Por: Elias Lizardo
Ex funcionario de la Secretaría de Salud
Al diputado Yuri Sabas: lo felicito porque ha traído a la luz pública el tema de la asistencia médica en nuestra adorada Honduras.
No obstante, el diputado ha enfocado un tema en el que solo tiene acceso el 15% de la población hondureña: los hospitales y clínicas privadas.
Sabas, fue atendido en un hospital capitalino de mucho prestigio. El aumento de su sueldo como diputado se lo permite. No obstante, al recibir la factura por todas las atenciones recibidas, consideró que el monto cobrado era totalmente desproporcionado con la calidad del servicio recibido.
Siendo él un funcionario público, decidió ventilar su disgusto en el parlamento y no ante la entidad estatal creada y obligada a atender este tipo de reclamos, la Dirección de Protección al Consumidor.
El diputado se precipitó al señalar que todos los hospitales privados abusaban del pueblo hondureño con sus cobros excesivos. Es muy común generalizar, pero no es correcto.
Quizás el pueblo hondureño comete el mismo error al decir que todos los diputados de nuestro país son delincuentes de cuello blanco.
Bajo ninguna de esas circunstancias es justo generalizar. Cada clínica y cada diputado tienen que ser individualmente evaluados antes de atrevernos a emitir juicios sobre ellos.
Ahora todos los hospitales privados, sin merecerlo, comparten el desacertado descrédito de estafadores que también tienen los diputados.
Diputado Sabas, lleve su reclamo a la Dirección de Protección al Consumidor. Alli podrá ser atendido como cualquier ciudadano. Allí también podrá dar pública cuenta sobre la calidad de servicio que esa institución brinda a los que allí acuden a ventilar sus reclamos.
Esta crisis personal del extovertido parlamentario, ha abierto una gigantesca oportunidad para que nuestras autoridades hagan un pacto de solidaridad con el pueblo hondureño.
Aprovecho pues, este vital momento para pedir al diputado, a los restantes padres de la patria, a sus suplentes, a los diputados del Parlamento Centroamericano, a todos los funcionarios de los tres poderes del Estado, a los alcaldes y a todas las corporaciones municipales:
De ahora en adelante solo usen los servicios de los hospitales y centros de salud públicos y del Instituto Hondureño de Seguridad Social.
Allí acude el 85% de la población. Son más de siete millones de compatriotas que con urgencia necesitan que ustedes vivan en carne propia lo que ellos deben soportar cuando tienen quebrantos de salud.
Háganlo durante el resto de su periodo de gobierno. Así ustedes velarán por el buen uso de los presupuestos allí asignados. Además, podrán velar por la calidad de las atenciones que corresponden en el cumplimiento del sagrado artículo de nuestra Constitución que nos reconoce el derecho a la salud.
Artículo 145: Se reconoce el derecho a la protección de la salud:
Es deber de todos participar en la promoción y la preservación de la salud personal y de la comunidad.
Verán entonces que nuestra Constitución no establece la gratuidad del servicio. Por ello establece la regulación de los servicios de salud públicos y privados.
Como ex funcionario de la Secretaría de Salud, como usuario de los servicios de los hospitales y centros de salud de mi pais, les pido desde lo más profundo de mi corazón que acepten mi propuesta.
Este pacto de solidaridad nos favorecerá a todos.
Un país más saludable está en sus manos apreciables funcionarios.
