Oferta universitaria, demanda social y empresarial

Por: Mario E. Martin

Tegucigalpa.- En la medida que nuestro modelo de desarrollo se pone a prueba o se afirma, la relación de oferta y demanda de la formación profesional y el desempeño universitario tiende a cambiar, o por lo menos debería.  

Como seguimos en franca evolución del modelo prevalente en los 60 a la nueva onda de neo capitalismo y globalización, salvando cualquier drástico cambio en conducción política, sería poco realista mantenernos inflexibles ante semejante y dinámica tendencia de cambio y el ranking por el que se nos mide.  Estas observaciones trascienden la coyuntura actual de presiones sociales y políticas tendientes a alterar la evolución de reforma universitaria que comenzó con la nueva ley de reforma universitaria.  La visión a futuro espera que esta coyuntura no va a alterar la evolución positiva de la educación superior en el país.

Ha sido evidente que, empujado por las iniciativas al crear las universidades privadas a finales de los 80, nuevas disciplinas se han abierto, siguiendo el mercado, empujando nuevas carreras en las universidades del estado, siguiendo a las primeras.  En esta instancia ha sido efectivo el análisis e intervención del Consejo de Educación Superior y las demás instancias de la UNAH, en franca recuperación, como ente orientador para asegurar que El Nivel está formando los recursos profesionales que el país necesita.  Asi vemos que las orientadas a administración, de proyectos, empresas, turismo, sistemas y similares, todas sirven la creciente demanda de formar profesionales para el modelo económico emergente.  Y apreciamos que el producto que estamos graduando es competitivo aun a nivel internacional.

Se dice que las primeras carreras en desaparecer al instaurarse un régimen de derecha, conservador, militarista, o autoritario, como fue el caso de Pinochet en Chile, incluyen las de formación social, sociología, principalmente.  Asi, conversamente, las primeras en aparecer en nuestro modelo de desarrollo emergente, son las empresariales, y administrativas, principalmente.  Y asi, atendiendo el modelo, vemos surgir las orientadas al turismo, ingeniería de sistemas, industrial y en algunos casos promoción social.  Es notable que, atendiendo la demanda del modelo, las carreras que no cambian en la oferta, incluyen las tradicionales relativas a medicina, leyes, ingeniería, y similares.  Caso interesante es que economía, la tradicional, parece haber perdido demanda últimamente.

Sostenemos entonces que, dada la innegable predominancia del modelo de desarrollo, es necesario que la academia, fiel analista y conocedor de la sociedad y sus necesidades, se ponga de acuerdo sobre que carreras deben promoverse, si es que sigue pretendiendo atender los intereses nacionales y de la competitividad.  Si no en forma unánime, por lo menos en consenso con los grupos responsables de dirigir la educación.  Indefectiblemente a nivel operativo y democrático descansamos en primera instancia en el Consejo de Educación Superior formado por los representantes de todas las universidades, según la respectiva ley de 1989 como instancia lógica para el debate y adopcion de prioridades en El Nivel.

Ante la cambiante y dinámica situación de la formación profesional y las iniciativas promovidas por el gobierno y la empresa privada para acelerar el desarrollo, el Plan 20/20 siendo uno de ellas, surgen, además de las continuas necesidades clásicas y el obvio interés de mejorar el recurso humano, nuevas áreas profesionales que demandan atención por los gestores de los centros de educación superior: la creatividad tecnológica, el diseño y los sistemas constructivos, servicios a las empresas y eficiencia de gestión pública y privada.  En esta última área, parece evidente la necesidad de inducir en la formación profesional los novedosos conceptos de las APPs.  Al mismo tiempo, fortaleciendo las instituciones del Estado, actualizar la visión, nuevos conocimientos y habilidades en los profesionales en administración pública, leyes y finanzas.

Inquietudes en ese sentido se perciben en el mundo académico, propuestas de actualizar carreras de arquitectura y afines, por ejemplo.  El mercado ahora está requiriendo que el profesional de la construcción entienda conceptos básicos de desarrollo territorial, gestión, viabilidad, ambiente y sostenibilidad de las inversiones, aporte comunitario, plus valía y normativa regulatoria ahora exigible internacionalmente para competir.  Las carreras de medicina, ahora liderada por 3 universidades y enriquecida por visiones amplias de especializaciones y métodos, ha venido evolucionando diversificando los centros, programas y recursos y manteniendo el prestigio académico que al país se le reconoce en la región.

Enfrentamos ahora la necesidad de ordenar y reordenar la condición de la Universidad de Agricultura, bastión para el desarrollo del sector fundamental y socialmente decisivo de la mayoría de la población.  Creemos que esta es la oportunidad de primero capitalizar su base conceptual y amplias relaciones internacionales y segundo definir como caso demostrativo, una política estatal sobre la educación superior fortaleciendo la capacidad administrativa de los centros, por lo menos los estatales.

La función de la academia está siendo cada vez más importante no solo para analizar el estado y avance de la Nación sino también para orientar su desarrollo. Esta instancia evolucionada de profesionales y funcionarios con capacidad analítica y gran influencia ejercida a través de sus estudiantes, es en efecto la reserva visionaria del país y conviene tratarla de esa manera.Se invitan comentarios a: marioemartin69@gmail.com

spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_imgspot_img