Aunque las condiciones de los Estados Unidos en la actualidad son muy diferentes a las de Alemania en aquella época, lo que está sucediendo con una importante parte del pueblo norteamericano es lo mismo que ocurre con cualquier nación cuando aparece un líder populista con mucho carisma y pocos escrúpulos.
La receta: El aspirante a fuhrer detecta un problema (o lo inventa), busca a quién culpar y convence a la gente que el problema es real y que, destruyendo a los culpables, todos serán felices.
Hitler culpó a los judíos -que nada tenían que ver con la situación calamitosa en que estaba Alemania- pero el cuento era fácil de tragar ya que… “los judíos mataron a Cristo, así que hagámosles pagar mandándolos a las cámaras de gas” y, como ocurre muchas veces, el pueblo alemán enloqueció y ciudadanos tan comunes como maestros, médicos, inclusive amas de casa, se volvieron cómplices pasivos o activos del genocidio.
Donald Trump, cada vez más cerca de ser el candidato republicano a la presidencia de los USA, “descubrió” que los emigrantes mexicanos son la causa de todos los males y los va a deportar, lo que suena muy parecido a “la solución final” de Hitler con los judíos.
Para evitar que vuelvan a entrar construirá un muro a lo largo de la enorme frontera y asunto resuelto! Como el costo del muro es casi impagable -aún para los USA- Trump dice que se los va a cobrar a los mexicanos, así que en los Estados Unidos todos felices.
Cómo va a hacer para que México pague por un muro que no necesita y que, además, ofende su dignidad? Trump no lo aclara, sólo dice que se los va a cobrar. Dos expresidentes mexicanos -Fox y Calderón- dijeron algo parecido a “no le crean a ese loco”.
Pero los pueblos, aún los más cultos y ricos, pueden caer en el engaño y, lo digo con alarma y tristeza, eso puede estar sucediendo en los USA.
Trump es inteligente de cancha de golf, estadista de jugadas de póker y una verdadera amenaza para la paz mundial.
Hace unos meses dio muestras de la más terrible intolerancia, cuando hizo expulsar de una conferencia de prensa a Jorge Ramos, reconocido y decente periodista que le enojó con preguntas incómodas.
Sacar a empujones a un periodista porque le hacía preguntas difíciles! Ese es Trump, un fuhrer en potencia, pero con capacidad nuclear para destruir el planeta o, selectivamente, a los mexicanos, tal y como Hitler hizo con 6 millones de judíos. Para “humanizar” esta otra cifra, cada uno de esos judíos tenía padres, madres o hijos, como usted y como yo. Eran familias, gente, seres humanos, no simples “judíos”.
Todavía no me explico cómo el colegio o asociación de periodistas de los USA no protestaron por el atropello a Ramos ( que es ciudadano norteamericano) y a la libertad de prensa.
Hay que releer la historia; cuando las primeras voces se alzaron advirtiendo sobre la amenaza que significaba Hitler nadie hizo caso, el mundo entero lo pagó bien caro.
Esta vez no somos pocos los que vemos el peligro, ojalá los USA tengan la sabiduría para mandarlo de regreso a sus casinos y canchas de golf.