Escritor hondureño Julio Escoto: «es pena mayor» muerte de Galeano y Grass

Tegucigalpa – El escritor hondureño Julio Escoto lamentó hoy la muerte de los escritores Eduardo Galeano y Günter Grass por la calidad de sus obras.

«La muerte de ambos es pena mayor, dada la calidad de su obra», dijo a Efe, Escoto, quien en dos ocasiones se vio con Galeano, una de ellas en Costa Rica en la década de 1980 y otra en Colombia, en 2000.

En opinión del intelectual hondureño, quien no sabe «si existe en la tierra oficio más noble» que el de escribir, Galeano y Grass «dedicaron su vida a iluminar a otros».

«A Eduardo Galeano lo vi dos veces, una en Costa Rica en la década de 1980 cuando llegó al Teatro Nacional y a la Universidad de Costa Rica a presentar uno de sus libros. Ya era famoso entonces por ‘Las venas abiertas de América Latina'», señaló Escoto.

La segunda vez que coincidieron fue en el Encuentro Iberoamericano de Escritores «El amor y la palabra» que se celebró en la capital colombiana, en 2000, año en el que Bogotá fue declarada Plaza Mayor de la Cultura Americana.

Escoto recordó que entonces se invitó a 42 escritores de América y a 42 colombianos para exponer conferencias, lecturas y poemas, entre otros.

«Entre los no colombianos estuvimos Thiago de Melo, Eduardo Galeano, Sergio Ramírez, Manlio Argueta, Ernesto Cardenal, Álvaro Mutis, Fernando Vallejo, Alfonso Chase, Jorge Edwars, Elena Poniatowska y muchos otros», añadió Escoto.

En aquella ocasión el intelectual hondureño, autor de «El General Morazán marcha a batallar desde la muerte» y «Rey del Albor Madrugada», obras que han sido traducidas al alemán, inglés, polaco y portugués, tuvo a su lado durante el evento a Eduardo Galeano.

Galeano murió hoy a los 74 años tras un quebranto de salud, mientras que el alemán Günter Grass a causa de una infección.

El 3 de octubre de 2005, Galeano estuvo en Tegucigalpa invitado por la Universidad Pedagógica Francisco Morazán para dictar una conferencia.

El escritor aprovechó la ocasión, el mismo día que se cumplía el 213 aniversario del nacimiento del prócer hondureño Francisco Morazán, para rectificar un viejo error suyo que plasmó en una de sus obras más conocidas, indicando que la estatua que los hondureños tienen en Tegucigalpa no era la del general Morazán.

Esa estatua, según había escrito Galeano, era la de un mariscal francés, y fue comprada en un «mercado de pulgas», porque quienes fueron encargados para la compra de la estatua se gastaron el dinero en «parrandas».

La rectificación pública de Galeano sobre la estatua de Morazán, quien murió fusilado en Costa Rica el 15 de septiembre de 1842 cuando luchaba por la unión de Centroamérica, satisfizo a los asistentes a la conferencia.

La Universidad Pedagógica Francisco Morazán condecoró al escritor uruguayo quien admitió que lo que escribió en su obra «Las venas abiertas de América Latina» sobre que la estatua no era la de Morazán, sino la del mariscal Miguel Ney, lo tomó de varios escritos que cayeron en sus manos.

Conceptos similares a los de Galeano sobre la misma estatua también había expresado antes el fallecido Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, a quien varios hondureños, como el escritor Eduardo Bahr, le habían aclarado que el bronce que se levanta en pleno centro de Tegucigalpa es de Francisco Morazán.

Galeano terminó exaltando la figura de Morazán, de quien dijo que su pensamiento unionista vive y nace cada día, y que la unidad por la que luchó el prócer es una «tarea pendiente» de los países latinoamericanos.

Al reiterar su admiración por Morazán, Galeano enfatizó que los verdaderos próceres como él «no están vivos en el mármol y el bronce, sino en su tierra y en su gente».

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