¿Reduciendo o Incrementando Pérdidas?

Por: Luis Cosenza Jiménez

En febrero de este año, después de un largo y tortuoso camino, se adjudicó el contrato para la reducción de las pérdidas eléctricas de la ENEE, que suman alrededor del 33% de la energía que coloca en la red eléctrica. 

En pocas palabras, la ENEE tan solo factura las dos terceras partes de la energía que entrega al sistema eléctrico.  Ninguna empresa puede sobrevivir en esas condiciones, salvo que se trate de un monopolio que puede cobrar lo que se le antoje.  Visto así, la idea de contar con un contratista para que reduzca las pérdidas eléctricas parece ser una idea lógica y deseable, y a ese fin se ha contratado a la firma Energía Honduras, un consorcio colombo-hondureño, en el cual participan algunos de los socios de SEMEH y el sindicato de trabajadores de la ENEE. 

Recientemente se ha finalizado la contratación de la firma que supervisará el trabajo de Energía Honduras, así que ahora contamos con todos los elementos de juicio para analizar los beneficios del proyecto. Al hacerlo, resulta que el proyecto, aún cuando reduzca las pérdidas eléctricas de la ENEE, incrementará la pérdida financiera de la ENEE.  ¡Parece increíble!  En pocas palabras, el costo del contrato es tan alto que sería mejor, desde el punto de vista financiero de la ENEE, seguir con el alto nivel de pérdidas eléctricas y no contratar a Energía Honduras. Permítanme explicarme mejor.

El contrato de Energía Honduras es a siete años y suma un total de $1, 301,566,758, casi treinta mil millones de lempiras.  A esto debe sumarse un préstamo que proveerá Energía Honduras a la ENEE para construir las obras necesarias para reducir las pérdidas técnicas y cuyo repago sumará $437,659,509, un poco más de diez mil millones de lempiras. En total se pagará al contratista alrededor de cuarenta mil millones de lempiras, probablemente la contratación más grande en la historia del país.  En el contrato, al préstamo que otorgará el contratista se le llama, eufemísticamente, “inversión”. 

Lo que Energía Honduras “invierte” (presta) en el primer año, lo cobra en los siguientes seis, lo que presta en el segundo año lo cobra en los siguientes cinco, y así sucesivamente, hasta que lo que presta en el séptimo lo cobra al final de ese año. Además de lo que cobra Energía Honduras hay que agregar el honorario de la firma que se contratará para que supervise al contratista, y estos tres elementos, más las prestaciones que pagará la ENEE a los empleados que deberá destituir como consecuencia de la contratación de Energía Honduras, conforman el costo directo del proyecto. 

Por el lado de los beneficios podemos contar el valor de la reducción de las pérdidas.  Las pérdidas comerciales o no-técnicas se pueden valor al ingreso medio de la ENEE, que en el 2015 fue de $0.15 por kWh.  La reducción de las pérdidas técnicas no resulta en más energía facturada por la ENEE, pero sí permite reducir las compras a los generadores. La reducción se dará en las compras de energía térmica, cuyo costo variable es del orden de $0.07 por kWh, menos que la mitad del promedio del precio de venta de la ENEE.  Nótese que estrictamente hablando la reducción en las pérdidas no-técnicas no resultará en un aumento igual en la facturación de la ENEE, ya que al tener que pagar la factura real, el consumidor probablemente opte por reducir su consumo. 

Es decir, habría que ajustar el cálculo tomando en cuenta la elasticidad de la demanda, lo cual reduciría los beneficios por concepto de reducción de pérdidas no-técnicas.  En efecto, la simplificación del análisis sobreestima los beneficios del proyecto. Es decir, un análisis más exacto haría que el proyecto luzca peor.  El otro beneficio del proyecto es la reducción que permitirá en los gastos operativos de la ENEE.  Al asumir el contratista algunas de las funciones que actualmente desempeña la ENEE, esta podrá reducir su personal (pagando, por supuesto, los beneficios laborales correspondientes) y disminuir otros gastos operativos.

Al hacer el cálculo de los beneficios del proyecto, y aún suponiendo que se cierra la ENEE (cosa que no es posible ya que debe atender las labores administrativas, de generación, transmisión y ampliación de los sistemas de distribución, ya que eso no será competencia del contratista), resulta que todos los flujos anuales son negativos, oscilando entre mil y mil seiscientos millones de lempiras, y por tanto la tasa interna de retorno es altamente negativa (en efecto, no puede ser calculada).  Si no se cierra la ENEE, es decir si sus gastos operativos no se reducen en un cien por ciento, la situación empeora.  Ninguna empresa privada emprendería un proyecto con estas características.  Nadie acometería una obra que anualmente produce resultados negativos. 

En resumen, la reducción de pérdidas eléctricas empeorará las finanzas de la ENEE.  En este caso, lo lógico habría sido no adjudicar el contrato y licitar nuevamente con base en un pliego de licitación que refleje un modelo aceptable a las firmas que tienen experiencia en el tema de reducción de pérdidas.  A mí entender, expertos internacionales advirtieron al gobierno que no había interés en el proyecto descrito en los documentos de licitación y al final solo se presentó una oferta con un precio extraordinariamente alto (en realidad, se presentaron dos ofertas, pero una de ellas presentó una propuesta para un proyecto alternativo al incluido en los documentos de licitación y por tanto no pudo ser siquiera considerada).  Cuesta entender por qué el gobierno insistió en adjudicar el contrato en esas condiciones.  Adjudicaron un contrato, inconveniente a los intereses de la ENEE, por cuarenta mil millones de lempiras, pese a haber recibido una sola oferta.

La pérdida de la ENEE resultará en la ganancia de Coalianza quien recibirá el dos por ciento del monto del contrato, o sea, ochocientos millones de lempiras. La Superintendencia de Concesiones también recibirá cuatrocientos millones.  Ambos montos han sido explícitamente incluidos en la oferta del contratista, así que en efecto seremos los consumidores de la ENEE quienes pagaremos esas cuantiosas sumas a las dos organizaciones previamente mencionadas.  Los socios de Energía Honduras, incluido el sindicato de la ENEE, posiblemente resulten beneficiados.  Los perdedores seremos los consumidores de la ENEE y los empleados de esa empresa que no logren colocarse con el contratista.  Lamentable, y casi seguramente, las finanzas de la ENEE se deteriorarán como consecuencia del proyecto y el sector continuará siendo una carga para nosotros.  Ahora la ENEE no solo incumplirá sus compromisos de pago con los “térmicos”, sino que también con los “renovables”, salvo que nuevamente nos aumenten las tarifas. luzca peor.yenma los beneficios del proyeanatura realenos de la mitad del promedio del precio de venta de la roye

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