La Ceiba (Honduras) – Los restos del líder afrodescendiente hondureño Céleo Álvarez, fallecido el pasado día 11 a causa de un cáncer de garganta, fueron sepultados hoy en La Ceiba, en el Caribe de Honduras, donde residía.
El dirigente garífuna era el coordinador de la Organización de Desarrollo Etnico Comunitario (Odeco), de la que fue miembro fundador hace más de 20 años en La Ceiba.
Álvarez, quien falleció en Tegucigalpa, fue velado el lunes en la capital hondureña, de donde fue traído el martes a La Ceiba para que sus familiares y amigos, entre ellos dirigentes garífunas (afrodescendientes) de Belice, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala y Nicaragua, asistieran a su despedida.
«Estamos muy conmovidos por la muerte de Céleo, admiramos el trabajo que hizo por su organización y por los derechos humanos. Era un apasionado de las causas que defendía», dijo a Acan-Efe Jackeline Hernández, chilena, representante del Centro de Estudios para la Democracia Popular (Cedepo).
Hernández, quien llegó el miércoles a La Ceiba desde Chile, recordó que en 2011 el Cedepo le otorgó «un reconocimiento Honoris Causa a Céleo Álvarez».
Miles de personas, en su mayoría de la etnia garífuna llegaron hasta el Centro Cultural Satuyé de la ODECO, en La Ceiba, para despedirse de su líder y amigo, quien nació el 9 de marzo de 1957 en Plaplaya, departamento caribeño de Gracias a Dios.
En Tegucigalpa, la presidenta de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofreneh), Miriam Miranda, dijo a Efe que aunque no coincidía con Álvarez en varias cosas, «sin duda hay consternación por su muerte» y que «era un líder».
«Lo lamentamos», enfatizó Miranda, quien esta semana participa en actividades de la Ofraneh y el Comité de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) para exigir justicia por el asesinato de la defensora de derechos humanos y ambientalista hondureña Berta Cáceres, el 3 de marzo pasado.
Antes de su sepelio en La Ceiba, se celebró un homenaje cultural de despedida en el Centro Satuyé, donde líderes garífunas de organizaciones de Centroamérica y Estados Unidos destacaron el trabajo desarrollado en favor de los pueblos garífunas por el coordinador de la Odeco.
La presidenta de la Organización de Hondureños Contra el Sida, en Nueva York, Mirtha Colón, dijo que acompañó a su compatriota Céleo Álvarez en la lucha que inició hace más de 20 años en defensa de las tierras de los pueblos garífunas.
Llorando, expresó que Céleo es el más importante dirigente que ha tenido la etnia garífuna y que su partida pesará mucho en sus pueblos.
El líder garífuna fallecido comenzó a trabajar desde niño como ayudante de carpintería de su padre, Martín Álvarez, o como limpiador de calzado en la Plaza Central de La Ceiba.
A los 12 años inició su vida organizativa en movimientos sociales que le fueron marcando como líder en organizaciones a nivel local, nacional e internacional, abogando por el respeto a los derechos humanos de las comunidades garífunas, el acceso a la justicia y la lucha frontal contra el racismo y la discriminación.
También ejerció como secretario ejecutivo de la Plataforma Cumbre Mundial de Afrodescendientes que se celebró hace cinco años en La Ceiba y miembro fundador del Sindicato de Trabajadores de la Medicina y Similares (Sitramedys), hace más de 30 años, entre otros cargos.
La muerte de Álvarez, quien era economista agrícola, acaeció un día antes de la conmemoración del 219 aniversario de la llegada de los primeros afrodescendientes a Honduras, procedentes de la isla de San Vicente, el 12 de abril de 1797, a la comunidad de Punta Gorda, en la isla de Roatán, en el Caribe hondureño.
Por gestiones de la Odeco dirigida por Álvarez, en Honduras se conmemora, por decreto legislativo, en abril, el Mes de la Herencia Africana.
«Estamos tristes, en el mes dedicado a nuestros pueblos hemos perdido al líder más grande que hemos tenido», dijo Acan-Efe el exministro de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes Luis Green, uno de los cuadros formados en la Odeco.