Quién llevará el mensaje a Garcia

Por: Pedro Gómez Nieto
Asesor y Profesor CISI

Los depredadores de la democracia llevan años dándole duro y parejo a nuestras Fuerzas Armadas. No las quieren cerca hasta que las necesitan.

Si por ellos fuera estarían cuidando los bosques, acuarteladas, reducidas a la mitad, incluso desmanteladas. Antes las consideraban traidores a la patria porque sacaron a “Mel” de Casa Presidencial (por orden del Poder Judicial), y ahora siguen siendo traidores por lo contrario, no hacer lo mismo con JOH. Hace unas semanas esparcieron sobre ellas toda la basura disponible porque recibieron el mandato presidencial, y asumieron la responsabilidad, de adecentar el sector agrario. Nuevamente despliegan su mejor coprofilia a cuenta de la última misión recibida del presidente, poner orden en el sistema penitenciario.

La Gaceta publicó el cese de las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), y el sistema penitenciario nacional, los centros penales, pasan a ser gestionados por Fusina, Ejército y Policía Nacional. Escuchando las intervenciones de varias autoridades de Fusina, observando sus kinemas y paralingüística, percibí entusiasmo, lícito orgullo, y compromiso ante la importante orden recibida y responsabilidad aceptada. Lo que sumado al párrafo anterior me hizo recordar una frase del escritor Elbert Hubbard: “El héroe es siempre aquel que en cada momento ejecuta con precisión y entusiasmo lo que tiene que hacer”. Explicaré el contexto.

El 22 de febrero de 1899, como resultado de la conversación mantenida con su hijo durante la cena, Hubbard escribió en poco más de una hora un breve relato que tituló “Un mensaje a García”, también conocido por “Carta a García”. Circunstancias encadenadas coadyuvaron para que se tradujera a siete idiomas, fuese distribuido entre los empleados de grandes empresas, y entregado un ejemplar a cada soldado de las fuerzas armadas de diferentes países, Alemania y Japón como ejemplo. Del ensayo se han hecho sobre 40 millones de copias, han leído bien.

La historia, inspirada en un hecho real, se desarrolla en 1898 durante el conflicto bélico entre EEUU y España por la independencia de Cuba. El soldado Andrew Rowan recibió el encargo del presidente de los Estados Unidos de entregar un mensaje al general García, el jefe de los rebeldes que se encontraba escondido en algún lugar de las montañas de la isla caribeña. Eso no tendría mayor relevancia si no fuera porque Rowan recibe la carta conteniendo el mensaje, la esconde junto al pecho, y parte para cumplir la misión sin solicitar ni recibir otra información que le permita localizar al general y facilite el éxito de la misión. La historia finaliza con la orden cumplida a cabalidad.

Algunos fragmentos del relato: “Qué desaliento no habrá sentido aquel jefe que necesitando de la colaboración de sus subordinados no se haya quedado estupefacto ante la imbecilidad, pereza, falta de energía para llevar a término la ejecución de un proyecto. Descuido culpable, trabajo a medio hacer, desgreño, indiferencia, parecen la regla general. Esta incapacidad, estupidez moral, atrofia de la voluntad, esta mala gana para remover los obstáculos es lo que retarda el bienestar de la sociedad. Se necesita un capataz armado de garrote.”

“Quiero tener una frase de simpatía para quien luchando contra todos los obstáculos, dirige los esfuerzos de los otros, y cuando ha triunfado solo obtiene por recompensa pan y abrigo. La pobreza no da excelencia por si sola, los harapos no son recomendación. No todos los patronos son duros y rapaces, ni todos los pobres son virtuosos. Mi corazón está con el hombre que se hace cargo de una carta para García y la lleva sin hacer preguntas idiotas. La ley de supervivencia de los mejores se impone». No es casualidad que fuese un militar el protagonista de esta historia.

Políticos fracasados, convencidos de que debilitando las instituciones, ensuciando la dignidad de las personas, obtendrán simpatías del electorado que podrán rentabilizar en las urnas. Les aguarda el enésimo fracaso. Patetico resulta escuchar al prócer decir que las próximas elecciones ya están amañadas, anticipando y justificando su tercera derrota. El hondureño de bien quiere paz, trabajo y justicia. Rechaza la confrontación y la violencia. El pueblo sabe quiénes son los que trabajan y asumen responsabilidades para entregarle el “Mensaje a García”, y quienes son los timadores de feria que viven del cuento y del relajo.

“Quien nunca hace más de lo que se le paga nunca obtiene pago por más de lo que hace”. -Elbert Hubbard-

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