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Brasil pide que los países aliados no inviertan recursos para espiarse

Río de Janeiro- El jefe de Asuntos Estratégicos del Estado Mayor brasileño, Carlos Augusto de Sousa, aseguró hoy que los países aliados deben «compartir esfuerzos» en inteligencia y «no invertir recursos para espiarse unos a otros».
 

De Sousa se expresó así durante su intervención en la X Conferencia Internacional de Seguridad, organizada por la Fundación Konrad Adenauer, que se celebró este viernes en Río de Janeiro.

El representante del Ministerio de Defensa de Brasil se refirió en su intervención a las denuncias de que Estados Unidos espió a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y a empresas como la petrolera Petrobras, detalladas en documentos filtrados por el exanalista de la CIA Edward Snowden, hoy refugiado en Rusia.

De Souza recordó que Brasil presentó en las Naciones Unidas un proyecto de resolución para proteger la vida privada de los ciudadanos en el nuevo contexto de la comunicación digital, lo que, en su opinión, supone uno de los «grandes desafíos» de la seguridad mundial.

«Los estados deben respetar este derecho y perseguir las practicas nocivas que lo violan», aseguró.

El militar también desgranó algunos de los retos de seguridad a los que Brasil se enfrenta, desafíos todos ellos globales como el terrorismo internacional, la piratería en algunas rutas de transporte, el tráfico de armas y drogas o el ciberterrorismo.

En ese sentido hizo hincapié en la necesidad de colaboración entre países aliados para afrontar esos retos, una cooperación que ejemplificó en organismos permanentes como el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS) o las reuniones mantenidas con frecuencia por el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

También mencionó los tratados de cooperación que Brasil mantiene con algunos países europeos, gracias a los cuales ha podido diseñar submarinos nucleares y otros instrumentos de combate.

La cooperación de Brasil con los países de su entorno también fue objeto de análisis por De Souza, para quien América del Sur «es una región relativamente pacífica» cuyos países están «unidos por problemas comunes».

«Necesitamos unos de otros para resolver los males que nos afligen», aseveró.

Sobre los nuevos desafíos a los que se enfrentan los países, especialmente los emergentes, De Souza se refirió a las «inmensas desigualdades» que se han generado en los últimos años como consecuencia de la globalización.

En su opinión, las protestas que se han expandido por el norte de África, Turquía, Europa o Estados Unidos muestran «la elevada tensión entre gobernantes y gobernados».

Además, afirmó que «los ciudadanos son cada vez más conscientes de sus derechos y demandan cosas nuevas a los gobernantes», algo que, a su juicio, sucede gracias a la universalización de la educación. «Eso es algo bueno», concluyó.

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