo contestadas no sólo con palabras, sino con hechos. Un experto de descendencia japonesa contratado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), el Ing. agrónomo Nelson MATSUO, está en el país actuando en el campo junto con los pequeños agricultores de cinco departamentos, enseñándoles técnicas de manejo apícola, y probando con resultados positvos que la apicultura en Honduras es una actividad de facil conducción, agradable y rentable.
En el municipio de Lepaterique, Departamento de Francisco Morazán, un grupo de apicultores ya ha obtenido resultados bastante satisfactorios en solamente seis meses. “Antes que nada, Nelson ha levantado nuestra moral”, es lo que dice uno de los miembros de la Asociación de Apicultores de Lepaterique AAPIL, un grupo de apicultores de Lepaterique. Exigindoles primero los valores fundamentales, como la seriedad, honestidad, disciplina y, principalmente las ganas de cambiar su situación con su propio esfuerzo, el Ing. Nelson explica que “lo fundamental en un proyecto de cooperación técnica no es el monto invertido ni tampoco el nivel técnico del experto, sino la cabeza de los propios beneficiarios. En verdad, la capacitación técnica no es para quien lo quiera, sino para quien lo merezca.”
Las técnicas enseñadas por el experto han sido recibidas con cierta desconfianza por parte del grupo de Lepaterique, puesto que habian muchas diferencias con las técnicas conducidas antes de la venida del experto a la zona. Poco a poco, la apicultura conducida de manera empírica fue siendo substituida por una base teórica, y las dudas existentes fueron siendo solucionadas una por una. “Hoy estoy mucho más seguro con la conducción de la apicultura. Antes, no sabíamos bien por que hacíamos ciertas tareas con las abejas, pero hacíamos por que era la costumbre, o por que escuchamos de otras experiencias en el pueblo. Nelson nos ha enseñado la razón, y la explicación de por que debemos hacer ciertas tareas, o por que no es recomendable hacer otras”, comenta Antonio, uno de los apicultores del grupo.
La seriedad y la disciplina exigidas por el experto han resultado en un colmenar organizado, las cuales permiten un manejo de una manera sencilla, en corto espacio de tiempo. El presidente del grupo, Sr. David Flores habla con orgullo uno de los cambios: “Antes, gastábamos cási 3 horas para tocar dos o tres cajónes. Ahora, con las colmenas organizadas, en menos de una hora consigo hacer el manejo en todos los cajónes. La ida al colmenar ahora es algo que hacemos con gusto, pues es agradable estar con las abejas, entendiendo su comportamiento y ayudarlas”.
El cambio de la mentalidad en relación a la conducción de la apicultura ha resultado en disminución de gastos, principalmente por no tener que gastar para comprar los remedios para las abejas. Además de producir una miel mucho más sana sin contaminantes y teniendo respeto al medio ambiente, la producción de la miel ha aumentado en cási 6 veces en relación a la producción del año pasado.
Por alguna razón, el Ing. agrónomo Nelson Matsuo ha conquistado el corazón de estos apicultores, no con uso de su poder, sino con el uso de una autoridad a él conferida por los propios apicultores involucrados. “Si Nelson no estuviera aquí, el grupo ya estaria descompuesto”, finaliza el Sr. Simon, otro apicultor del grupo.
Ese proyecto inicio a solicitud del Gobierno de Honduras a través de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), y de la Asociación Nacional de Apicultores de Honduras -ANAPIH, y tiene como objetivo el mejoramiento de la calidad y cantidad de miel a través de capacitaciones técnicas frecuentes y constantes, culminando con la construcción de centros de acopio alineados con los reglamentos higiénico-sanitarios aprobados internacionalmente.