Por Alberto García Marrder, desde Europa.
Especial para Proceso Digital, La Tribuna, El País y Contexto de Honduras.
Tras la conmoción mundial que ha producido la misteriosa muerte del opositor ruso Alexei Navalny, o despiadado asesinato por un virus, como alega su viuda, Yulia Naválnaya, habría que hacerse muchas preguntas y exponer respuestas:
1- ¿De qué manera va a afectar ese suceso a la imagen política del líder ruso, Vladimir Putin? Mal internacionalmente, pero de hombre fuerte, internamente, donde en vez de respeto, se le tiene miedo.
2- ¿Se arrepiente Putin de haber propiciado o autorizado la muerte de su principal opositor? Nada de eso, Putin sabe que es un hombre fuerte y tiene que demostrarlo. Y lo primero que hizo fue subir de categoría militar al jefe de la prisión, casi en el Polo Norte, donde murió Navalny, un tal Coronel Valery Boyarinev, quien tenía a su principal preso con raciones reducidas de comida y frecuentes castigos por no abrocharse todos los botones de su camisa.
3- ¿Va afectar esa misteriosa muerte a la Guerra de Rusia en Ucrania? Sí y mucho. Es posible que en Washington, los congresistas republicanos-al fin indignados- decidan aprobar más ayuda militar americana al gobierno de Kiev, falto de municiones para defenderse de la invasión rusa en el sur este del país. Y el presidente Joe Biden, la firmaría con gusto y prisa. Y más ayuda militar de la Unión Europea también y del Reino Unido.
4- ¿Habrían nuevas y más sanciones a Rusia en represalia? Si, por parte de Estados Unidos de la Unión Europea y del Reino Unido. Que las va a sufrir más el pueblo ruso que Putin.
5- ¿Tras esa muerte, como queda la oposición rusa? Mal, muy reducida, sin su líder más emblemático. Y con el miedo en el cuerpo. Simplemente por poner flores en altares improvisados en las calles en su honor, más de 300 personas han sido detenidas por “provocación”.
6- A largo plazo, ¿Qué peligro pueden temer los países vecinos? Mucho y en menos de 10 años, Putin (muy envalentonado) podría querer reproducir la desaparecida Unión Soviética y apoderarse de los tres países Bálticos (Letonia, Estonia y Lituania) y hasta a Finlandia, a pesar de pertenecer ya a la Alianza Militar OTAN, especialmente por ese peligro.
7- Para eso, ¿qué pinta Donald Trump en este asunto? Mucho. Putin necesitaría que el ex presidente gane las elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre ante Joe Biden y regrese a la Casa Blanca. Trump es un fiel admirador de Putin y enemigo de la OTAN y podría, entonces hacer “la vista gorda” ante las invasiones fronterizas rusas.
8- ¿El cadáver de Navalny cuando sería entregado a su familia? Lo reclama su madre, Lyudmila Navalnaya, de 69 años. Las autoridades rusas con el pretexto que “se está investigando su muerte”, lo siguen reteniendo, una semana después. La viuda, Yulia Navalnaya, alega que lo tienen más tiempo para borrar los rastros en su cuerpo del mortífero agente cerebral Novichok “que lo mató”.
9- ¿Hay algo que reprochar a Navalny? Si, haber regresado a Rusia desde Alemania donde lo curaron de su primer ataque con ese virus cerebral, en el 2018.
10- En marzo, Putin se presenta a unas elecciones amañadas para un quinto mandato presidencial (el tercero consecutivo) ¿Las ganará? Sin un candidato rival, por supuesto que sí, así cualquiera…y Navalny es un opositor menos en el camino. Para eso es un dictador con fines autocráticos… es la triste realidad. Y la Europa Occidental y Estados Unidos observando imperturbables.
