Kabul.– Cerca de medio centenar de policías resultaron heridos en las últimas 24 horas en las violentas protestas que se desencadenaron por la detención el domingo en Kabul de Abdul Ghani Ali-Poor, un comandante de una milicia de la minoría chií hazara, mientras que los organizadores denuncian que han muerto cinco manifestantes, un extremo negado por el Gobierno.
Las manifestaciones surgieron a última hora de ayer en el barrio capitalino de Dasht-e-Barchi, habitado principalmente por los hazaras (minoría chií de origen mongol) y se prolongaron durante todo el día de hoy para protestar por la detención de Ali-Poor, quien en 2016 fundó una milicia compuesta por unos 300 miembros.
El dirigente hazara está acusado de extorsión, secuestro y desafiar el Estado de derecho en su provincia natal de Maidan-Wardak (centro de Afganistán), informó en rueda de prensa en Kabul el viceministro afgano de Interior, Akhtar Muhammad Ibrahimi.
Según la fuente, los participantes en las protestas utilizaron armas cortas y piedras contra las fuerzas de seguridad y atacaron dos comisarías y ocho puestos de control de las tropas en el oeste de la capital.
«Todavía están tratando de crear violencia y saquear las propiedades de los ciudadanos, los manifestantes no están obedeciendo las normas y están cometiendo actos violentos», denunció el viceministro.
Precisó que cuatro policías resultaron heridos de bala, mientras que otros 44 fueron alcanzados por el impacto de piedras lanzadas por los participantes, que en algunos casos utilizaron las armas proporcionadas por el Gobierno para proteger mezquitas y templos contra ataques terroristas.
Los hazara son a menudo objetivo de ataques terroristas en el país, en muchos casos perpetrados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
«Todavía no hay información disponible sobre la muerte o heridas de los manifestantes», afirmó.
El parlamentario hazara Arif Rahmani, uno de los organizadores de las manifestaciones, dijo a Efe que en Kabul seis participantes murieron en las últimas 24 horas y más de una veintena resultaron heridas.
Ali-Poor se encuentra actualmente bajo la custodia de la principal agencia de inteligencia del país, el Directorio Nacional de Seguridad (NDS).
En los últimos meses, el Ejecutivo afgano ha lanzado una campaña contra los comandantes de milicias ilegales y grupos acusados de violar los derechos humanos y otros crímenes.
El pasado julio, las autoridades arrestaron a varios comandantes de milicia, entre ellos el uzbeco Nizamuddin Qaisari, respaldado por el vicepresidente del país, Abdul Rashid Dostum.
Su arresto desató protestas en varias provincias del norte de Afganistán que se prolongaron durante días y resultaron en el bloqueo de carreteras y el cierre de oficinas gubernamentales, a pesar de lo que el Gobierno decidió no ponerle en libertad.