Madrid – La recuperación del defensor uruguayo Diego Godín, que recibió el alta médica este domingo después de perderse los últimos tres partidos por una lesión muscular, supone para el Atlético de Madrid algo más que recuperar una pieza para la defensa, ya que suman a un líder del vestuario para la semifinal de la Liga de Campeones contra el Bayern Múnich alemán.
Godín se lesionó el pasado 20 de abril en el arranque del duelo liguero contra el Athletic de Bilbao, un problema muscular en el muslo derecho que le ha dejado fuera de los dos compromisos ligueros siguientes y de la ida de semifinales de ‘Champions’.
Desde entonces, el ‘mariscal’ de la defensa rojiblanca ha visto su puesto bien cubierto por el francés Lucas Hernández, que le sustituyó ante el Athletic, el Málaga y ayer frente al Rayo; y por el montenegrino Stefan Savic, que hizo lo propio en la ida de las semifinales contra el conjunto alemán, en el que el Atlético mantuvo la portería a cero, como ha hecho en los últimos seis encuentros.
El mismo entrenador rojiblanco, el argentino Diego Simeone, ha insistido en que todos sus defensores pueden desempeñar las funciones defensivas con garantías y ha querido restar importancia a la ausencia de Godín, como una forma de valorar el trabajo de sus compañeros, que a todas luces ha sido excelente en el apartado defensivo.
«No estoy pensando en Godín en estos momentos. Estoy pensando en Savic, Lucas y Giménez, que son los que tenemos a disposición. Él seguirá trabajando sin ningún tipo de responsabilidad en cuanto a exigirlo para su mal. Si está bien, nos pondremos contentos. Si no, seguir con los chicos que nos están dando un gran trabajo», recordó Simeone antes del partido del Rayo.
Sin embargo, el ascendente del uruguayo en el conjunto rojiblanco va más allá de liderar los trabajos para que el guardameta esloveno Jan Oblak no sea exigido más de lo necesario. El charrúa es uno de los termómetros del equipo, junto con jugadores como el capitán Gabi Fernández determina el estado general del Atlético y es capaz de reactivar anímicamente a los suyos.
Godín ha disputado con el Atlético 29 encuentros de la Liga de Campeones en tres participaciones consecutivas, en las que ha anotado tres goles. De ellos, dos fueron en la edición 2013-14, en la que el Atlético alcanzó la final en Lisboa, en la que el uruguayo marcó el gol del 1-0 rojiblanco, empatado por Sergio Ramos en el célebre minuto 93, que permitió la prórroga y la derrota final rojiblanca por 4-1.
El uruguayo es un especialista en goles importantes, como el que anotó al Barcelona el 17 de mayo de 2014 y que dio su última Liga al Atlético en el Camp Nou.
Godín nunca ha escondido que el sueño de esta plantilla -que bajo el mando de Simeone ha conquistado una Liga Europa, una Supercopa Europea, una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España- es la Liga de Campeones.
«No vamos a tirar nada, vamos a seguir peleando la Liga hasta el final y en la ‘Champions’ tenemos una ilusión y un sueño muy lindo, que nunca lo escondimos y siempre lo dijimos: intentar ganar una Champions», aseguró el charrúa en febrero de este año, cuando recogió el Premio EFE al liderazgo deportivo.
Aquellas palabras fueron premonitorias. La Liga, que entonces parecía inalcanzable con un Barcelona que acumulaba puntos de distancia para el campeonato, está ahora más apretada que, nunca con azulgranas y rojiblancos empatados a puntos y el Real Madrid con uno solo de desventaja, a falta de dos jornadas para su conclusión.
La ‘Champions’, que entonces Godín identificó como «el camino más corto a un título», está a dos partidos, siempre y cuando el Atlético supere al Bayern en los 90 minutos que se disputarán el martes en el Allianz Arena de Múnich. Para ello cuentan con el 1-0 conquistado en el Calderón gracias al gol de Saúl Ñíguez y, desde hoy, con Godín y el belga Yannick Carrasco como posibles armas tras sus altas médicas.
