Tegucigalpa– De sonrisa suave, desenfadada y espontánea. Su figura serena hace denotar la tranquilidad del espíritu. Así es Gladys Lanza, la coordinadora del Movimiento Por la Paz Visitación Padilla, las cariñosamente llamadas “Chonas”.
A pocas horas de acudir a un tribunal donde se individualizará la pena que le corresponde enfrentar tras enfrentar un juicio, convocada porProceso Digital se animó a hablar de su trayectoria en la vida de Honduras, La defensa gremial, su liderazgo sindical, su lucha feminista y además dejó espacio para conversar algunos retazos de su vida personal, de lo que le gusta hacer, quienes son amigos, a quien admira y su relación con la cocina no sin antes señalar que siempre ha preferido guardar esa parte de su vida para sí misma.
Sin maquillaje, pelo corto y una camiseta característica de las activistas de la organización, compartió una serie de aspectos que hasta ahora eran desconocidos para muchos, pese a ser una mujer que se ha ganado con esfuerzo el reconocimiento público no solo de la sociedad hondureña sino a nivel internacional.
Una vida de incansable lucha por los derechos humanos y en particular de las mujeres la ha llevado a afrontar situaciones difíciles como ser arrestada, encarcelada y hasta torturada. Hoy, este viernes 6 de marzo de 2015, se enfrenta a un proceso de individualización de la pena luego que el pasado 28 de enero el Tribunal de Sentencia resolvió en su contra la querella (demanda) que en 2011 interpuso Juan Carlos Reyes, ex director de la Fundación para el Desarrollo de la Vivienda Social Urbana y Rural (Fundevi), acusándola de difamación.
Así se desarrolló la conversación entre Proceso Digital y Gladys Lanza:
Doña Gladys, ¿cuándo inicia su lucha como dirigente gremial y humanitaria?
GL/(risas Uuu…) Esto ya hace muchos años, desde que tenía 17 años y ahora tengo 72 (la aritmética dice que son 55 años). Ha sido una larga trayectoria no solo de vida sino de experiencias, de conocer personas, las interioridades de las organizaciones, en fin ha sido una larga lucha y yo creo que esto me ha ayudado a irme formando a través del conocimiento de los seres humanos.
Para mí ha sido más que conocimiento un aprendizaje de cómo somos, que queremos y buscamos.
¿Qué recuerda de sus días al frente del Stenee?
GL/Fue una experiencia que me ayudó mucho a crecer como persona y a entender la problemática de los obreros. Afortunadamente trabajaba donde estaba la concentración de los obreros, que era el Departamento de Distribución y allí se miraba la explotación -laboral- lo que fue importante para mí porque pude entender de qué se trataba la lucha, además lo injusto del sistema.
Allí empecé a hacer mis primeras incursiones en el conocimiento de las teorías económicas y como entender que el sistema se nutre de la fuerza de trabajo de los obreros. Todo eso fue un regalo que la vida me dio.
¿De aquella dirigencia que le acompañó, quienes se quedaron en el camino?
GL/(Suspiro profundo) Yo creo que todos se quedaron en el camino, unos porque no quisieron seguir y otros porque la represión los desapareció y a otros los mató. Esa etapa de la vida fue sumamente dolorosa porque se fueron compañeros con una gran conciencia y un deseo de justicia inmenso. En esa etapa aprendimos a escondernos y callarnos porque es parte de la represión callarnos y silenciarnos, obligarnos a estar quietos y no exigir justicia.
En esa etapa yo estuve presa varias veces, yo soy torturada de esa época y estuve en las celdas de la tenebrosa Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), pude ver como los militares y los policías se entrenaron precisamente para perseguirnos y torturarnos. Fue una época muy difícil en la que puse en riesgo hasta mi familia ya que pusieron una bomba en mi casa, yo creo que con el interés de sacarme del país; todavía me pregunto cómo salimos vivas de eso.
Afortunadamente estoy ahora al frente de otra tarea que me gusta mucho por cierto, pero siempre con la misma conciencia quizá con mucho más compromiso en esto que es mío, que soy yo. Esa época fue muy dolorosa todavía me cuesta hablar de eso.
¿Con quienes de ellos aún mantiene vivo el vínculo de lucha y de amistad?
GL/(Silencio) Quedaron unos poquitos compañeros al interior con los que todavía platico y algunos compañeros que se fueron a otros movimientos por ejemplo al gremio magisterial porque eran compañeros con una formación técnica y afortunadamente lograron desarrollarse en dicho gremio.
¿Cómo transita del sindicalismo al activismo feminista?
GL/(Risas) En la década de los 80´s fuimos penetrando en otros movimientos sociales y así conocí a las dirigentes fundadoras de Visitación Padilla. A mí me invitaban como mujer que dirigía el sindicato a las capacitaciones, formaciones y movilizaciones que era lo que yo no entendía; porque tenemos que hacer diferencia entre los hombres y las mujeres pero conocer y estar estudiando la teoría feminista me ayudó a entender porque había que hacer las diferencias.
