¿Qué tienen en común las placas solares que transforman energía solar en electricidad, la fibra óptica de las comunicaciones, las pantallas de cristal líquido de los ordenadores o una endoscopia? Que todas estas tecnologías se basan en la luz.
En diciembre de 2013 Naciones Unidas decidió declarar el año 2015 el «Año Internacional de la Luz y las Tecnologías Basadas en la Luz», con el objetivo de reconocer la importancia de ésta y de las tecnologías asociadas para la vida de los ciudadanos del mundo y para el desarrollo futuro de la sociedad mundial en muchos niveles.
Y es que la luz, como relata a Efe la física María Josefa Yzuel Giménez, es la base de muchas tecnologías usadas diariamente.
Las aplicaciones de la ciencia y la tecnología de la luz están en la medicina, la energía, la información y las comunicaciones, la fibra óptica, la agricultura, la minería, la astronomía o el ocio.
¿Pero qué es la luz? La primera acepción del diccionario de la Real Academia de Española dice que es un agente físico que hace visibles los objetos; la cuarta acepción que es un utensilio o aparato que sirve para alumbrar; y en la duodécima se informa de que es la radicación electromagnética en el espectro visible.
De todo esto hay algo. Yzuel, presidenta del Comité para este Año de la Luz en España, detalla que en la historia de la filosofía, los griegos ya se preguntaban qué era la luz y por qué vemos, sin embargo lo que entendemos por luz ha ido cambiando a lo largo de los siglos.
Por ejemplo, hay une fecha clave -de la que este año se celebra el mil aniversario-, la publicación del primer libro de óptica a manos de Ibn Al-Haytham (1015), nacido en Basora (Iraq actualmente).
Muchos años después, también fueron hitos las aportaciones del físico francés Augustin-Jean Fresnel sobre el carácter ondulatorio de la luz (1815) y la teoría electromagnética formulada por el británico James Clerk Maxwell (1865), a partir de la cual se comprobó que las ondas electromagnéticas viajaban a la misma velocidad que la luz y constató que la luz es una onda electromagnética.
«La luz, desde el punto de vista de onda electromagnética, llegó a la física al final del XIX con Maxwell. Sus ecuaciones explicaron la relación del campo eléctrico y el magnético, y se vio que la luz se comportaba como una onda electromagnética, fue una unificación de conceptos. Se dice que Maxwell es el físico del XIX que más influyó en la física del XX», afirma Yzuel.
Sin embargo, más adelante, los físicos se dieron cuenta de que la forma de interacción de la luz con la materia no podía argumentarse con este modelo de Maxwell, y la explicación la encontraron en los fotones (cada una de las partículas que constituyen la luz).
2015 no quiere conmemorar solo a Al-Haytham, Maxwell y a Fresnel, sino también la teoría de Albert Einstein del efecto fotoeléctrico en 1905 y de la incorporación de la luz en la cosmología mediante la relatividad general de 1915, y el descubrimiento en 1965 del fondo de microondas del cosmos por Arno Allan Penzias y Robert Woodrow Wilson (ambos Premio Nobel de Física en 1978).
También, los logros alcanzados por el Nobel Charles Kao en la transmisión de la luz por fibras para la comunicación óptica, 1965.
Cien actividades
Todo esto es lo que el comité español de este Año quiere hacer llegar a los ciudadanos con más de cien actividades.
Para ello, según Yzuel, la segunda mujer en lograr una cátedra universitaria en Física en España y experta en óptica, se han hecho conferencias y se seguirán haciendo a lo largo de 2015 en muchos lugares de España, se han preparado kits de educación para los profesores, campamentos o exposiciones (www.luz2015.es).
En el Museo Sorolla de Madrid en julio se organizará una muestra sobre la luz y este pintor valenciano.
El acto de apertura se celebró en febrero en Barcelona y se prevé que el de clausura sea en noviembre en la sede madrileña del CSIC.
Desde el comité español del Año Internacional de la Luz se ha intentado llegar a museos, ayuntamientos, centros de investigación, colegios, empresas y asociaciones culturales con el objetivo -hay incentivos fiscales- de tejer una red de actividades para sacar la luz de los libros y despertar vocaciones entre los más jóvenes.
Porque, tal y como indica la Naciones Unidas, el fortalecimiento de la enseñanza de la ciencia y las tecnologías de la luz son esenciales para abordar retos como el desarrollo sostenible, la energía y la salud, así como para mejorar la calidad de vida de los países desarrollados y en desarrollo (se estima que en el planeta aún hay mil millones de habitantes sin luz, según la UNESCO). EFE
