Tegucigalpa – Honduras dio un paso certero en materia de rendición de cuentas al suscribir con la organización Transparencia Internacional (TI), un organismo no gubernamental con sede mundial en Alemania, una carta de intención basada en cinco puntos que son los principales ejes que fomentan la opacidad en el mundo y que en el caso de este país centroamericano lo han mantenido en el vagón de las naciones menos transparentes del planeta.
La carta de intenciones rubricada entre el presidente Juan Orlando Hernández y la presidenta de TI, Huguette Labelle, se centra en cinco sectores sobre los cuales se pondrá especial énfasis en el monitoreo de los resultados.
Estos sectores son Salud, Educación, Seguridad y Justicia, Proyectos de Infraestructura y Gestión Tributaria. De acuerdo a valoraciones internacionales que calzan con las efectuadas por el gobierno hondureño, estos ejes son los más proclives a ser vulnerables a la corrupción.
Es la primera vez que un gobierno a nivel mundial suscribe un acuerdo de monitoreo de esta naturaleza con un organismo civil como Transparencia Internacional, de ahí que los desafíos son enormes para ambas partes que se juegan aquí su prestigio y credibilidad en el camino de fortalecer las bases de la lucha contra la corrupción y la rendición de cuentas.
Mejorar en la medición de percepción
Honduras es considerada una de las naciones más corruptas de América Latina, y el primero en percepción de corrupción en Centroamérica. En los últimos años, los esfuerzos de los distintos gobiernos no han podido sacar al país de la lista negra de países con una alta percepción de corrupción.
En la escala de medición de 0 a 10, que utiliza Transparencia Internacional para medir la percepción de corrupción, donde el país que más se acerca a cero es percibido como corrupto y el que más se acerca a 10 como transparente, Honduras se ha ubicado en la última década en las posiciones de 2.3.; 2.5 y 2.6; nunca ha podido llegar a una calificación de 3 que indique que se hacen esfuerzos por salir del vagón, según los expertos.
Con la suscripción de la carta de intenciones realizada en la capital hondureña, el presidente Juan Orlando Hernández fue claro en indicar que este compromiso es una promesa de campaña que pretende hacer del país una nación abierta al escrutinio público y la rendición de cuentas.
“El mensaje para los servidores públicos es que la transparencia nos protege”, dijo el gobernante al aseverar que el principal reto que ahora enfrentan es volver la transparencia en un factor importante en la cultura del pueblo hondureño.
Cifras estimadas por el Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), revelan que Honduras pierde anualmente cerca de 17 mil millones de lempiras producto de la corrupción que contempla defraudación, evasión fiscal, entre otros.
Cinco ejes, cinco desafíos
La corrupción, según los expertos, es un problema estructural, sistémico, transversal y conductual, que en términos sociales es un impedimento para el desarrollo humano y el logro de la equidad social, al impactar negativamente en todas las esferas sociales, especialmente en los niveles socioeconómicos más bajos, esboza en algunas de sus partes la carta de intenciones suscrita entre el gobierno de Honduras y Transparencia Internacional.
Para el presidente Hernández, la cultura de la transparencia debe sustituir a la de la opacidad y en su gobierno ésta será llevada hasta el último de los empleados de gobierno y “el que no esté dentro de estas líneas, es seguro que va a afrontar problemas. El que mal anda, mal acaba”, recalcó.
En Honduras, la representación de Transparencia Internacional la ostenta la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ), una instancia civil de más de quince años que viene haciendo trabajos en el sector justicia para incursionar posteriormente al área de la salud, la seguridad y ahora la corrupción.
Los cinco ejes sobre los cuales se establecerá el monitoreo para el nivel de cumplimiento de la carta de intenciones, son de momento, factores críticos en Honduras, ya que en el área de la Salud el país se ha visto golpeado fuertemente por el tema de los medicamentos, las compras y licitaciones y los escándalos de supuesta corrupción en el Seguro Social y hospitales públicos como el Mario Catarino Rivas, en San Pedro Sula, entre otros.
Luego en el área de la Seguridad, el país está abocado a un proceso de depuración policial que inició luego de revelaciones que demostraron el vínculo de amplio sector de la policía con el delito, el narcotráfico y el crimen organizado en sus diversas manifestaciones.
El sector Justicia también está en la mira de la comunidad internacional, y en proyectos de infraestructura destacan carreteras en abandono, empresas constructoras “de maletín” y otros elementos que cuando se abra ese filón, seguramente el país será sometido a nuevas sorpresas.
El tema tributario, el de las compras y contrataciones son también del interés gubernamental que busca adecentar la forma en que se ha venido operando, aumentar la recaudación de tributos castigando la evasión fiscal y hacer más transparentes y confiables las compras, contrataciones y licitaciones.
Carlos Hernández, director de la ASJ, destacó lo novedoso de esta iniciativa desde el ángulo de búsqueda de sinergias entre gobierno y sociedad civil para echar a andar experiencias conjuntas que permitan al país tener esperanzas de cambio en donde florezca la cultura de la transparencia.
En la carta de intenciones suscrita entre el gobierno y TI se indica que la cooperación será de cuatro años, el término que dura el actual gobierno y que un equipo técnico -que funciona desde marzo de este año- ha identificado ya las primeras acciones por donde van a ejecutar este monitoreo de vigilancia ciudadana.