Tegucigalpa/Washington – De acuerdo a la acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, en inglés), el expresidente hondureño Rafael Leonardo Callejas, fue el dirigente centroamericano que más dinero recibió en concepto de sobornos en el denominado FIFAgate.
– La mayor parte del dinero llegó de la empresa Traffic a CONCACAF en pago por derechos televisivos y de marketing de la Copa Oro.
– La federación de Honduras recibió de World Media $1.6 millones por derecho de partidos eliminatorios al mundial de Brasil.
El también expresidente de la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras (Fenafuth), recibió 1.6 millones de dólares por otorgar los derechos televisivos y de comercialización de los partidos eliminatorios que jugó la Bicolor antes del mundial celebrado en Brasil el año pasado.
La información en poder de EEUU da cuenta que las transferencias para Callejas empezaron el 23 de marzo de 2011 y terminaron el 7 de enero de 2013. Hubo dos por medio millón de dólares, una por $450,000 y otra por $150,000.
El exgobernante hondureño está a la espera que se decida por parte de una jueza natural si es extraditado hacia Estados Unidos, país que lo reclama por el supuesto cobro de coimas.
El cuerpo legal que defiende a Callejas ha expresado la voluntad de su cliente de someterse a la justicia local y han invocado un arresto domiciliario en vista que el exgobernante tiene más de 70 años.
Las demás coimas a dirigentes de CA
En tanto, al expresidente de la comisión normalizadora de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), Reynaldo Vásquez, le atribuyen una transferencia fraudulenta por $100,000 el 4 de noviembre de 2011; otra por $350,000 el 10 de octubre de 2012; y una por $10,000 el 17 de octubre de 2014.
Mientras, Brayan Jiménez, Rafael Salguero y Héctor Trujillo, de la federación guatemalteca, recibieron cuatro transferencias por un total de $290,000 entre el 31 de marzo de 2011 y el 22 de julio de 2014. El dinero provino, en todos los casos, de cuentas que Media World, compañía de representación deportiva del imputado Alfredo Hawit, tenía en Nueva York y Miami.
El caso de los guatemaltecos refleja, además, una de las tácticas principales que los imputados ocuparon para lavar el dinero, esto es, para hacerlo aparecer como dinero obtenido legalmente a través de transacciones financieras a empresas-fachada ajenas a la actividad futbolística o de comercialización de derechos.
El 22 de julio de 2014, por ejemplo, los federativos de Guatemala recibieron un soborno por $200,000 enviado desde una cuenta del Banco de América en Miami a una cuenta del JP Morgan Chase en Seattle, Washington. La receptora del dinero era una compañía constructora a la que la acusación solo identifica como “Compañía A”.
El caso de los sobornos a Eduardo Li, dirigente de la federación de fútbol de Costa Rica, quien recibió $692,708 en cinco transferencias cablegráficas de dinero, refleja además que el esquema de corrupción nunca paró, que estaba activo en abril de 2015, días antes de que la fiscal estadounidense Loretta Lynch destapó el caso de corrupción de la FIFA en la corte de Brooklyn.
“Entre enero de 2014 y el presente (noviembre de 2015)… el acusado Eduardo Li, junto a otros, con conocimiento y alevosía transportó, transmitió y transfirió instrumentos monetarios y fondos en forma fraudulenta…”, dice la acusación.
La última transferencia que Li recibió se hizo el 28 de abril de 2015: $150,000 enviados de una cuenta abierta en el Multibank de Panamá a nombre de una compañía consultora a una cuenta a nombre de “Warrior Holdings” en el Citibank de Miami, Florida.
A Julio Rocha, dirigente nicaragüense, le enviaron $238,000 a través de dos transacciones en 2011. Y a Ariel Alvarado, dirigente panameño, le hicieron llegar solo $15,000 a cambio de los derechos comerciales y televisivos de un partido amistoso de la selección de su país. En este caso destaca, no obstante, que el DOJ introdujo como pruebas de asociaciones ilícitas para negociar sobornos por los derechos de la Copa Oro de 2013 dos correos electrónicos enviados por el dirigente a Concacaf en enero y marzo de 2012.
El fraude regional Los hombres más poderosos del fútbol centroamericano fueron, según DOJ, parte activa del escándalo de corrupción y sobornos que ha embarrado a uno de los deportes más populares del mundo. Al menos 10 de esos hombres recibieron poco más de $10 millones en sobornos en un período de tres años a costa de “privar a sus asociados de una representación honesta”, es decir, valiéndose de las insignias, uniformes y derechos de los equipos nacionales de balompié.
La tajada más grande fue para la organización internacional, afiliada a FIFA, que administra y dirige el fútbol del istmo, la Confederación Centroamericana y del Caribe de Fútbol (CONCACAF). Aaron Davidson, Jeffrey Webb y Jack Warner, exdirigentes de FIFA y cerebros de varios capítulos del caso judicial abierto en una corte de Nueva York, movieron y recibieron $7.1 millones entre el 15 de febrero y el 20 de diciembre de 2013 a cambio de otorgar a la empresa Traffic los derechos de las edición 2013 de la Copa Oro y de las temporadas 2013-2014 y 2014-2015 de la Concachampions.
Los máximos dirigentes de las federaciones de El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, por su parte, recibieron $3,340,708 en sobornos entre 2011 y 2014 a cambio de otorgar a World Media los derechos comerciales y televisivos de las selecciones nacionales.
Todas las cifras y detalles de los sobornos recibidos constan en el escrito acusatorio presentado por el Departamento de Justicia ante la corte del Distrito Este de Brooklyn, en Nueva York.
Los fiscales estadounidenses detallan, a lo largo de un centenar de páginas, los 92 cargos contra los directivos de FIFA, los centroamericanos y otros suramericanos por los delitos de crimen organizado, conspiración para cometer fraude, fraude cablegráfico de dinero, lavado de dinero y obstrucción de justicia. La razón por la que todos los dirigentes son procesados en Nueva York es porque quienes los sobornaron hicieron uso del sistema financiero estadounidense para pagarles. Así, en el caso de los sobornos por los derechos de la Copa Oro y la Concachampions, por ejemplo, hubo tres transferencias -dos por $3 millones y una por $1.1 millones- hechas desde cuentas del banco JP Morgan Chase al banco Delta National de Miami y al Capital Bank de Panamá.