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El juicio del mono 2

Por: Otto Martín Wolf 

En 1925 un profesor de ciencia llamado John Scopes, del pequeño pueblo de Dayton, Tennessee (USA) fue llevado a juicio por haber enseñado en su clase la teoría de la evolución de Darwin, lo que estaba prohibido por una ley que sólo permitía enseñar la creación bíblica.

El asunto tomó tanta relevancia que el más famoso abogado de los Estados Unidos en aquella época, Clarence Darrow – campeón de los derechos civiles- asumió la defensa de Scopes, mientras que el fiscal fue William Jennings Bryan   tres veces candidato a la presidencia de los Estados Unidos y experto en religión y Biblia.

Dos súper abogados para un pueblo de apenas 1600 habitantes, que se convirtió en el centro de atención del país y del mundo. Llegaron periodistas de todas partes, se dice que algunos de lugares tan distantes como Hong Kong y Japón, también fue el primer juicio en ser transmitido por radio a nivel nacional en los USA.

Desde mucho antes del juicio, que duró seis días, la nación estuvo atenta a todos los incidentes, mientras que más de treinta mil personas abarrotaban Dayton y todos los hospedajes posibles de los pueblos vecinos.

La defensa argumentó que la Biblia tenía grandes inconsistencias científicas: 1) Josué deteniendo el sol, el cual no se mueve 2) No existe una ballena que pueda contener vivo a un ser humano, como sucedió con Jonás y 3) Los fundamentalistas datan la fecha de la creación bíblica en poco más de cuatro mil años, cómo se pueden explicar los fósiles que tienen millones de años? La respuesta: Dios creó la Tierra con todo y esos fósiles.

Pero no se trataba si la Biblia era cierta o no, si no de que la ley prohibía enseñar la evolución.

Lo anterior es un resumen de un artículo que publiqué hace algunas semanas y en el que ofrecí relatar -en otra entrega- algo no muy conocido que sucedió detrás de toda la publicidad y la bulla, eso lo veremos ahora.

La candidez e idealismo de los prominentes abogados que tuvieron a cargo acusación y defensa, así como prácticamente de toda la nación, sirvió para esconder una trama digna de una comedia de misterios.

Participaron Scopes – el profesor de ciencia acusado – el Alcalde, el Jefe de Policía y a toda la Cámara de Comercio del lugar, además de prácticamente todos los ciudadanos.

Divididos en dos bandos muy bulliciosos y alborotadores, pintaron mantas y cartelones y se prestaron a la mascarada.

He aquí lo que hubo detrás de todo aquello: En los alrededores de Dayton estaba ubicada una mina que era la principal generadora de empleo, la cual planeaba cerrar, lo que sumiría al pueblo en terrible crisis económica.

Todos los habitantes se pusieron de acuerdo y montaron el espectáculo y todos los demás mordieron el anzuelo, la nación entera cayó en la trampa y, aunque el juicio fue verdadero, así como la controversia entre la Teoría de la Evolución, Biblia y Ley, el trasfondo no se supo hasta mucho tiempo después de finalizado.

La economía del pueblo fue salvada; la fama ganada por Dayton atrajo muchos inversionistas que pusieron negocios y generaron empleos.

Increíble verdad?

Quién sabe cuántas de las noticias que se producen en Honduras y el mundo tienen un fin diferente al que aparentan.

Qué hay escondido detrás de cada escándalo y alboroto?

Quién sabe cuántas veces se utiliza la técnica del “Juicio del Mono” y quién sabe cuántas veces nosotros caemos en el cuento y servimos de comparsa.

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