Tegucigalpa – En Honduras los operadores de justicia están en la mira del crimen. Las conspiraciones y los planes para atentar contra jueces, fiscales, policías y altos cargos que encabezan la lucha contra el narcotráfico y otras formas organizadas del delito, se construyen a diario y en ellas participan carteles que hasta unifican esfuerzos para atacar y dejar una huella de sangre y de pánico, relató un agente que tiene como tarea esencial la investigación de hechos relacionados.
– Presidente quiere que asesinos “se pudran” en la cárcel y urge a la Corte Suprema y al Congreso Nacional a probar reformas penales en esa línea.
Hay grupos de capos que se unen y conspiran, planifican los asesinatos pero gracias a los sistemas de inteligencia e investigación se han logrado desbaratar muchos, detalló el miembro de uno de los cuerpos élites de la seguridad a Proceso Digital.
Este lunes el presidente hondureño fue contundente al decir que las leyes penales deben reformarse para que quienes conspiren y atenten contra jueces, fiscales, policías y otros operadores “deberán podrirse en la cárcel”.
La muerte de dos fiscales en la norteña San Pedro Sula, a mediados de este octubre, sacudió la conciencia nacional. Eran dos abogadas que encabezaban fiscalías sensibles y en sus hojas de trabajo habían atendido casos de gran impacto social.
Apenas este fin de semana un policía fue asesinado en la comunidad de Satuyé de La Ceiba, zona atlántica hondureña. Todo ocurrió cuando el agente solicitó identificación a los individuos que sin más le dispararon hasta quitarle la vida.
En esa misma ciudad, un sub comisionado policial que era el responsable de administrar la cárcel de la Ceiba fue acribillado cuando se conducía en su vehículo particular. Su muerte también ocurrió este octubre, poco después del asesinato de las fiscales.
El presidente Hernández planteó claramente la necesidad de reformar el Código Penal y urgió al Congreso Nacional y a la Corte Suprema a hacer lo propio para agilizar la aprobación de las reformas penales para que quienes atenten contra los operadores de justicia paguen con cárcel de por vida.
Las muertes violentas han abarcado a siete operadores de justicia en lo que va del año, registra el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
El mismo observatorio universitario indica que 89 operadores han muerto por causas violentas desde el 2010.
Entre los operadores asesinados figuran desde un juez de paz hasta fiscales del Ministerio Público.
Para el presidente hondureño las reformas al Código Penal hondureño deben responder “a la necesidad de hacer justicia y salvaguardar la vida de los operadores de justicia”.
Detalló que “en Honduras existen bandas criminales a todo nivel que se han querido apoderar de territorios, sustituyendo al Estado y lo hacen de manera tal que no respetan la vida de los demás. Por ello, justificó, no se puede seguir con el mismo marco de leyes a la vez que urgió castigar a quienes lo hagan con la pena máxima”.
“El mensaje a todas estas bandas debe ser claro y contundente: que sí llegan tan siquiera a proponer quitarle la vida a un operador de justicia, no digamos si llegan a consumar el hecho, les va caer todo el peso de la ley y van a pasar buena parte de su vida en la cárcel y ahora que tenemos capacidades que antes no tenía el Estado de poder investigar a estos individuos”, sentenció el presidente hondureño.
Más adelante recordó que se están construyendo dos cárceles de máxima seguridad y “de última generación” para acabar con el autogobierno de los recluidos, advirtió.
Fuentes policiales han revelado que en el asesinato de las fiscales, en San Pedro Sula, hubo una mano criminal que se movió desde la cárcel de la norteña ciudad. Aunque ya hay varios detenidos por este crimen, el mismo aún no se esclarece totalmente.
El jefe de la Policía hondureña, Ramón de Jesús Sabillón ha permanecido en San pedro Sula, obedeciendo instrucciones del presidente Hernández quien le ha pedido persistir allí hasta esclarecer totalmente la muerte de estas dos operadoras de justicia.
En ese vaivén de acciones los operadores de justicia son blancos de los señores de la droga y del crimen. Ellos buscan contraatacar, defender los territorios que han mantenido como sus feudos en la vorágine del tráfico de la droga y otros menesteres propios del crimen.