Tegucigalpa – Un informe del Observatorio de Ordenamiento Territorial de la UNAH revela que dos décadas después del huracán Mitch, el país es más vulnerable y las recientes inundaciones dejadas por los temporales lluviosos revelan la urgente necesidad de ordenar el territorio más allá de la mitigación y la reacción ante los fenómenos naturales.
De acuerdo con esa investigación, cerca de 700 planes de mitigación se han diseñado desde el paso del Mitch en octubre de 1998 y los mismos han quedado archivados, añejos y sin que se les haya dado la importancia adecuada desde el fatídico paso de ese ciclón.
Tegucigalpa, la capital, es un reflejo de esa vulnerabilidad, así como otras zonas del país, como la región sur, que en este año por los últimos temporales lluviosos recordó nuevamente que es urgente impulsar planes de mitigación y de prevención para que las escenas de gente en albergues o incomunicadas por la crecida de los ríos no se vuelva una constante en los departamentos de Valle y Choluteca.
Pobladores del sur quedaron incomunicados debido a las fuertes torenciales.
Historias de campesinos caminando cuatro horas en zonas incomunicadas y anegadas para poder llegar a tierra firme a comprar alimentos, no deberían repetirse en el tiempo en este país. Es urgente un reordenamiento territorial acompañado de planes de mitigación frente al riesgo para evitar que los fenómenos naturales dejen más vulnerables aún, de lo que son, a vastas zonas del territorio nacional.
Nahúm Cálix.Nahúm Cálix, alcalde de la sureña comunidad de Marcovia, en el departamento de Choluteca, dijo que en los cuatro períodos que tiene de regir esa comunidad, nunca había enfrentado una emergencia como la de los primeros días de este mes de octubre. Las comunidades anegadas no solo fueron las de siempre, sino que se ampliaron más.
Zonas turísticas como Punta Ratón fue seriamente afectada por el temporal lluvioso, las imágenes mostraban como el mar se “comió” amplias franjas de playa, efecto también de lo que se conoce como el cambio climático, el fenómeno natural más importante que está enfrentado y afectando a la humanidad.
Efectos cambio climático
Caracterizado por climas extremos, al alterar la composición de la atmósfera, el cambio climático ha ubicado a Honduras entre los países más vulnerables del mundo, tras el paso del Mitch, y dos décadas después la nación sigue siendo más vulnerable. Marcovia, por ejemplo, está entre las comunidades más vulnerables del planeta.
El 90% de Marcovia fueron afectados por las últimas lluvias.
En tanto la región Caribe del país es otra de las zonas que llama la atención mundial por los efectos del cambio climático en el ecosistema costero y marino, así como el avance del mar en poblados turísticos por falta de barreras naturales de protección.
La vulnerabilidad del país está asociada no solo al necesario reordenamiento territorial, sino también al crecimiento poblacional, la presión migratoria interna y el déficit de viviendas, entre otros aspectos.
Miembros del Observatorio de Ordenamiento Territorial de la UNAH
El Observatorio territorial de la UNAH señala que hace 20 años la población total del país era de 6,2 millones de habitantes y ahora la misma es de 9,1 millones. Hace dos décadas había 1.2 millones de viviendas y ahora hay 2.3 millones de viviendas, evidenciando así un enorme déficit habitacional que indica cuántos viven en el suelo bajo el cielo.
Tegucigalpa, muy vulnerable
En el caso de Tegucigalpa, la capital, indica que al menos 300 barrios o colonias se encuentran en riesgo, las obras de mitigación son mínimas y la mayor parte de la población habita en sitios de riesgo a los cuales se acude cuando las lluvias han anegado sus casas o zonas.
El 22 por ciento de las casas que existen en la capital hondureña están por debajo del estándar de habitabilidad. Tegucigalpa tiene una población de casi 1,2 millones de personas y el 33 por ciento de los que habitan en el Distrito Central, se encuentran en condiciones de riesgo, según datos de la municipalidad.
El 33% de la población en la capital viven en condiciones de riesgo
De las grandes obras de mitigación en la capital destacan las hechas en El Reparto y El Berrinche, que hasta ahora han dado buenos resultados ante la cantidad de agua que ha caído en la ciudad en los últimos años, pero según el Observatorio Territorial de la UNAH, muchos de los planes de mitigación han sido engavetados y solo cuando se producen las emergencias es que los resucitan mediáticamente para luego volver a añejarlos.
En la capital, desde 1998 la población ha crecido de manera descontrolada en la franja urbana, porque la gente se ha asentado en zonas de riesgo sin que las autoridades municipales regulen de manera real esa ocupación de espacios en la ciudad.
El fantasma del Mitch
“Estimamos que, del año 1998 a la fecha, la población ha crecido en un 85 por ciento, con mayor demanda de asentamientos humanos, acceso a saneamiento básico, producción de desechos sólidos y con ello mayor deforestación y menor calidad de vida”, cita el informe del Observatorio.
Siempre con la capital, se indica hace dos décadas se acumulaban 850,845 toneladas de basura, pero en el 2018 la cifra subió a un millón 138,146 y no se cuenta con los sistemas de recolección efectiva y muchos de esos desechos se estancan en las aguas residuales o lluvias.
Fuertes toneladas de basura se acumulan en las calles después de lluvias.
Pero el país sigue siendo vulnerable 20 años después y según los expertos y el informe del Observatorio Territorial de la UNAH, el país no está preparado para enfrentar una tragedia similar a la del huracán y posterior tormenta tropical Mitch.
El huracán Mitch, que cruzó el país de norte a sur y de este a oeste, dejó una Honduras desnudada en su vulnerabilidad y dos décadas después hay sitios en el interior del país donde el fantasma del huracán sigue presente y en el caso de la capital hay zonas en donde su huella no ha podido ser borrada, y tres horas de lluvias intensas o un día entero, recuerdan que tan vulnerable es la capital y también el país.
