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La campaña electoral del esperpento

Pedro Gómez Nieto

Esperpento es sinónimo de adefesio, de espantajo. También es el nombre de un género literario que fuera puesto de moda por el novelista y poeta español Ramón del Valle-Inclán, perteneciente a la generación del 98. En sus obras nos presenta una realidad deformada, grotesca, cargada de desatinos e incoherencias, llegando al extremo de humanizar a los animales y animalizar a las personas. Entre sus personajes encontramos prostitutas, artistas fracasados, mendigos, granujas, golfos, corruptos, traidores, amorales, hipócritas, personas sin principios… Visto lo visto durante la campaña electoral, el esperpento es un buen ejemplo para definirla y valorarla en su desarrollo; entre los personajes de dramaturgo español identificamos a políticos y pesebristas, abrazafarolas y cantamañanas, también a cucos. El cuco es un pájaro trilero. Parece que tiene pero carece de lo que presume; roba el nido a terceros antes que molestarse en hacerlo. Distribuye sus huevos por otros nidos antes que sacrificarse y empollarlos. El polluelo nace en nido ajeno y, a pesar de ser aceptado, arroja fuera a otros polluelos para tener mayor cantidad de comida de la madre adoptiva. Comportamiento similar presentan algunos políticos, vividores del cuento, mercenarios sin moralidad, que saltan de partido en partido, de ideología en ideología, buscando cuotas de poder cedido por terceros, a cambio de vasallaje temporal.       

Hace dos mil años el emperador Marco Aurelio se quejaba porque todo lo que escuchaba de sus generales eran opiniones; porque le presentaban perspectivas, puntos de vista; pero nadie le certificaba donde estaba la realidad, la verdad objetiva para tomar decisiones. Haciendo un somero repaso de la presente legislatura como antecedente, de la campaña electoral como esperpento, y el devenir que asoma por el horizonte, toma vigencia las palabras del emperador romano. Escuchamos el canto de cucos en medios pesebristas; verborrea hueca y toxica para contaminar al populacho; presumiendo de realidades que solo son deseos, perspectivas como mucho.

El problema de la soberbia es que coloca el orgullo delante del entendimiento y lo ciega. El político pierde el referente de que la política es una profesión de servicio a la sociedad, y no una herramienta para agarrar poder; para sacar del nido a los competidores, adaptando los medios al fin, el lenguaje al propósito mezquino. Mercenarios ideológicos que sacrifican principios y valores, incluso expulsando del nido a quienes le dieron su confianza. “¡Jamás había visto tanta torpeza! Me da mucho pesar haber escogido tan mal para mi primera participación política”, comentaba la aspirante a una diputación cuando se enteró que su candidato presidencial había renunciado, no solo a la candidatura sino a la presidencia del partido, para aceptar una cuota de poder en otra formación política que estuvo cuestionando gravemente durante la legislatura.

El próximo día 28 tendremos el viaje inaugural del Titanic, rebautizado como “Alianza del Pueblo”, torre de Babel ideológica, remake del esperpento protagonizado en 2017 por los mismos actores, cuya relación terminó como el “Rosario de la Aurora”. Esta vez será peor que la primera, solo es cuestión de tiempo. Decía Mark Twain que es más sencillo engañar a la gente que convencerlos después de que han sido engañados. No aceptan que apostaron por una estrategia suicida, que les conduce al iceberg; que el cuco adoptado aleja del nido al electorado. Escuchamos voces de reconocidos lideres que advierten del peligro. Es el caso de un exprecandidato a la presidencia por el partido Libertad y Refundación: “La alianza de Libre con Salvador Nasralla no está dando los números que se esperaban. De acuerdo con las encuestas, nacionales y extranjeras, esta alianza no ha mostrado una mejoría en la intención del voto, siendo el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, quien sigue encabezando todas las encuestas”.Repetir lo que otros repiten no significa que sea verdad sino la pertenencia al rebaño. Como en 2017, el mantra es que nadie les arrebatará la victoria. Lo contrario implica reconocer que nuevamente se equivocaron con el fichaje. Decía Simón Bolívar que un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción. Como en el evangelio de Lucas, 8:32, los dueños del partido inmolaran la piara en el despeñadero para luego victimizarse. El Armagedón de acerca. La guerra de guerrillas toma posiciones entorno a los centros de votación y de cómputo. Los Morlocks preparan la estrategia de tierra quemada para la noche de los cristales rotos.

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