Tegucigalpa – Dos de siete hospitales móviles adquiridos por Honduras para atender la pandemia de COVID-19, cumplen dos meses de haber llegado a la aduana de Puerto Cortés, pero siguen en proceso de instalación y todavía no reciben pacientes.
– Dos de los restantes cinco hospitales partieron esta semana desde Estambul y se prevé llegarán a finales de septiembre, según Invest-H.
– Facturas falsificadas y llenadas a mano, equipo usado y vencido, tiempos expirados y cláusulas incumplidas, forman parte de las aristas que rondan la compra de los hospitales.
Los dos sanatorios rodantes están en proceso de instalación en San Pedro Sula y Tegucigalpa, donde funcionarán cuando estén completados sus equipos médicos y personal sanitario, han reiterado las autoridades.
En abril de este año Honduras pagó al contado 48 millones de dólares (1 mil millones de lempiras) al empresario guatemalteco Axel López, quien a su vez los compró en Turquía, en una transacción gris, según informes de entes de sociedad civil como el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la Asociación Para Una Sociedad Más Justa (ASJ).
El 9 de julio arribaron los dos primeros sanatorios móviles a la aduana de Puerto Cortés y luego de un tortuoso proceso de desaduanaje fueron llevados a los predios del Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula e Instituto Nacional Cardiopulmonar El Tórax en Tegucigalpa, donde operarán cuando estén debidamente instalados y la Secretaría de Salud los dé por recibidos.
Por esta adquisición realizada por Inversiones Estratégicas de Honduras (Invest-H), la Fiscalía mantiene abiertas varias líneas de investigación e incluso más de una decena de funcionarios han declarado, unos en calidad de testigos y otros como investigados. Los requerimientos fiscales aún no llegan, pese a las presiones de distintos sectores de la sociedad el ente fiscal quiere caminar sobre terreno firme para conseguir la ley a quienes cometieron abusos. Los observadores coinciden a todas luces que hubo comisión de varios delitos.
La escandalosa compra derivó en la salida forzada del director de Invest-H, Marco Bográn – de los principales investigados – y que el Poder Ejecutivo nombrara una comisión interventora el pasado 24 de julio para dar respuestas, pero estas aún no llegan.
En contraste con los reportes y evidencias mostradas por el Ministerio Público en las que se muestran imágenes de equipo usado y otro averiado, La Comisión Interventora ha difundido imágenes y videos sobre -según ellos- la majestuosidad de los nosocomios móviles que siguen siendo una promesa. Una comitiva viajó recién a Turquía para constatar con sus propios ojos la existencia de los restantes cinco hospitales y aseguran llegarán a Honduras en las próximas semanas, aunque su operación sigue siendo incierta como la de los primeros dos.
Goteras y sin respiradores
El caso específico del hospital móvil instalado en San Pedro Sula y que debió iniciar operaciones desde hace algunas semanas, la propia interventora ha aceptado que “problemas normales” en la instalación provocaron que quedaran algunas goteras, las que fueron atendidas y reparadas.
Asimismo, aceptaron que “por error del proveedor” el hospital móvil de San Pedro Sula no traía respiradores mecánicos, por lo que se tuvo que echar mano de un lote que fue adquirido previamente por Invest-H para ser instalados en ese recinto sanitario.
Los reclamos por parte de la Interventora de Invest-H se hicieron al proveedor y los aparatos médicos serán enviados en una fecha no establecida, según se informó esta semana.
En tanto, sobre el sanatorio rodante de Tegucigalpa poco se sabe y no se han proporcionado detalles de cómo va su proceso de instalación antes de echarlo a andar.
Los interventores han salido al paso de las críticas asegurando que lo que existe es una campaña de odio para entorpecer la compra de los hospitales móviles.
Respuestas
La Comisión Interventora nombrada para desentrañar la compra de siete hospitales móviles adquiridos por Inversiones Estratégicas de Honduras (Invest-H), así como reordenar la institución, no ha dado las ansiadas respuestas que el pueblo demanda, lo que resulta desalentador, criticó esta semana en un comunicado el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA).
El organismo de sociedad civil reprochó las actuaciones de los interventores, al tiempo que reafirma que los dos hospitales llegaron al país incompletos y fueron usados en otros eventos, lo que representa un riesgo de contagio de otras enfermedades.
El CNA acentuó que sus informes se basan en pruebas suficientes a efecto de que las mismas sean utilizadas por los entes impartidores de justicia a fin de lograr deducir responsabilidad penal en los que resulten involucrados.
Mientras los hondureños han podido sortear las afectaciones de la pandemia gracias a la instalación de centros de triaje y a la habilitación de salas especiales de los hospitales tradicionales y los sanatorios móviles que costaron 48 millones de dólares siguen sin atender a un solo paciente. En horas cruciales de cara a la pandemia, la millonaria inversión quedó en el limbo y aun parece mantenerse en él.