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Municipios fronterizos con el triángulo norte, Nicaragua y Colombia con mayores índices de violencia

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Tegucigalpa – Dentro de los nuevos hallazgos que revela el último informe del Observatorio de la Violencia de la UNAH destacan 54 regiones denominadas como «municipios rojos», que concentra el mayor número de homicidios en el país y son colindantes con las fronteras que comparte Honduras con El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Colombia, estos dos últimos en sus costas marítimas.
 

De acuerdo al análisis del Observatorio, la violencia comienza a desplazarse hacia el contexto rural, aunque siempre prevalece más en las cabeceras y centros urbanos. En el 2013, cinco departamentos presentaron las mayores tasas de homicidio en el país.

Estos departamentos son Cortés con una tasa de 133.3 por 100 mil habitantes; Atlántida con 115.1 por 100 mil, Yoro con 105.3 por 100 mil, Colón 83.8 por 100 mil y Ocotepeque con 80.8 por 100 mil habitantes.


La tasa nacional promedio es de 79 por cada cien mil habitantes para el 2013. El Observatorio indica que el año pasado se cometieron 6,757 muertes violentas para un promedio de 19 víctimas por día. El Observatorio contempla una reducción del 6,5 por ciento en relación al 2012 cuya tasa fue de 85 por 100 mil personas.

En el caso de las cabeceras departamentales de estos cinco departamentos, la mayor incidencia de muertes violentas se presenta en aquellas zonas de concentración poblacional y desarrollo económico como San Pedro Sula, el Distrito Central, El Progreso, La Ceiba, Choloma, Puerto Cortés; Comayagua, Tocoa, Yoro y Juticalpa, entre otros. Estos municipios, a excepción de Choloma, Puerto Cortés y El Progreso no son cabeceras departamentales.

El desplazamiento a lo rural

En la zonas rurales, por ejemplo, destacan el caso de Gracias a Dios o la Mosquitia, donde la cabecera Puerto Lempira presenta una tasa de 55.4 homicidios por 100 mil personas y el resto de sus municipios alcanzan una tasa de 56.8 por 100 mil habitantes.

Igual que en años anteriores se mantiene el desplazamiento de la violencia en departamentos fronterizos como Ocotepeque que tiene frontera con El Salvador y Guatemala, el llamado triángulo norte de Centroamérica, en tanto otros tres departamentos de la zona norte como Atlántida, Colón y Cortés con salida al océano Atlántico y con fronteras marítimas con Nicaragua, Guatemala y la proximidad marítima a Colombia.

Los 54 municipios rojos, en su mayoría se mueven en esta franja fronteriza que les hace denominarse también como «territorios calientes», concentran el 70.1 por ciento de las muertes violentas (4,735), de acuerdo al registro del ente académico universitario.

Estos hechos relevantes que aporta el Observatorio en la entrega anual de su informe, pretende según las autoridades, que con la aproximación al problema desde la magnitud y caracterización de los hechos, aporte a un mejor entendimiento de la realidad para que las autoridades gubernamentales, los sectores de protección, secretarías de Salud, Educación y justicia, junto a los gobiernos locales con la participación del sector académico, sociedad civil y medios de comunicación tengan los elementos que permitan impulsar las políticas y estrategias del caso.

El caso de Santa Bárbara

Aunque no está en los cinco departamentos con mayores índices de violencia en el 2013, todo indica que Santa Bárbara comienza a perfilarse ya dentro de ese corredor de la inseguridad. El año pasado, la cabecera de ese departamento, Santa Bárbara, presentó una tasa de 174.9 homicidios por 100 mil habitantes, mientras el resto de los municipios con 66.9 por 100 mil personas.

La tasa promedio mundial es de 8.8 por 100 mil habitantes según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Honduras hace más de ocho años que dejó atrás ese promedio y en los últimos cuatro años ninguno de los 18 departamentos se acerca a ese índice promedio mundial.

El arma de fuego en un 83 por ciento es el principal instrumento de muerte, insiste en sus informes el Observatorio de la Violencia que año tras año ha señalado que la ley sobre la tenencia y portación de armas de fuego le permiten un número excesivo a las personas y las estadísticas reflejan que el arma de fuego es el principal instrumento de lesión y muerte en el país.

Los posibles móviles de los homicidios siguen siendo en un 70 por ciento causas desconocidas, en vista que existe una debilidad en la investigación criminal en el país; en tanto un 13 por ciento de los homicidios los móviles responden al ajuste de cuentas que son ejecutados mediante la intervención de asesinos a sueldo (sicariato) y otras muertes son por riñas interpersonales.


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