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Las políticas públicas docentes, desafío pendiente en Educación

Tegucigalpa.-  El más reciente estudio sobre las políticas públicas docentes en Honduras, presentado por la Fundación para la Educación Ricardo Ernesto Maduro Andreu (Ferema), revela que si bien el país ha mejorado en cuanto al cumplimiento de los 200 días de clase, la ampliación de la jornada laboral y los reforzamientos en Matemáticas y Español, la calidad docente sigue siendo uno de los mayores desafíos en el país que tiene en la politización, uno de sus principales obstáculos.
 

El gran reto de las políticas públicas docentes está en reclutar, contratar y retener a los profesores con talento para laborar en la educación pública, en vista que la formación docente ha estado fragmentada no solo institucionalmente, sino curricularmente, variando los perfiles de entrada y salida, los modelos pedagógicos, las denominadas competencias básicas, entre las diferentes instituciones que cumplen la formación de los docentes del sistema. Para el caso, actualmente operan en el país 17 instituciones formadoras de los docentes.
 
El informe elaborado en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Diálogo Interamericano con sede en Washington, señala que el sistema nacional de formación docente sigue en construcción, ya que no ha existido un marco institucional ni curricular que oriente a los programas de formación docente alrededor de un conjunto de competencias básicas.
 
Un Sistema Nacional de Formación Docente ha intentado cobrar forma en años recientes, pero el mismo a la fecha no ha logrado ponerse en marcha para atender esta demanda educativa que viene a complementar la búsqueda de la calidad en la educación básica y secundaria del país.
 
Capacitaciones fragmentadas
 
A nivel de capacitación de maestros en servicio se señala el trabajo hecho por algunas organizaciones no gubernamentales de desarrollo y agencias cooperantes, quienes la desarrollan desde una perspectiva parcial y fragmentada.
 
“Algunos proyectos capacitan en temas pedagógicos o de contenido de las asignaturas, pero otros sobre temas puntuales de salud, ambientales, de gestión de riesgos, etc.”, indica el informe de Ferema.
 
En el 2010—agrega—un estudio reveló la falta de correspondencia entre lo que se oferta en capacitación y lo que los docentes consideran que necesitan, igualmente se señala que no se percibe ningún impacto en los niveles de aprendizaje que los alumnos muestran en la evaluación externa, en relación con cantidades y tipos de capacitación recibidas.
 
Los problemas de selección
 
En la historia del sistema de educación hondureño ha existido una desconexión completa entre las cantidades de docentes graduados y las necesidades del sistema.
 
El informe señala que si bien existen algunos avances significativos para poder desarrollar una docencia efectiva, en lo referente a la selección de los maestros que ingresan a laborar en el sistema, la situación no parece haber mejorado en los últimos años.
 
Ello, en buena medida “por la injerencia política partidaria que sigue visualizando este ámbito laboral como un espacio de ubicación para miembros, activistas y/o simpatizantes de sus organizaciones”, cita el informe.
 
Así señala que la influencia de la política partidaria en el nombramiento del personal docente es un factor que corrompe el sistema y minimiza los resultados de otras políticas orientadas a mejorar su calidad.
 
“Por ejemplo, en una encuesta con cerca de 500 alumnos de último año de la Universidad Pedagógica Nacional, cerca del 5 por ciento expresaron creer que su desempeño como estudiante influye en sus oportunidades laborales, más del 90 por ciento identificaron la vinculación al partido político gobernante”, cita el documento sobre las políticas públicas docentes.
 
¿Respetarán la Ley Fundamental?
 
El trabajo indica que si bien en la nueva Ley Fundamental de Educación se establece un proceso amplio y riguroso para la selección de los nuevos docentes en servicio a partir de 2015, “el reto es que los políticos de turno no continúen haciendo caso omiso de las leyes educativas para aplicar sus intereses particulares”.
 
Otro problema que presenta la educación hondureña es que carece de una estructura profesional que no retiene en el aula a los docentes talentosos, pues los salarios de pre básica, básica y media junto a su sistema de jubilaciones y su estabilidad laboral, han sido presentados frecuentemente como “privilegios” a través de los medios de comunicación.
 
“Sin embargo, pese a que los salarios son considerados “elevados” en el ámbito local, un estudio comparativo regional por parte de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana, en el 2008, indicó que los sueldos promedios del docente de básica en Honduras han estado por debajo de sus correspondientes en Panamá, El Salvador y Costa Rica, aunque por de Guatemala y Nicaragua”, acota el documento.
 
Pero al igual, que la mayoría de los sistemas de carrea docente de la región, los pagos de los docentes no están vinculados al desempeño.
 
En Honduras hay incrementos salariales por antigüedad, por obtener diplomas y/o títulos y por ocupar cargos directivos. El sistema no incentiva el buen desempeño en el aula, y los reconocimientos públicos del Estado tradicionalmente han sido “percibidos como vinculados a la membresía del partido político gobernante”.
 
“Un docente talentoso que quiere mejorar sus ingresos tendrá que salir del aula o conseguir doble empleo”, sentencia el documento al proponer para evitar la fuga de talentos la necesidad de un sistema de monitoreo acerca del trabajo docente en el aula a fin de generar incentivos y apoyos, además de determinar con mayor precisión sus fallas.
 
En síntesis, el informe de las políticas públicas docentes manifiesta que hasta ahora no ha existido una gestión que incentive el buen desempeño de los maestros, mucho menos existen sanciones legales que reconozcan el buen desempeño y sancionen el deficiente.
 
Ello, sostiene, conlleva a una situación de desmotivación profesional para los profesores en servicio que se expresa, entre otras formas,  como un difundido deseo de jubilarse lo más pronto posible, así como a una fuga de personal talentoso en búsqueda de otros espacios laborales menos desgastantes o mejor remunerados.
 
“Mucho tiene que cambiar la gestión del personal docente hondureño si se quiere mejorar la calidad del sistema educativo”, sugiere entre sus recomendaciones el estudio.
 
Otra de sus recomendaciones para la recuperación del prestigio profesional, es la de ofrecer oportunidades de progreso dentro y fuera del aula de clases en función del desempeño docente, estableciendo consecuencias relacionadas con dicho desempeño. Son los desafíos del Estado en aras de afianzar las políticas públicas orientadas  a elevar la calidad en la formación docente en Honduras.
 
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