La organización del sistema nos trata de manera desigual, así me fui relacionando y comprometiendo. Cuando salgo del sindicato yo estaba prácticamente comprometida con el movimiento, estaba en el sindicato pero asistía a todas las actividades de Visitación Padilla.
¿Cómo nace el Movimiento por la Paz Visitación Padilla?
GL/En 1984 cuando el país estaba ocupado prácticamente por tres ejércitos -hondureño, norteamericano y salvadoreño- y bases militares norteamericanas, eso hace que las compañera que fundaron el movimiento sintieran la necesidad de organizarse en un espacio en el que se pudiera decir algo contra la ocupación del territorio hondureño.
Creo que ellas en el principio no pensaron en organizar una cosa como la que tenemos ahora; era un comité para apoyar las luchas de otras organizaciones y sembrar conciencia en las personas sobre las exigencias y respeto a la soberanía patria.
Asumieron el nombre porque Visitación Padilla levantó la bandera de lucha en defensa de la soberanía patria en 1924. Ellas con mucha iluminación recogieron este nombre y empezaron a trabajar. Así inicia el movimiento que al principio se llamaba comité.
¿Desde el inicio de “las Chonas” hasta la fecha, cuáles han sido los frutos y como están las deudas sociales hondureñas?
GL/(Suspiro prolongado y entrelazó las manos) Yo creo que lo más importante es habernos organizado, recoger las banderas de la maestra y heroína Visitación Padilla que nos dejó el legado de organizarnos como mujeres. Ella es reconocida como la primer feminista de Honduras y nosotras seguimos haciendo el legado que nos dejó. Luego empezar a formar y tomar conciencia como mujeres. Empezar a sacar la violencia de las cuatro paredes del hogar y convertirla en una denuncia, eso ha sido un trabajo extenso porque las mujeres fuimos educadas con otra forma en la que debemos guardar silencio y sufrir.
También señalamos que en el Código Penal se nos señalaba como mujer de la vida fácil. Fuimos reconociendo y logramos la aprobación de una ley de violencia doméstica.
Otra lucha fue levantar casos emblemáticos como el Rixi Mabel Martínez, quien fue un caso que llevamos por mucho tiempo señalando que la violencia existía y como esta muchacha fue asesinada; logramos que por esta causa fueran presos dos militares.
Otro de los mayores logros es que las mujeres tomen conciencia del respeto hacia ellas mismas e identificar la violencia en sus vidas.
Cambiar el servicio militar obligatorio nos llevó dos años que culminó con una huelga de hambre de 14 días y 10 horas, hasta que logramos cambiara la Constitución de la República.
Ha sido una trayectoria lenta pero que vamos escribiendo por ejemplo el haber logrado la cuota de participación política también fue un logro de este movimiento. Identificamos que el sistema no nos deja como mujeres participar políticamente y demostramos que sí podemos.
Creamos el Instituto Nacional de la Mujer no es un regalo que los políticos nos hicieron, fue un largo trabajo que hicimos a partir que había una oficina gubernamental que dirigía Lupita Jerezano. Luego vino todo lo demás, los Juzgados de Violencia, consejerías de familias y otras cosas que hemos ido incorporando en otras leyes. Sin embargo tal vez lo más importante no sean las leyes sino la toma de conciencia de cómo el sistema nos trata y de cómo debemos seguir exigiendo justicia; todas las leyes pueden estar completas pero si nosotros no exigimos el cumplimento de las mismas de nada nos sirven.
¿Ha sentido desmoronarse al encontrar también falsos dirigentes populares?
GL/No… (risas mientras acaricia su cabello), no porque creo que cada persona es como es y uno debe respetar, yo digo que si uno tiene de lo que quiere y adonde quiere llegar, uno no debe detenerse y continuar.
Si solo una persona queda con esa voy a continuar, esa siempre ha sido mi visión.
¿Ese empuje que usted pone en su lucha por las mujeres, es realmente valorado por las hondureñas?
GL/Yo lo hago porque tengo conciencia, no espero ni que me lo valoren o agradezcan, simplemente quiero estar bien conmigo misma, tengo conciencia de eso y no puedo exigirle a otra lo que yo no puedo hacer.
Si mi trabajo sirve para algo pues que las mujeres lo recojan y lo asuman y lo hagan de ellas. No lo hago para ponerlo a servicio de ellas.
¿Cómo califica la situación actual de las mujeres en Honduras? ¿Cuáles serían los logros a destacar?
GL/(Silencio, suspiro largo) Todavía tenemos una larga deuda y no nosotras, sino los gobiernos y es una deuda histórica en la que las mujeres seguimos siendo golpeadas, discriminadas, inviabilizadas en la sociedad, oprimidas y sometidas; eso es parte de lo que pretendemos que los gobiernos reconozcan, nuestro derecho a participar, a tomar decisiones y a decidir. En ese sentido todavía andamos bien pobres porque la desigualdad sigue existiendo y la discriminación también.
El hecho de no poder decidir sobre mi cuerpo es un grave problema.
Cambiar la creencia que las mujeres somos propiedad de los hombres es una constante lucha, lo más difícil es cambiar la conciencia y eso es lo que estamos haciendo con nuestro trabajo y lo vamos logrando es cuestión de ver cuántas mujeres están organizadas y cuantas participan en política.
