spot_img

Rigoberto Sandoval Corea, el adiós a un hombre probo

Thelma Mejía

Tegucigalpa. –  En un país donde los referentes son tan pocos y la memoria histórica no siempre es justa, reconocer la trayectoria y el compromiso del economista agrícola, don Rigoberto Sandoval Corea, es un deber periodístico de quienes le conocimos, entrevistamos, compartimos inquietudes y soñamos con una Honduras más justa, menos desigual y más inclusiva. Una Honduras con valores democráticos y respeto al debate de las ideas en medio de los disensos.

Despuntaba en el periodismo cuando conocí a don Rigo, una autoridad en materia agraria y forestal, un luchador incansable en la protección del bosque y la lucha contra la corrupción. De hablar pausado, sereno y muy reflexivo, siempre estuvo atento a despejar mis inquietudes, compartir sus experiencias como uno de los pocos hondureños que destacó a nivel internacional en el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Roma, donde fue director de la División de Reforma Agraria para América Latina, laboró por muchos años en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros desempeños profesionales en al menos tres continentes. Fue un políglota y un profesional destacado de universidades de Estados Unidos y el Reino Unido. Un hondureño brillante, oriundo de su querido terruño de El Aceituno, en el sureño departamento de Valle. Eso nos unió en la amistad y las tertulias alrededor de las costumbres de nuestros pueblos sureños.

Don Rigo fue el impulsor de la reforma agraria en Honduras, inicia con él un proceso de colectivización de la tierra, recuerda otros de sus grandes amigos y escritor, don Óscar Aníbal Puerto, para quien Sandoval Corea fue el mejor director en la historia del país que ha tenido el Instituto Nacional Agrario (INA). En esas andanzas y coberturas periodísticas sobre temas del medio ambiente, conocí también su vocación a favor de la defensa del bosque, de la forestería comunitaria y el papel que las comunidades pueden jugar en la protección de los recursos naturales.

Luego tuve el honor de compartir espacio en una instancia conformada por ciudadanos comprometidos con el país conocida como Foro Ciudadano con exquisitos debates y construcción de propuestas en torno a temas relacionados con la seguridad, las relaciones cívico-militares, la lucha contra la corrupción, la defensa del ambiente, entre otras. Aprendí de sus visiones, del rigor con que abordaban los temas, la intensidad de los debates y el respeto y camaradería que reinaba en el grupo, aunque las ideas no fueran las mismas. El Foro Ciudadano fue un buen ejercicio de construcción de cultura y valores democráticos.

Conocí esa otra faceta de don Rigo a quien luego acompañé a elaborar uno de sus libros en materia forestal, recorrimos aserraderos, entrevistamos madereros, campesinos, técnicos, expertos y funcionarios que me permitieron una mayor comprensión del complejo tema forestal.

En la lucha contra la corrupción nunca tuvo medias tintas, siempre cuestionó las malas prácticas y recordaba los valores inculcados por su familia. El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) que dirige la abogada Gabriela Castellanos, le otorgó un homenaje como Personaje 5 Estrellas y en su mensaje don Rigo ratificó su compromiso de lucha anticorrupción esperanzado en que debemos heredar a las nuevas generaciones un país diferente. Nunca se dio por vencido, murió con ese sueño, por ello su legado no puede quedar desapercibido.

La trayectoria de don Rigo—su “pá”—como le decía su querida hija Carla, debe ser recogida y promovida por quienes promueven la transparencia, la ética y la rendición de cuentas en medio de estas tempestades en donde pareciera que la corrupción no quiere dar tregua, surge y resurge como una medusa, queriendo descabezar instituciones y ciudadanos valientes que denuncian y evidencian cómo operan sus estructuras.

Alejado del bullicio citadino y del ruido de la política, don Rigo disfrutó sus últimos momentos rodeado del cariño de sus hijas, nietos y demás familiares, recordando sus anécdotas y ese compromiso con Honduras, como pocos. No dudó en dejar sus buenos cargos en el extranjero obtenidos por su profesionalismo para retornar a servir al país al frente del INA donde fue uno de los promotores de la reforma agraria, o al frente de la Corporación de Desarrollo Forestal (COHDEFOR) que hoy se conoce como el Instituto de Conservación Forestal (ICF), que surge como parte de la nueva ley forestal de la cual él también fue uno de sus impulsores.

Mucha deuda tiene el país con este hombre probo a carta cabal, humilde, de trato amable y fuerte apretón de manos. Él debe ser parte de los referentes de la historia, más allá de nuestros próceres de la independencia que son algunos de los pocos que recuerdan los jóvenes cuando se les pregunta sobre sus referentes en el país. Y los citan porque se los contaron sus padres o enseñaron en las escuelas, pero desconocen los grandes héroes anónimos de este país cuyo ejemplo vale la pena seguir. Don Rigoberto Sandoval Corea es uno de ellos. Que la tierra le sea leve a este querido, admirado y respetado amigo.

spot_img

Lo + Nuevo

spot_imgspot_img