Fernández Bermejo presentó la dimisión «con carácter irrevocable» tras una semana de ser objeto de durísimas críticas por su participación en una montería en la provincia andaluza de Jaén, en la que coincidió con el juez de la Audiencia Nacional española, Baltasar Garzón, que investiga una presunta trama de corrupción que implica a varios cargos del opositor Partido Popular.
Esa coincidencia, unida a que el ministro acudió sin disponer de la licencia necesaria para cazar en Andalucía, la comunidad autónoma del sur de España donde se celebró, desencadenó un raudal de críticas y peticiones de dimisión por parte de la oposición y el malestar dentro de las filas del gubernamental Partido Socialista (PSOE).
Además, la pasada semana, Fernández Bermejo tuvo que hacer frente a la primera huelga de jueces que se llevó a cabo en España.
El titular de Justicia explicó que dimitía porque no puede tolerar la «utilización» política que se está haciendo de su encuentro con Garzón y para no dañar al PSOE.
La dimisión se produce a solo seis días de la celebración de las elecciones regionales en Galicia y el País Vasco, en las que las encuestas dan una situación muy pareja entre los principales partidos y en las que Zapatero y el líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, medirán sus fuerzas.
Rajoy concentró en Bermejo sus ataques durante el fin de semana de campaña en su Galicia natal, donde de forma reiterada reclamó la dimisión del ministro.
Algunos diarios aludían hoy a la circunstancia de que la actuación del responsable de Justicia había dado aire al PP en plena campaña electoral en un momento en que ese partido afronta una complicada situación con una investigación judicial abierta por una presunta trama de corrupción que salpica a varios de sus cargos.
Dos destacados dirigentes del Partido Socialista de Zapatero, el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, y el cabeza de lista en las elecciones en el País Vasco, Patxi López, coincidieron hoy, horas antes del anuncio de dimisión, en criticar la cacería del ministro y el juez Garzón.
«La cacería del ministro Bermejo con el juez Garzón no ha gustado a ningún socialista», aseguró López en una entrevista en el diario «El Mundo» en la que añadió que el juez de la Audiencia Nacional «debería ser menos juez estrella y hacer su trabajo en silencio».
Bono declaró a su vez a la cadena de radio Onda Cero que el episodio de la cacería no «gusta nada» a la «inmensa mayoría» del Partido Socialista «por diversas circunstancias» y que «las últimas de la licencia no son nada desdeñables».
Fernández Bermejo, de 61 años, jurista de formación, fue nombrado ministro en febrero de 2007, momento en el que ocupaba el puesto de fiscal jefe de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo de España.
Los dos años que permaneció al frente del Ministerio de Justicia se caracterizaron por sus desencuentros y numerosos enfrentamientos con distintos estamentos judiciales hasta desembocar en la huelga de jueces del pasado 18 de febrero, un hecho sin precedentes en España.
Su dimisión fue recibida con abierta satisfacción no solo por la oposición política sino también por las asociaciones de jueces.
Fernández Bermejo «no ha estado nunca a la altura» ya que «nunca entendió cuáles han sido los problemas de la Justicia», dijo a Efe el presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), José Antonio Ballesteros.
En el mismo sentido se pronunciaron los portavoces de otras asociaciones, que coincidieron en considerar que creó más problemas que soluciones.
El Gobierno le agradeció «el esfuerzo y la dedicación», en un comunicado.