Por: Luis Cosenza Jiménez
El 18 de octubre InSight Crime, un centro de investigación del crimen organizado, publicó un artículo de Héctor Silva Ávalos, en el cual dice que “las declaraciones del asesor de Hernández vuelven a poner sobre la mesa la sospecha de que la clase política hondureña, en general, ha estado ligada al crimen organizado desde hace varios años.”
Según la publicación, el asesor, don Ebal Díaz, ha brindado preocupantes declaraciones que, de ser ciertas, retratan un narco estado. Pero veamos las que supuestamente dijo don Ebal.
Según la publicación, don Ebal ha manifestado que “si nos vamos a poner a revisar cómo el crimen organizado permeó la sociedad en general y cómo puso dinero, puso diputados, puso jueces, muchos cargos, en el Ministerio Público y en todas partes, entonces agarrémonos todos, porque aquí hay de todos los colores.” Y agregó “hay una lista de extradición… vienen de todos los colores y si van a seguir hurgando la cosa seguramente van a salir ahí… gente muy cercana a los candidatos a la presidencia que se han tomado esto como una bandera y han empezado a hablar del New York Times y muchos familiares cercanos, y algunos candidatos cercanos en esa fórmula si están en la lista.” Terribles declaraciones que confirman la existencia de una lista que incluye nombres que no han sido revelados oficialmente. Dada la gravedad del asunto, me parece que los hondureños debemos exigir que se publique la lista que menciona don Ebal. Es lo menos que podemos pedir, si queremos evitar elegir a personas ligadas al crimen organizado. Resta poco tiempo para las elecciones. Es urgente esclarecer la situación a fin de que nuestra ignorancia termine favoreciendo a quienes han estado ligados al crimen organizado.
Continúa diciendo la publicación que “como acaba de aceptar el asesor presidencial Díaz, la infiltración no distingue ideologías, ni partidos. ‘Todos’, ha dicho el funcionario, están permeados. No parece casual, entonces, que las acusaciones salpiquen a los tres últimos presidentes del país: el liberal Zelaya y Lobo y Hernández, miembros del partido Nacional.” El artículo agrega que el desembolso de 750 millones de dólares de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte podría verse afectado por las “acusaciones de corrupción” contra la “élite política” de nuestro país. Y concluye diciendo que los fiscales del Distrito de Nueva York dicen que “a partir de las revelaciones hechas por el narcotráfico”, “Honduras es un lugar donde ‘el narcotráfico está patrocinado por el Estado’”. En otras palabras, según el artículo, nos hemos convertido en un narco estado.
A la luz de esta alarmante situación uno debe preguntarse, ¿cómo podemos proceder con nuestra próxima elección sin esclarecer esta situación? ¿No debería el Ministerio Público, o el CNA, solicitar a don Ebal que entregue la lista en cuestión para luego hacerla pública? ¿No nos merecemos los hondureños saber quiénes de los candidatos han sido incluidos en la lista de quienes son reclamados por la justicia de Estados Unidos?
Recientemente la oposición ha publicado un documento que buscar deslegitimar las próximas elecciones, lo cual es grave para nuestra incipiente democracia. No obstante, los planteamientos de la oposición palidecen frente a la posibilidad de que elijamos a personas que han estado ligadas al crimen organizado. ¿Qué tipo de país tendremos entonces? ¿Un narco estado? Ya anteriormente he observado que, por otras razones, hemos pasado a ser un estado deshecho. Lo que ahora vemos nos llena de repudio y hastío. ¿Será posible que los hondureños simplemente agachemos la cabeza y aceptemos, sin chistar, toda la inmundicia que nos arroja la clase política? ¿No es hora de decir, ¡ya basta!?
No marchemos al despeñadero como mansos corderos. Mostremos que los hondureños somos diferentes, no por nuestra pasividad e indiferencia, sino porque exigimos que se nos respete y se nos trate como quienes somos, los soberanos de los políticos. Es hora de alzar nuestra voz de protesta y exigir que inmediatamente se publique la lista que menciona don Ebal. Caso contrario, no podremos quejarnos después de haber elegido a quienes están coludidos con el crimen organizado.
