Tegucigalpa – El analista nacional, Raúl Pineda Alvarado, reaccionó este domingo sobre las últimas masacres registradas en el país y criticó que a los actuales operadores de justicia se les percibe “perezosos y obesos” que han perdido el entusiasmo con el que inicio este gobierno la lucha contra la delincuencia común y organizada.
– Más de 25 personas han muerto en cuatro masacres esta semana, además de dos agentes policiales en otros sucesos.
– La ley no genera fenómenos mágicos, no es cuestión de derecho penal, arguyó.
– Instó que la depuración policial debe ser encomendada a la MACCIH.
La sociedad no quiere explicaciones, demanda soluciones, “los hondureños no podemos seguir siendo rehenes de la violencia”, indicó.
Sugirió a la sociedad “agruparse” alrededor de sus autoridades. “La sociedad no resolverá sus problemas con leyes, sino con actividades que vayan a la raíz del problema.
Recomendó que como la sociedad hondureña fracasó en el proceso de depuración policial, este proceso sea encomendado a la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) que recomendó la Organización de Estados Americanos (OEA).
Pineda Alvarado reflexionó que el presidente Juan Orlando Hernández debe pedir “cuentas” a los operadores de justicia y debe señalarles plazos para dar respuestas sobre los últimos crímenes.
“Esto no es de emitir decretos o crear más derecho penal, sino de acciones efectivas y creíbles que nos demuestren que el problema se está solucionando y la lucha contra la criminalidad no está perdida”, arguyó.
El analista citó que sumado a las múltiples matanzas, el hecho de encontrar armas y granadas en centros penales, solo demuestra que “hemos sufrido una involución, yo en este aspecto veo que la sociedad no tiene otra alternativa que dar algún respaldo a sus autoridades, sería suicida manejar esta problemática con sesgo político”.
Cuestionó que se asigne tanto presupuesto a secretarías como Defensa y Seguridad, ante los pobres resultados de los últimos años, al tiempo que puntualizó: “Para conducir el combate a la criminalidad se necesitan criminólogos y no ingenieros, abogados y peor militares, porque éstos no tienen la más mínima noción de enfrentar ese problema social que es la criminalidad”.
