El Niño agrava la sequía y aumenta el riesgo de más incendios en Colombia

Bogotá – El fenómeno de El Niño ha agravado la sequía que sufren algunas regiones de Colombia y al mismo tiempo aumentado el riesgo de más incendios forestales debido al incremento de las temperaturas, informó hoy el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

«Este fenómeno se traduce en Colombia en una disminución importante de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas particularmente en la región Caribe y andina del país», explicó a Efe el director del Ideam, Omar Franco.

El Niño es «la causa principal de las conflagraciones» que se han presentado en Colombia en los últimos días y también «de la disminución de los caudales de los ríos más importantes del país», agregó Franco.

Según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en Colombia se encuentran activos hoy 22 incendios forestales en siete departamentos, los cuales han consumido unas 76.000 hectáreas de bosques nativos y pastos.

Los últimos registros del Ideam señalan que «se ha producido un aumento de entre tres y cinco grados en diferentes zonas de Colombia» con respecto a su temperatura media, lo que atribuyen a El Niño.

Por otro lado, la falta de lluvias y el incremento de las temperaturas han provocado que «más de 300 poblaciones se encuentren con un alto grado de vulnerabilidad por desabastecimiento de agua».

«En la ciudad de Cali ya hay algunas comunas con algún tipo de racionamiento en el día, así como en algunas poblaciones del departamento de Cundinamarca y Tolima (centro) y por supuesto en el centro y norte de La Guajira (norte)», detalló Franco.

Este último departamento, situado en el extremo norte de Colombia y limítrofe con Venezuela, es en gran parte árido o desértico, por lo que el Gobierno ha tenido que excavar pozos para buscar agua para sus habitantes.

El fenómeno de El Niño se prevé que pueda «estar presente en el país hasta el primer trimestre de 2016» por lo que el Ideam recomienda «hacer un uso responsable del recurso hídrico y de la energía ya que casi el 70 % de la misma es producto de generación hidroeléctrica».

«La intensidad denota que no ha terminado de madurar el fenómeno, lo que se estima es que podemos tener el punto más alto de fuerza sobre el mes de noviembre y diciembre e inclusive para el mes de enero», vaticinó.

Franco reconoció que los efectos de este fenómeno «siempre han existido, pero se exacerban más con el cambio climático» y por esa razón «se vuelven más frecuentes, más intensos y más largos».

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