Por: Ernesto Gálvez
Tegucigalpa.– Las migraciones internas e internacionales es apenas uno de tantos fenómenos que de manera dramática están y estarán profundizándose en estos tiempos del fin.
Son millones de seres humanos que se desplazan en muchas áreas del mundo, a causa de las guerras, sequías, hambrunas, plagas y en Honduras le agregamos los “sueños”. El fenómeno de las emigraciones ocurre en medio de hechos insólitos:
1.El primero es que, varios líderes de un partido de izquierda, abiertamente antiimperialistas, han sido los principales organizadores y promotores de la llamada “Caravana de Migrantes” con la misión de llegar, precisamente, a la sede del “odiado” imperio; el éxodo se organizó en San Pedro Sula, inicialmente con alrededor de dos mil personas, pero, en la ruta de miles de kilómetros, se sumaron más del doble, arribando a Tijuana, México, alrededor de siete mil migrantes; un porcentaje retornó durante la ruta. Ya en la frontera, pareciera que el sueño americano se disipa y se transforma al amparo de San Manuel Obrador y el acoso del síndrome de Trump.
2.Los factores o causas estructurales de la migración tienen que ver con las condiciones de pobreza históricamente generadas durante siglos, tiempo en que las clases políticas han manejados estas tierras como hacienda particular. Aún los catastróficos desastres naturales recientes no pudieron mover ni los corazones ni las mentes de esos dinosaurios, que pudiesen frenar dicha rapiña. Apenas se creó el PINU (ahora prestamista de curules) como resultado de la guerra del año 69; del FIFÍ sólo nos quedó el puente de Choluteca (y que lo donó Japón); del MITCH sólo quedó el hospital María, inaugurado 19 años después; y del huracán “MEL”, apenas se han fundado los “comandos insurreccionales”, la última moda de las políticas del subdesarrollo insostenible. Lo paradójico es que este líder ahora es un abanderado contra el narcotráfico y la corrupción (sic), rasgándose las vestiduras ante los medios nacionales y transnacionales.
3.Las causas coyunturales, más las locuras políticas, personales y colectivas, pueden sintetizarse, primero, en una profunda idealización del sueño americano que se ha venido configurando desde que los marinos hondureños empezaron a “embarcarse” desde principios del siglo XX, en los buques bananeros desde Trujillo, Ceiba, Tela y Cortés; pasando por las fugas de parejas “emproblemadas”; escapes extrajudiciales y, hasta la necesidad de lograr un estatus social, no importando si el regreso se hace vuelos charters gratuitos.Regresar de “la USA” hablan con tono mejicano, contando anécdotas del desierto y las peripecias con “la migra”; es asunto de hombres posmodernos, de mundo; que todo lo saben y que son capaces de “mojarse” cuantas veces los deporten. En fin, haber vivido o intentar vivir en país del norte, viene a ser como el requisito indispensable de la vida, sin el cual, la muerte no merecería ni epitafio. Muchas personas, con trabajos estables, profesionales universitarios, con familias establecidas, se contaminan con un inusitado deseo obsesivo de realizar el viaje migratorio de su vida, aunque ello los lleve a la muerte o mutilación en “la bestia”; o deshidratados en el desierto; o terminando de actor de la obra sanguinaria de “los Z”. Pero no hay que ser tan injusto; existe un pequeño porcentaje de migrantes que sí viajan perfectamente enfocados: lo hacen financiándose con sus recursos o se enjaranan; deciden el tiempo de estadía y la meta económica a alcanzar; no se desconectan de su familia; envían fielmente las remesas y regresan contentos, sin haber arriesgado la desintegración familiar, como ocurre en la gran mayoría de las personas que emigran, sea a Estados Unidos o cualquier otro país, siendo la separación de los cónyuges, una de las principales causas de la crisis social, pues el impacto en la familia es altamente dañino, anomia que no compensa los ingresos obtenidos derivados de las remesas.
4.Lo insólito de la política antiinmigrante de los Estados Unidos: la familia presidencial es de ascendencia migrante; el país fue formado por inmigrantes; la participación de la mano de obra inmigrante ocupa una función de alta incidencia en la economía estadounidense; es más, existen ciertas actividades laborales que ningún “gringo” las haría. Las agresivas actuaciones del gobierno norteamericano tendrán muchos obstáculos legales internos, propios de su institucionalidad, lo mismo de la normativa del derecho internacional, convenios y tratados, especialmente los referidos a los derechos humanos; aunque en algunas ocasiones existirán victorias parciales que le darán ciertas satisfacciones a un sector de ciudadanos que tradicionalmente han abrazado una actitud antiinmigrante, muchas veces derivadas de prejuicios ideológicos, raciales o religiosos pero, en realidad, será difícil creer en una resonante triunfo de la caravana migrante aunque, ciertos candidatos sin partido y “analistas” de interpretaciones que se les derrite el cerebro, aseguran que “si JOH renuncia, todos los migrantes retornan inmediatamente” convirtiéndose Honduras, ipso facto, en un país desarrollado y feliz. Así que, tanto la oposición como la OEA, ONU, UE, BID y BM, tienen en sus manos concretar esta maravillosa fórmula, no sin antes patentarla en la OCDE.
5.Ya en serio, la emigración de hondureños de manera masiva es un fenómeno sorpresivo. Cualquier persona con dos dedos de frente no logra entender cómo mujeres embarazadas, con niños en edad preescolar y escolar, con o sin compañero de hogar, deciden abrazar ese peregrinaje, sin poseer nada más de la cédula de identidad, sin pasaporte, ni dinero, sin ropa ni zapatos adecuada; solamente, un biberón, pañales, una botella con agua. Definitivamente, que tiene que haber una organización lo suficientemente preparada logística y económicamente para emprender semejante proyecto, además de tener unos propósitos bien definidos y una estrategia de operación secreta y confidencial cuyo libreto debe tener planes alternos, si una estrategia fallaba. Algo que sí era claramente observable en los videos de la prensa internacional es el comportamiento social colectivo violento copiado casi al carbón de las manifestaciones de un partido político de izquierda que ha realizado y realiza en Honduras. Impresionaba y sorprendía ver la agresividad desafiante con que actuaban contra las autoridades del país que no era el suyo. Eso también es inédito, pero que no tuvieron éxito frente a la policía y ejército de los Estados Unidos, teniendo que desistir y cambiar de estrategia. En México, esta caravana puede convertirse en un factor que provoque decisiones del nuevo Presidente que contradigan la voluntad de la mayoría de los mejicanos, haciéndolo perder el glamour del inicio de su gestión. Pero también inventarse un tratamiento que se convierta en ícono mundial en el tratamiento de fenómenos migratorios por parte de un país tercermundista.
