Así lo explica el designado presidencial y miembros del Consejo Nacional del Café, Samuel Reyes, quien manifiesta como el 92 por ciento de los cultivos del armónico grano están distribuidos entre familias productoras que poseen menos de 10 manzanas de sembradíos, que a la hora de la cosecha, son atendidos por el grupo familiar en pleno.
En la región occidental de Honduras, por ejemplo, es usual que durante la recolección cafetera los niños participen en los cortes debido a que el cultivo es la fuente de vida de la familia y la cosecha coincide con buena parte del período de las vacaciones escolares.
El año cafetero se inicia el primero de octubre de cada año y concluye el 30 de septiembre pero, la temporada de corte del fruto, en uva, se realiza desde mediados de octubre hasta parte de febrero. El año escolar hondureño culmina a inicios de noviembre para retornar a las aulas a mediados de febrero.
El café es un cultivo tradicional que en Honduras permite una especie de equilibrio social en una nación donde la inequidad y los contrastes en la distribución de la riqueza son profundos.
La recolección brinda empleos a más de un millón de corteros y es una fuente generadora de divisas de primer orden. La cosecha 2009 -2010 permitió la generación de divisas por 650 millones de dólares.
![]() | En declaraciones ofrecidas a Proceso Digital, el designado presidencial, Samuel Reyes, dijo que “los niños se involucran en las labores de cosecha como una forma de protegerles y de mantener la unidad familiar”.
Explicó que la movilización de personas durante los cortes del aromático grano también conlleva mayores riesgos para los apacibles pobladores de las zonas rurales. |
El tránsito de personas eleva los niveles de delincuencia y llevar a los niños a las fincas garantiza que se mantengan acompañados ya que mientras sus padres y ellos cortan el café las viviendas quedan solas.
Reyes, dijo que hay experiencias duras de hechos delincuenciales que afectan a los niños durante las labores de recolecta del grano por el hecho de dejarlos%26nbsp; solos en las viviendas y seguidamente recordó el caso de la hija de una familia productora en el occidental poblado de Lepaera, Lempira, quienes fue abusada sexualmente.
Agregó que el tema del trabajo infantil en las fincas de café de Honduras es especial y diferente por lo que es abordado con entidades internacionales que se dedican a la protección de los menores, incluido el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros cooperantes que conllevan responsabilidad en el tema.
Indicó, se analiza la readecuación del año escolar en las zonas productores de café para que marche en armonía plena con la época de la cosecha y así garantizar la unidad familiar y la seguridad de los pequeños.