Miopía energética

Jp Carías Chaverri

Los sistemas de energía pueden reflejar el carisma de los pueblos. Con las crisis de febrero del 2021 en Texas debido a inusuales tormentas de hielo, nos dimos cuentas de ciertos rasgos separatistas de este Estado con un sistema de transmisión desconectado del resto de Estados Unidos.

Esto influyó a que el apagón durara días. En cualquier otra parte de Norte América, donde existen sistemas que abarcan varios Estados y que están siempre interconectados con otros, la interrupción hubiese sido, en la mayoría de los casos, de mayor corta duración.

En Honduras, la actual crisis evidencia de nuevo la absoluta imposibilidad de pensar en el largo plazo. Esta habilidad, es comúnmente ligada al pensamiento estratégico, que usualmente los líderes deben tener o por lo menos tener a alguien con estas habilidades en quien apoyarse.

Pero si tenemos una nación en la que existe la incapacidad total de ponerse de acuerdo con la suficiente anticipación en los feriados del próximo año es previsible que quienes dirijan los destinos no vean más allá de sus narices. Miopía total.

La planificación de largo plazo otorga opciones, obliga a prepararse contra distintos escenarios, y prepara a los individuos, a las empresas, a las organizaciones, a los Estados a afrontar mejor el devenir. Desde hace mucho el cambio climático es una verdad científica y regresar a los apagones, que nunca se han ido del todo, pero que fueron mucho más acentuados en la crisis vivida en 1994-96, es muestra de una negligencia extrema, no sólo de este gobierno, sino de la clase política en general.

Es cierto que el contexto climático hace más compleja la planificación, pero de igual forma han surgido tantas e innumerables posibles fuentes de energía que no hay excusa posible. El liderazgo ha servido solamente para ganar elecciones, pero no para crear patria. Los políticos desoyen a los intelectuales, y en la intelectualidad no ha habido liderazgo. Ambas características son difíciles en un mismo hombre, como nos lo explica Marcos Carías en “La Memoria y sus Consecuencias”:

“La destreza intelectual aleja al individuo de la destreza necesaria para el ejercicio del mando porque se basa en una programación elaborada con frases interrogativas y tiempos verbales (añadido que denota largo avance en la comprensión de la materia) correspondientes a los modos subjuntivos y condicional. La diferencia es obvia con la programación establecida para adquirir la destreza en el ejercicio del mando elaborada a base de frases categóricas e impositivas, con empleo exclusivo del modo imperativo como forma verbal”.

Una lejana excepción fue Ramon Rosa (1848 – 1893), como nos lo indica otra vez don Marcos en el inicio del libro “Ramon Rosa, Obra Escogida” donde caracteriza al intelectual como “el pensador más representativo del positivismo liberal en Centroamérica y posiblemente el escritor que mayor influencia directa ha ejercido sobre el desarrollo político en un país del istmo… desde su cogobierno con (su primo) Marco Aurelio Soto en 1876-1883”.

Esta combinación virtuosa entre intelectualidad y liderazgo no ha podido repetirse con la suficiente frecuencia como para otorgarle al país un mejor porvenir. Y esta ausencia, se refleja en las penumbras de la crisis energética.

Y el contexto de desesperanza puede ser peor, indican analistas, por la antigüedad del sistema de transmisión. Las enormes torres de acero que recorren el país transmitiendo energía de alto voltaje, de subestación a subestación datan de tantas décadas atrás que necesitan renovarse.

En Estados Unidos los proyectos de transmisión toman de entre 7 a 10 años, desde que son concebidos en el papel hasta que finalmente son autorizados a iniciar su construcción, aunque hay algunos años adicionados en este balance por una excesiva burocracia de la que los empresarios del sector se quejan.

Aun así, es evidente que un proyecto de transmisión eléctrica no es un asunto de sólo hilar y coser, y podrá implicar que la crisis dure más tiempo, o bien, que Honduras sufra nuevas crisis en el futuro.

Entonces, ¿va este gobierno a remendar la cosa, tapar agujeros y mantener el barco medianamente flotando? ¿O va a tomar medidas de emergencia y también pensar en el futuro?

Desde hace cuántos años se viene clamando por la construcción de represas hidroeléctricas que solucionarían dos problemas, las inundaciones y la crisis energética. Pero el tema se posterga, se posterga y se posterga. Incomprensible.

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