Por: Julio Raudales
A propósito de frases de moda en los últimos días, está sonando mucho la consigna de que “ahora que hemos mejorado la macroeconomía, debemos también esforzarnos por arreglar la microeconomía, ya que ésta es la que realmente impacta en la gente, especialmente la mas pobre”.
No puedo estar más en desacuerdo con esa opinión y voy a explicar por qué:
No es que crea que el análisis microeconómico carezca de importancia en la vida práctica, por el contrario, mi interés académico en lo personal, se ha centrado con más ahínco en el análisis micro que en el macroeconómico. Sin embargo, creo que es importante poner en perspectiva ambos, entender sus diferencias y explicar la utilidad de cada uno de ellos, sobre todo a la hora de definir políticas, que es al fin y al cabo lo que hace que la economía tenga sentido como ciencia que intenta solucionar los problemas materiales de la humanidad.
Para empezar, es fundamental decir que ambas sirven para resolver los mismos problemas, de lo cual se deduce que es falsa la apreciación que afirma que cuando se arregla lo macro queda pendiente lo micro o por el contrario, si se arregla lo micro se pueden generar problemas en lo macro. Basta con arreglar la una para que queden solucionados los problemas del país en materia económica. Esto es porque los dos enfoques son simplemente distintas formas de abordar o estudiar lo mismo.
La microeconomía observa, analiza y propone soluciones a los problemas que pueden generarse en las relaciones que se dan entre las unidades económicas particulares, estas son: los individuos, los hogares, las empresas y el gobierno. Si logramos solventar estos problemas, todo el país estará mejor y por lo tanto la “macro” estará arreglada.
Es decir, “la micro” está muy relacionada con el comportamiento humano y sus motivaciones, en eso se parece mucho a la psicología. Sabemos que en general, las personas actúan en respuesta a incentivos: Por ejemplo, las probabilidades de que un niño mejore sus calificaciones en la escuela están muy ligadas a los premios que se le ofrezcan, el ejemplo que observe en su casa, una buena alimentación e incluso el castigo que probablemente reciba si se aplaza.
Igual que en el caso anterior actúan los hogares y las empresas. El rendimiento de un trabajador mejora si se le incentiva con un buen salario y condiciones decentes en su ambiente laboral hasta cierto punto. De igual forma, si este trabajador rinde mas, esto tiene un impacto positivo en la productividad de la empresa donde labora, lo cual repercute en las posibilidades de que ésta aumente los ingresos, tanto de los propietarios como de los empleados. Si esto es así, al final todos ganan, si no, todos terminan perdiendo.
El análisis microeconómico es sumamente rico y útil para casi todos los campos del quehacer humano. Nos ayuda a entender por qué hay desigualdad en los ingresos de la gente, por qué hay países pobres y ricos, por qué los médicos actúan distinto en su consultorio privado, cual es la diferencia entre vivir en el centro de la ciudad o en un suburbio… ¡en fin! Un famoso economista llamado Steven Levitt ha escrito un libro llamado “Freakonomics” cuya lectura recomiendo calurosamente, para que vean como la microeconomía es capaz de explicar problemas que van más allá del ámbito tradicional de ésta ciencia, como la delincuencia, la corrupción, la política, los deportes e incluso las relaciones sentimentales.
Pero ¿Cómo explicar entonces la problemática actual que vivimos en Honduras? Casi 40% de la Población Económicamente Activa tiene problemas de empleo, 2 de cada 3 hogares se encuentran en pobreza, la CEPAL dice que somos el país más desigual de América, tenemos cortes de energía cada vez más habituales en la zona norte, el agua llega solo a unos pocos hogares, las altas tasas de interés siguen elevadas, ¡en fin! ¿Cómo es que la macro está arreglada y tenemos tantos problemas en la micro?
Mi opinión es que el equilibrio fiscal alcanzado se hizo a un alto costo y este se refleja en la desatención a los servicios básicos y en más límites a la inversión pública y privada. Si no se aplican medidas remediales, esto tendrá impacto en las exportaciones, demanda interna y producción general que son variables macroeconómicas, lo cual demuestra que hay un nexo indisoluble entre los enfoques micro y macro que nunca debemos subestimar.
