terapeuta de pareja y familia.
En la actualidad el mundo enfrenta una de las más grandes crisis sanitarias de las últimas décadas y nos ha afectado a todos sin excepción, las preocupaciones, la incertidumbre y la ansiedad sobre el COVID-19 y el impacto que este tendrá en la vida de las personas pueden llegar a ser abrumadoras si no se manejan adecuadamente, tomando en consideración que una de las principales medidas para contrarrestar el virus es el confinamiento en casa, hace que todo se vuelva aún más complejo.
No podemos negar que es una situación nueva para todos, en donde el temor, la soledad y la incertidumbre son sentimientos experimentados por el colectivo, que estamos forzados a adaptarnos de manera abrupta a nuevas formas de vida, hábitos, rutinas, estilos de vida, trabajo, etc. Nadie nos preparó para tal situación y aunque nos resistamos debemos aceptar que muchas cosas cambiaron o llegaron para quedarse y esto está generando niveles de estrés y ansiedad muy altos en la población en general por muchas razones, entre las que destacan el temor a la muerte, a enfermar nosotros o nuestras familias y amigos, presiones económicas, desempleo, conflictos y violencia en el hogar, abusos, entre otros.
Por lo tanto, es de esperar que se presenten alteraciones en la salud mental de la población aunado al exceso de información que pueda ocasionar que la gente se sienta sin control y sin saber qué hacer.
Por lo que la contención emocional en momentos de crisis se vuelve indispensable para cualquier persona, no solo para responder adecuadamente a la presión, sino también para potenciar un óptimo estado de salud integral en general.
Muy pocas veces prestamos atención a nuestra salud mental y a lo necesario que se hace tener higiene mental, cuidar la calidad de nuestros pensamientos, de las emociones que experimentamos con más frecuencia y la manera en como las canalizamos, pues no son aspectos notables visiblemente como lo es una enfermedad física, hasta que colapsamos, rebasamos los niveles adaptativos; es ahí donde se hace urgente cuidar nuestra salud mental, pues nuestra mente y nuestro cuerpo actúan de manera sincronizada y de alguna forma el cuerpo recibe órdenes de nuestro cerebro, de lo que constantemente nos repetimos a nosotros mismos y a los demás. ¿Siendo así, seremos conscientes de cómo estamos saboteando nuestro sistema inmunológico? Pues créanlo o no, existe una estrecha relación entre nuestro estado de ánimo y nuestras actitudes frente a cualquier enfermedad, pues aquellas personas optimistas, que manejan una actitud sana frente a la vida tienden a desarrollar un sistema inmunológico más fortalecido que quienes constantemente son presas de pensamientos negativos, en donde el factor denominador es el miedo, el fracaso, la queja, el llanto y demás.
Por lo que si estas experimentando cambios abruptos de humor, irritabilidad, alteración en tus hábitos alimenticios, de sueño, poca energía, sensación de nada importa, has perdido la esperanza, estas tomando o fumando en exceso, dependiendo de fármacos o consumiendo algún tipo de drogas ilícitas y te has aislado hasta virtualmente de las personas cercanas, podrías estar experimentando alteraciones en tu salud mental y es urgente que empieces a mantener higiene mental.
¿Como hacerlo? Respira… Cuando te sientas cargado, hazlo profundamente 10 veces antes de hablar, Intenta mantenerte ocupado, expresa tus emociones, pues cuando no lo haces tu cuerpo lo resiente y te lo hace saber a través de enfermedades físicas que empiezas a somatizar hasta hacerlas reales, mantén rutinas saludables con horarios de sueño, de comidas, ejercicio físico, actividades que te aporten placer, intenta aprende algo nuevo en este tiempo.
Y algo indispensable…Ríete más seguido, al hacerlo liberamos endorfinas que actúan como la morfina aliviando el dolor y el organismo se libera de energías negativas. Si luego de todo esto el agobio en ti no cede, busca ayuda profesional, no temas hacerlo, pues estarás haciendo mucho por mejorar tu calidad de vida y su salud.
FB. ISSIS ROMERO, PSICOLOGA/SEXOLOGA
