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A revisión en Washington y Doha una propuesta de tregua que no aclara el futuro de Gaza

Jerusalén – El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se encuentra en Estados Unidos para abordar junto a su presidente, Donald Trump, la tregua en Gaza. Paralelamente, las delegaciones israelí y palestina negocian a través de los mediadores en Doha la última propuesta de alto el fuego (por ahora temporal), que no deja entrever cuál será el futuro de la Franja.

Cuando Israel anunció la partida de una delegación negociadora a Catar en la noche del sábado, lo hizo planteando que las enmiendas del grupo islamista Hamás a la propuesta de tregua eran «inaceptables».

«Algunas de las revisiones que Hamás ha exigido se refieren a detalles: el alcance de la retirada israelí, el tamaño de las zonas humanitarias y los métodos para distribuir la ayuda», escribe en la mañana de este lunes en el diario Yedioth Ahronoth uno de los principales comentaristas políticos del país, Nehum Barnea.

La propuesta: 60 días, sin liberar a todos los rehenes

La propuesta sobre la mesa es la atribuida hace meses al enviado especial de la Casa Blanca a Oriente Medio, Steve Witkoff: una tregua de 60 días en la que Hamás debería liberar a 10 rehenes vivos y 18 muertos que siguen en Gaza a cambio de un número mucho mayor de prisioneros palestinos en cárceles de Israel (que varía en función de qué cautivos son liberados).

En total quedan 50 rehenes en la Franja, de los que al menos 20 siguen vivos, según las estimaciones de las autoridades de Israel.

Las autoridades israelíes enviaron a Hamás un mensaje exigiendo garantías de que los islamistas salvaguardarán la seguridad y la salud de los 10 cautivos que queden por ser liberados, según el diario Haaretz.

En Israel, la idea de un acuerdo que no garantice la puesta en libertad de todos los rehenes en una sola tanda divide a la población. Ya durante la última tregua (que comenzó el 19 de enero e Israel rompió el 18 de marzo), la liberación de la mayoría de secuestrados dependía de una segunda fase que nunca se dio.

«Cualquier proceso de selección (de qué cautivos liberar) es angustioso y atormenta a los que quedan atrás», lamentaba el hermano del rehén Evyatar David, Ilay, durante una protesta de las familias de los secuestrados el sábado. El Foro de Familias que lidera estas manifestaciones demanda un acuerdo que permita la liberación de todos ellos en una sola tanda.

El final de la ofensiva

Durante el periodo de 60 días de tregua, Israel y Hamás tendrían que negociar los términos del final definitivo del conflicto. Si esas conversaciones fracasan, el alto el fuego temporal podría extenderse, según establece el borrador de la propuesta, al que tuvo acceso EFE.

Hamás ha exigido que Trump se comprometa, tanto de forma oral como escrita, a que la ofensiva israelí llegue a su fin con un alto el fuego que dure años al término de los 60 días, según dijo Barnea en Yedioth Ahronoth.

Sin embargo, antes de subir al avión que le llevaría a EE.UU., Netanyahu aseguró que Israel sigue comprometido con eliminar las capacidades militares y de gobierno de Hamás, a pesar de las conversaciones en Doha, con lo que ha justificado mantener hasta ahora una ofensiva que se ha cobrado ya la vida de más de 57.400 gazatíes.

Fuentes de Haaretz en la Casa Blanca apuntan a que EE.UU. presiona para que Israel ponga fin a la guerra y garantice el retorno de todos los cautivos, relegando el fin de Hamás a otra fase.

En este sentido, Trump dijo a la prensa el pasado martes que sería «muy firme» con Netanyahu.

Desplazamiento forzoso usando la ayuda en Gaza

Mientras la propuesta de tregua no detalla la Gaza de la posguerra, los encuentros del gabinete de Gobierno israelí apuntan en otra dirección, con debates sobre su control militar y un plan de desplazamiento forzoso de los gazatíes al sur.

«No quiero un gobierno militar, pero quiero mover (a la población) a una amplia área civil. No estoy dispuesto a dejar que Hamás permanezca de ninguna manera», reprochó Netanyahu al jefe del Ejército, Eyal Zamir, durante una discusión del gabinete el pasado jueves filtrada a la prensa israelí.

La cadena 12 de la televisión de Israel asegura que esa «área civil» sería una ciudad artificial situada en el área de Rafah (sur), entre dos corredores controlados por el Ejército (Morag y Filadelfia), hacia la que se enviaría la mayor parte de la ayuda humanitaria con el objetivo de desplazar hacia allí a los gazatíes.

En una rueda de prensa el pasado 21 de mayo Netanyahu ya anunció su intención de ejecutar este plan asegurando que sería una zona «limpia de Hamás».

Los islamistas aún no se han pronunciado al respecto, si bien entre sus últimas discrepancias con la propuesta de tregua resaltan el tamaño de las zonas humanitarias y cómo se distribuye la ayuda.

En este sentido, Hamás exige que el reparto vuelva a quedar en manos de la ONU, y que la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), en torno a cuyos puntos de distribución el Ejército ha matado a cientos de gazatíes, deje de formar parte del sistema.EFE

(vc)

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