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“Llegó la hora del Sur”

Por: Ernesto Gálvez

Tegucigalpa. “Juntos Podemos” y “Llegó la hora del Sur” son las consignas que sonaron en la sultana del sur en el lanzamiento de la precandidatura presidencial de uno de los políticos del Partido Nacional de mayor experiencia y que actualmente ostenta la presidencia del Congreso Nacional en dos períodos continuos; eventualmente, no se descarta que el Dr. Mauricio Oliva Herrera pudiese ganar las elecciones internas cachurecas y también las elecciones presidenciales, aunque en este artículo no analiza a fondo ambos eventos, sino solamente, lo que significa el sur de Honduras y su Golfo de Fonseca para el desarrollo nacional y regional.

Como analista del desarrollo y también como oriundo del sur del país, no puedo menos que reaccionar ante la idea de “la hora del sur” por lo siguiente:

a) El desarrollo de la zona sur es una agenda históricamente frustrada, especialmente en lo que se refiere a la conexión de la isla del Tigre con tierra firme y más recientemente, con el ferrocarril interoceánico Amapala-Puerto Castilla, a los que muchos políticos se refirieron y mintieron, a no ser la hizada de la Bandera Nacional en la Isla Conejo. Lo último que se tiene información es una propuesta de desarrollo del Golfo de la Cooperación Koreana, por encargo de la recién extinta COALIANZA, pero curiosamente, no se volvió a tocar el asunto.

b) La construcción del llamado “canal seco”, sin que se haya previsto su respectiva conexión marítima con el Golfo de Fonseca, es un proyecto desperdiciado que, más bien, es aprovechado por El Salvador, al facilitarle su salida e importación comercial marítima a través del mejor puerto de Centroamérica: Puerto Cortés. Por supuesto que el corredor de municipios de Comayagua, La Paz y Valle ha sido beneficiado y ahora es la vía rápida de conexión entre el sur y el norte, sin pasar por Tegucigalpa, es una maravilla; ahora ir de Choluteca a San Pedro Sula es cuestión de 4.5 horas, cuando hace un año era de 9 horas.

c) Un rezago de desarrollo en el sur, repercute negativamente en todo el país; contrario sensu, si desarrollamos el sur, se equilibra el desarrollo nacional; y si el modelo de crecimiento es un ferrocarril interoceánico, el salto cualitativo y cuantitativo, significaría dirigirnos hacia un país altamente competitivo en el comercio y el intercambio mundial, pues estaría conectado con los dos océanos mediante el canal seco carretero y la vía férrea, además de la apertura marítima con un verdadero puerto en Amapala, abierto al Pacífico.

d) El desarrollo de instalaciones portuarias en el Golfo de Fonseca que es más que urgente, sobre todo, ahora que los “Tigres de Asia” son economías potentes y crecientes, con mayores vínculos con Honduras, Centroamérica y el continente de la esperanza.

e) Un desarrollo estructural del sur, basado en el desarrollo portuario del Golfo de Fonseca, es una extraordinaria oportunidad de estructurar un Plan Trinacional que podría generar un liderazgo de Honduras ante Nicaragua y El Salvador, ofertando grandes oportunidades económicas para dichos países y haciendo un Plan de Uso Conjunto de la Bocana del Golfo que, según la Corte Internacional de Justicia de La Haya, debe ser compartido igualitariamente por los tres países. Un Plan Trinacional de utilización del Golfo es la clave para borrar las diferencias hasta ahora existentes, especialmente una histórica alianza, aunque no anunciada, pero sí visible, entre El Salvador y Nicaragua contra Honduras.

Pero, volvamos a lo político. El precandidato nacionalista Mauricio Oliva Herrera se ha dado cuenta que “llegó la hora del sur” es una consigna que le favorece doblemente. Primero porque la propuesta es original del primer precandidato a la Presidencia de la República originario del Sur; consecuentemente, el mensaje resulta ser creíble, con compromiso pues, un desaire sería catastrófico para su currículo político. En segundo término, “la hora del sur” es vendible para las otras regiones del país, ya que el argumento que desarrollar el sur es desarrollar el país, crea simpatía en todos lados.

El actual presidente del Congreso Nacional de Honduras tiene una ventaja adicional. Puede introducir algunas iniciativas al interior de algunos organismos regionales de integración centroamericana como el Foro de Presidentes de los Poderes Legislativos FOPREL, o sugerir a diputados hondureños al PARLACEN, alguna iniciativa relacionada con el desarrollo trinacional del Golfo de Fonseca, todo con la intención de darle contexto favorable a su propuesta política de desarrollo.

Pero el precandidato Oliva, en términos formales de política partidaria, tiene la ventaja de contar con la mayoría de los diputados de su partido, lo cual, es relevante, aunque no lo segura pues, todo dependerá de los niveles de credibilidad y aceptación que esos diputados aliados tengan en sus respectivos departamentos. La adhesión del movimiento MONARCA, liderado por Roberto Ramón Castillo Callejas es, políticamente relevante, ya que su fundador, Rafael Leonardo Callejas constituye, indiscutiblemente, el líder que hizo resurgir al Partido Nacional, después de continuas derrotas asestadas por el Partido Liberal, constituyéndose en el hizo revivir lo que todavía es el “voto duro cachureco” que orgullosamente proclama el “Chino Castillo”.  

Existe un par de ventajas adicionales que le da el hecho de poseer la investidura de presidente del Primer Poder del Estado y es que tiene acceso gratuito a los medios de comunicación  que frecuentemente lo consultan sobre temas políticos relacionados con su movimiento o partido, pero también sobre la agenda legislativa semanal que se ventila, en la cual tiene la oportunidad de aprovechar esos espacios mediáticos para abonar a su imagen de hombre preparado, informado, maduro, centrado y algo que él mismo lo programa: estar preparado para “dialogar y construir puentes, acuerdos y consensos con todos los sectores de la sociedad”.

Y, efectivamente, el Dr. Oliva se la ha jugado muy bien en el difícil arte del manejo legislativo y político con la fuerza de oposición más tóxica existente en el Congreso de la República: la bancada del partido LIBRE, que ha venido mostrando en estos dos períodos legislativos, las peores armas del ejercicio parlamentario, no sólo en el lenguaje, sino también en los actos cuasi-delictivos mostradas, tanto en el seno del hemiciclo, como en las calles y carreteras, alimentando y acrecentando la apología al odio y las contradicciones político-ideológicas del país. Ese ha sido el entorno donde Oliva le ha tocado presidir, mostrando sus mejores virtudes de inteligente conciliador o, al menos, como figura relevante para atenuar diferencias y discutir propuestas responsablemente, que, al menos, eviten daños mayores a la nación.

Finalmente, el hecho de ser el primero de varios precandidatos que se conocen en el espectro de los movimientos del Partido Nacional, le otorga una ventaja pues, como se dice popularmente: el que pega primero, pega dos veces. 

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