La cuestión de “Fondo”

Por: Julio Raudales 

Arreciaba el verano boreal en 1944 y comenzaba ya a vislumbrarse el ansiado desenlace del conflicto bélico que había puesto al mundo en vilo durante los últimos seis años. La mayoría de las naciones pertenecientes al recién creado Sistema de Naciones Unidas (incluida Honduras), habían enviado a sus delegados a la “Conferencia Monetaria y Financiera” realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods, una pequeña ciudad situada en New Hampshire, Estados Unidos.

Luego de tres semanas de negociaciones, surgieron algunos acuerdos fundamentales para el establecimiento de un nuevo orden mundial: La creación del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial), para apoyar principalmente a los países que quedaron destruidos por la guerra; la generación y puesta en marcha del Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT, hoy OMC); y la aparición de una especie de Banco Central o mecanismo de compensación internacional que al final fue llamado Fondo Monetario Internacional.

A propósito de este último organismo, vale la pena señalar que su estructura fue motivo de un acalorado debate entre dos de los economistas más prestigiosos de esa época: por un lado, el delegado británico John Maynard Keynes, proponía la creación de un órgano internacional de compensación, que emitiese una moneda internacional (Bancor) vinculada a las divisas fuertes y canjeable en moneda local por medio de tipo de cambio fijo. A través de este órgano, los países con excedentes financiarían a los países deficitarios vía una transferencia y de esta manera se tendría la ventaja de hacer crecer la demanda mundial y así evitar la recesión, lo que finalmente sería beneficioso para todos los países.

Pero EE.UU era el gran ganador de la guerra: su economía había dejado atrás la gran depresión del 29’ y crecía de forma pujante; poseía el 80% de las reservas mundiales de oro, era un país fuertemente acreedor y no quería estar obligado a gastar su superávit comercial en los países deudores, por lo que este plan no convenía a sus intereses y aprovechando su mayor influencia política y la situación vulnerable de los británicos, necesitados de créditos para superar la guerra, presionó para que el plan de Keynes fuera rechazado y se impusiera la propuesta del Secretario del Tesoro americano Harry Dexter White, de crear una institución financiera cuyo propósito fundamental fuera garantizar el equilibrio macroeconómico mundial.

En la actualidad, el FMI reúne a 188 países y su papel es fomentar la cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional; asegurar la estabilidad cambiaria e infundir confianza a los países miembros poniendo a su disposición temporalmente y con las garantías adecuadas los recursos provenientes de las aportaciones de sus socios.

¿Cómo se gobierna este organismo? Pues existe una Asamblea de Gobernadores que son los Ministros de Finanzas o Presidentes de Banco Central de cada país miembro, estos gobernadores eligen 24 Directores Ejecutivos que toman las decisiones a lo interno como otorgar un acuerdo a Honduras.

Pero no todos los miembros tienen el mismo poder, aquellos socios cuya economía es más grande poseen una mayor influencia en la votación. El delegado de Estados Unidos por ejemplo, tiene una ponderación de 16.74%, mientras todo Centroamérica, México, Venezuela y España, tienen un solo delegado cuyo voto apenas vale un 4.44%. Las decisiones se aprueban con mayoría calificada (70%) y aquellas sumamente importantes se aprueban con 85% de los votos, de tal manera que si EUA se opone, la decisión es vetada, ya que con su 16.74 puede evitar cualquier resolución que no favorezca sus intereses.

 

Hay cinco tipos de acuerdo que el FMI otorga a sus miembros: Los acuerdos de Contingencia o “Stand By”, que garantizan el uso de un crédito si un país se encuentra en problemas fiscales o cambiarios; los Acuerdos de Servicio Ampliado, que otorgan créditos de largo plazo a aquellos países que caigan en un problema grave debido a causas estructurales como deterioro de un sector importante para las exportaciones; el tercer tipo de acuerdos son los PRGF o Facilidad para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza (antes ESAF), que buscan los mismos objetivos que el acuerdo de Servicio Ampliado, pero mediante créditos blandos a países pobres (este es el acuerdo que Honduras busca cumplir ahora). Los otros dos son la Complementación de Reservas y la asistencia por catástrofes.

Será importante reflexionar sobre las implicaciones que han tenido para nuestro país los acuerdos y desacuerdos con el FMI, pero lo haré en próximas entregas.

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