spot_imgspot_img

Un dragón inteligente

Por: Julio Raudales

Tegucigalpa.- Pensé mucho en escribir sobre las perspectivas que nos ofrece la “sorpresita” que nos dieron los norteamericanos el martes pasado. Al final, creo que será mas util dejar pasar unos días y hacerlo en el sosiego que impone el tiempo, la calma yla reflexión.

Escribo estas lineas desde Beijin, donde fui invitado por el gobierno chino al “Foro de Think Tanks sobre las pèrspectivas de cooperación entre China y la CELAC”, en el que las universidades jugaremos un rol determinante para revertir la desigual relación que priva hasta hoy, limitada al comercio de materia prima a cambio de bienes industrializados.

Mirando por la ventana de mi habitación veo docenas de rascacielos iluminados formando un perfil de ciudad que recuerda a las grandes urbes occidentales.

En la calle, millones de ciudadanos, sorprendentemente bien vestidos, compran y venden en medio de un bullicio donde se mezclan bazares tradicionales, tiendas de juguetes y baratijas, hasta Starbuks y Audi, pasando por McDonalds y Armani.

Lejos quedan los tiempos de Mao Tse Tung, la Revolución Cultural, el gran gran salto adelante, el comunismo chino y las hambrunas causadas por un sistema de planificación central ineficiente y empobrecedor.

Es soprendente escuchar a los gobernantes expresar con orgullo cómo el “milagro chino” se basa en 4 pilares fundamentales:

El primero es la ecoomía de mercado y su apertura al exterior, importando tecnología y capital y exportando productos industriales fabricados con mano de obra barata.

Sorprende ver como políticos “comunistas” ensalzan las bondades del mercado. Claro que la evidencia hace callar incluso a los mas fanáticos: desde 1978, unos 500 millones de chinos han dejado de ser pobres. La libertad de mercado está erradicando rápidamente la miseria que generó el socialismo.

El segundo pilar es que las reformas se hicieron desde adentro, sin imposición de países ricos u organismos internacionales. Y es que lo que funciona en un país no tiene por qué funcionar en otro. Es por ello que se debe resaltar el importante rol que juega la cultura en el desarrollo económico.

China y su sabiduría milenaria, ha sabido encontrar instituciones que de momento parecen funcionar. Por ejemplo, acotan la libertad de mercado, con un sistema adecuado de regulaciones a la propiedad privada.

También han conseguido que los municipios compitan entre sí ya que tienen el incentivo de obtener mayores ingresos fiscales, siempre y cuando cumplan con las metas que ellos se han impuesto. Esta competencia es una brillante estrategia para un país tradicionalmente ahogado por la burocracia y la corrupción.

Tercero, las reformas se introducen de forma secuencial y con el ritmo adecuado. Primero se prueba una política en una ciudad o región. Si funciona, se extiende a nivel nacional, sino se desecha.

Ésta experimentación gradual (que los economistas llaman learning by doing, o aprender haciendo) ha funcionado mejor que en otras experiencias de apertura, por ejemplo la rusa, donde las reformas se hicieron de golpe (bing bang), produciendo un vacío institucional que solo fomentó la corrupcion entre los miembros del antiguo Partido Comunista.

El cuarto pilar es que los políticos chinos llaman “socialismo en libertad” un concepto dificil de entender ya que involucra muchos elementos de la filosofía tradicional china como el yin y el yang, el equilibrio del ser humano con la naturaleza, etc.

Al final lo que esto pretende es introducir la libertad de mercado con la “armonía social” para fomentar la igualdad. Es decir, la filosofía china sustituye la retórica de las izquierdas occidentales que alegan que el mercado es salvaje y que el Estado debe corregirlo.

No obstante, ellos mismos admiten que han tenido poco éxito al respecto. En efecto, las cifras revelan que las desigualdades en el ingreso se han exacerbado en China y las mujeres tienen una participación escasa o nula en las decisiones.

Han reducido notablemente la pobreza y se han convertido en la segunda potencia económica global, pero la igualdad sigue siendo un reto.

El Dragón pues, ha mostrado que cuando se toman medidas de forma inteligente y pragmática, las políticas pueden tener mucho éxito. El secreto está en promover la libertad en los mercados y desarrollar una estrategia basada no en imposiciones, sino en el conocimiento de las potencialidades y limitaciones.

spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_imgspot_img