Por: Juan Alberto Lara Bueso
En los medios de comunicación y en redes sociales, trascendió la noticia de una delicada enfermedad del expresidente Rafael Leonardo Callejas, quien se encuentra en La Florida, Estados Unidos de América bajo libertad condicionada por un juicio conocido como FIFA gate.
Sin entrar en detalles sobre su situación judicial, me referiré a su figura como político y expresidente de la Republica.
Con una personalidad carismática y conocedor del acontecer nacional, Callejas se postuló como candidato presidencial por el Partido Nacional en las elecciones de 1985, compitiendo con otros aspirantes en una fórmula acordada fuera del orden constitucional conocida como “Opción B”, como única salida a una crisis preelectoral, que consistía en la suma de votos de todos los candidatos del mismo partido para obtener la Presidencia. Callejas obtuvo el mayor número de votos seguido del candidato liberal José Azcona. De acuerdo al artículo 236 de la Constitución de la República, que consigna que el Presidente será electo por el pueblo por simple mayoría de votos, Callejas ganó la elección presidencial, pero “probó públicamente su desprendimiento al aceptar la victoria de su oponente”. Ante el reclamo y apoyo de sus seguidores para que defendiera su triunfo en las calles, él expresó: “La vida de un hondureño vale más que la Presidencia de la Republica” evitando una crisis con consecuencias imprevisibles.
Nuevamente se postuló en las elecciones de 1989 triunfando ante el candidato liberal Carlos Roberto Flores. Desde el inicio de su gestión (1990-1994), el presidente Callejas impulsó la infraestructura del país con carreteras de primera calidad, como las autopistas de Villa Nueva a Puerto Cortes y San Pedro Sula al Progreso y muchas otras vías secundarias. Asimismo modernizó el Estado con una serie de cambios que permitieron que el sistema político fuera más democrático y participativo. El Programa de Modernización originó la descentralización política-administrativa para hacer más ágil y eficiente la función pública.
Durante su administración se impulsó y se creó la Ley del Ministerio Público y el FHIS, un programa referente en muchos países. También se hicieron cambios en la función judicial y en las Fuerzas Armadas.
En el campo económico, encontré en una de sus biografías en internet, los párrafos siguientes:
“A pesar de que el presidente Callejas comenzó su mandato con serios reversos luego de la implementación de su paquete económico y de haber finalizado su mandato con un rendimiento bastante discreto en la macroeconomía, los esfuerzo realizados en el plano económico, fueron reconocidos por algunos observadores”.
“De acuerdo al escritor Rodolfo Pastor Fasquelle, cuando Callejas llegó al poder en 1990, “las carencias eran inmensas y se había caído en la inercia». Según Pastor Fasquelle, Callejas «tuvo coraje para actuar en forma consecuente.» Además, dice que “saneó en forma profesional las finanzas del Estado, lo cual era necesario; abrir el mercado, le quitó la modorra al aparato productivo, impidió que la especulación se le fuera de control; avanzó en el proceso de privatización; logró un crecimiento relativo… dejó un patrimonio material sustancial.”. Además de lograr «la reanudación de la asistencia financiera internacional, lo cual, unido a las excelentes relaciones con la potencia norteamericana, facilitó la condonación por Washington en septiembre de 1991 de 430 millones de dólares de deuda bilateral.»
Para Alexis Gonzáles de Oliva, Callejas es «Posiblemente el primer gobernante que cuando asume la Presidencia de la República, tiene mayor conciencia de los problemas nacionales, valoración de las dificultades que han frenado el crecimiento económico del país; y visiones claras de lo que se debe hacer para crear las bases para el despegar, los riesgos que se deben correr, los ajustes jurídicos burocráticos que había que introducir y los resultados que se podían esperar.»
En la política interna, Callejas impulsó una política conciliatoria que permitió, junto con su asesor Mario Rivera López, el retorno de los exiliados políticos de izquierda, creando las condiciones para la formación del Partido Unificación Democrática.
Cuando Carlos Roberto Reina, candidato del Partido Liberal, ganó las elecciones de 1993, el presidente Callejas lo llamó para felicitarlo y le ofreció un concierto navideño en Casa Presidencial, con la asistencia de sus esposas y del Cuerpo Diplomático. En el último día de su mandato le dejó un papelito en el escritorio del despacho presidencial que decía: “Beto, te deseo éxitos en tu cargo”.
Como dirigente de la FENAFUTH, logró la asistencia de la Selección Nacional de Futbol a dos mundiales y a otros en las categorías menores. En esta posición es que fue acusado por un escándalo en la FIFA, cuyo juicio está siendo conocido por una Corte de Nueva York.
En sus desaciertos como gobernante, Callejas enfrentó varios casos por presuntos abusos de poder y malversación de fondos públicos, pero cuando el Congreso Nacional decretó en el 2005 la eliminación de la inmunidad para funcionarios y exfuncionarios públicos, el expresidente se presentó voluntariamente a los juzgados para proceder con sus juicios. Posteriormente fue encontrado inocente recibiendo sus cartasde libertad.
Es lo que puedo decir sobre la figura de Rafael Leonardo Callejas, sin emitir otros juicios porque no soy un ser supremo, como algunos de sus críticos y detractores así se sienten: omnipotentes, inmaculados y omniscientes.
Como humano me solidarizo con él y su familia por su delicado estado de salud.