Hemos avanzado a nivel nacional, tenemos la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Vamos avanzando en la toma de conciencia de violencia aunque no estén organizadas las mujeres reconocen la violencia en su vida.
En estos momentos usted enfrenta un juicio en los tribunales ¿qué comentarios nos hace del tema?
GL/ Es parte de todo el trabajo, creo que denunciar o asumir la denuncia de una mujer que está siendo violentada lo vamos a hacer con juicio, sin juicio, con condena y sin condena. Ya hemos pasado por pruebas más difíciles que esta, para nosotras esto parte de nuestra razón de vivir y yo dejaría de ser quien soy sino lo hago; es darme cuenta cuanto nos hace falta trabajar en la toma de conciencia en la sociedad y específicamente en los hombres, eso es lo que me dice esto. Mandarnos a silencio ahora cuando hemos luchado tanto por denunciar una violación a nuestros derechos humanos, yo asumo que tengo que seguir trabajando para que las mujeres sigan tomando conciencia que tenemos derechos humanos y que los vamos a exigir sino para que están.
¿Vincula ese juicio a su lucha por la defensa de los derechos de las mujeres?
GL/Claro que sí. Yo lo digo bien claro en el video que ellos presentaron como prueba en el que digo estamos aquí acompañando una denuncia de una mujer que sufre acoso sexual y laboral, eso lo digo claro. Aunque han tratado de individualizar mi participación en ese meeting, no podemos separar que yo estoy representando la organización, soy su vocera y por lo tanto no me puedo quedar callada; tengo que decir en qué cosas andamos y que cosas estamos haciendo, porque es parte del trabajo de la toma de conciencia de la sociedad sobre la violencia en la vida de las mujeres.
¿Volvería a enfrentar un juicio similar?
GL/Todos los que quieran (risas…) todos los que quieran yo voy porque el hecho de denunciar a los agresores es mi trabajo y yo lo voy a hacer no porque mi trabajo sea remunerado, sino porque tengo conciencia que si no exijo mis derechos se pierden.
Y hablando de su vida: ¿qué hace doña Gladys Lanza fuera de su activismo humanitario?
GL/Hago muchísimas cosas, tengo mis hijos y de vez en cuando los visito y voy a pasear con ellos, comparto con mis hermanos. Soy como cualquier persona, pero con conciencia de la necesidad de transformar un país como este, siempre estoy buscando como organizar grupos para que defiendan sus derechos.
Los fines de semana siempre los tengo ocupados con actividades del movimiento.
¿Cuáles son sus preferencias de lectura?
GL/En la organización me enseñaron a estudiar a las teóricas feministas como Any Heller, Simone de Beauvoir, Alda Facio, María Teresa Blandón, esta última ha sido mi maestra en la escuela feminista. No puedo negar que me gusta leer a Eduardo Galeano ya que lo considero feminista.
¿Con que otra cosa se distrae?
Con el internet (risas…) me distraigo mucho con el internet que me apasiona porque uno descubre cosas nuevas, aprendo buscando conocimientos que están allí. Me gusta saber cómo se mueve el mundo político para poder explicar los fenómenos que se desarrollan en nuestro país.
¿Le gusta el cine y cuál es su película favorita?
GL/Me gustaba antes, he de confesar que hace tiempo no asisto al cine pero me gusta mucho las películas musicales por eso creo que he dejado de ir porque ahora solo –presentan- películas de terror y violencia y yo ya no estoy para eso.
¿Y sus amigos más cercanos quiénes son?
GL/Las compañeras de organización, pero especialmente las que estamos en el equipo de coordinación porque nos conocemos bien, intercambiamos, tenemos muchas coincidencias aunque no somos iguales. Especialmente con Merly Eguigure que tenemos años de estar juntas en la coordinación con Cristina Alvarado, Suyapa Díaz, Anadilia Ricarte, Ana Lizeth Cruz, Maritza Gallardo, Florencia Quezada y María Luisa Regalado. Algunas son del interior pero nos une una entrañable amistad.
¿Le gusta cocinar?
GL/Muy Poco. (Risas) Ya supere esa etapa, desde que conocí como nos esclaviza a las mujeres asumiéndolo como un deber dije: no. Mi mamá nos obligaba a meternos a la cocina pero ahora ya no, y estoy muy contenta de no tenerlo que hacer.
¿Qué le dicen sus cercanos cuando le ven el pelo corto y pintado de lila? ¿Eso es un símbolo?
GL/Es comodidad. No tengo tiempo para estar yendo cada rato a arreglarme el pelo. Algunos dicen que si es una norma andar el pelo corto en la organización pero les digo que no, simplemente es por comodidad.
Tiene sus ventajas por el calor y no gasto mucho (carcajadas).
¿A qué feminista coloca entre las más destacadas en Honduras?
GL/Blanca Guifarro, Anarela Vélez, Zoyla Madrid. Blanca es fundadora de esta organización, sembró bien la compañera y este árbol crece, precisamente aún mantiene mucha relación con nosotras y yo contenta con eso.