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La autocensura devasta a la prensa en Honduras

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Tegucigalpa – No es nuevo que el periodismo enfrenta una amenaza persistente y creciente, y si bien es cierto no es un caso exclusivo de Honduras, si es realidad que según distintas fuentes es uno de los países más hostiles para el ejercicio del periodismo.

La represión, intimidación, descalificación e incluso violencia contra aquellos que buscan exponer la verdad, son desafíos constantes para los periodistas que viven un riesgo constante, por el simple acto de hacer su trabajo.

Las autoridades de los distintos poderes del Estado, en las distintas administraciones, tratan de callar la prensa en diferentes formas, ahora en la actualidad las redes sociales también se han convertido en un canal de ataque y descalificación para la prensa.

Si la prensa no está con las autoridades es considerada enemiga y constantemente, culpan a los periodistas de tergiversar sus mensajes y de calumniarlos o ser amarillistas.

La sensibilidad de muchos funcionarios con la prensa llega a extremos, para el caso el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo en varias ocasiones ha arremetido en contra de la prensa y ha advertido consecuencias.

Recientemente la precandidata del Partido Libre Rixi Moncada, se quejó que la prensa y medios de comunicación, atacan mucho al gobierno y llegó a pedir a sus simpatizantes “tener cuidado” con lo que escuchan en radio y televisión.

También la presidenta Xiomara Castro dio un giro en su estrategia de comunicación, potenciando a la Secretaría de Planificación Estratégica, con la responsabilidad de informar con diligencia y responsabilidad las estrategias de comunicación, publicidad, información y prensa a los Secretarios de Estado, Gerentes, directores y jefes de información de cada institución gubernamental, incluidos los medios de comunicación oficiales.

Osman Reyes, presidente del CPH.

Hostilidad

Honduras es uno de los países más hostiles en el mundo para la prensa, recordó el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras, (CPH), Osman Reyes, quien lamentó que muchos casos de asesinatos de periodistas simplemente pasaron al mar de casos que hay en impunidad.

“Estamos en la escala roja, es decir que Honduras es un país altamente riesgoso para el ejercicio del periodismo (…), cada año hemos ido cayendo en el Ranking de Libertad de Expresión”. Los registros indican que en los últimos años se han asesinado 99 personas entre periodistas, comunicadores y otras personas ligadas a los medios.

Seguidamente en entrevista con Proceso Digital, el presidente de CPH, anotó que la violencia contra los periodistas hoy día tiene a muchos de ellos bajo medidas de protección y lamentó que el Mecanismo de Protección, se haya debilitado, prácticamente por asuntos políticos que dejó a este ente sin el personal capacitado.

La violencia es tal que aun con medidas de protección se dio el asesinato de un periodista. Por lo que es urgente que el Mecanismo se vuelva a potenciar. “Esperaríamos nosotros que con las nuevas autoridades (de la Secretaría de Derechos Humanos) tengamos ese espacio para reactivar este mecanismo, que, aunque no en la medida que debería, pero estaba dando resultados, al grado que en Honduras más de 100 personas están protegidas por el Mecanismo”.

El periodista, abogó por el respeto para la prensa y dejar el descalificativo y el ataque, y por el respeto a la libre expresión y al derecho de la población de estar informada, porque al fin y al cabo la gente tiene su percepción y conocen cual es la realidad.

Se recalca que, según el Informe sobre la situación de los derechos humanos en Honduras de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, solo en 2023 sucedieron 145 ataques y 2 asesinatos contra periodistas. Además, la organización Reporteros sin Fronteras ubica a Honduras como el segundo país más mortífero para hacer periodismo. Asimismo ya en los primeros días del 2024, el monitoreo que realiza el Comité por la Libre Expresión (C-Libre) registra serias amenazas en contra de comunicadores.

Mario Cerna, fundador de Honduras Verifica.

Amenazas

Hay espacios cívicos de libertad que hay que cuidar porque actualmente incluso se dan amenazas desde cuentas falsas y muchos funcionarios que se van de frente con la descalificación de la sociedad civil, oposición y medios de comunicación, dijo el periodista Mario Cerna, especialista en información de plataformas.

Eso se ha visto en Honduras, con ataques a varios organismos, y se debe tener cuidado porque hay estudios que indican que de las agresiones digitales el 10 % se convierten en agresiones físicas y eso debe llamar a la reflexión sobre todo cuando se sabe que Honduras es uno de los países más peligrosos para ejercer periodismo, añadió en entrevista con Proceso Digital.

El profesional dijo que es importante cuidar los espacios cívicos e informativos y lo que está pasando en el país con algunos PCM, debe llamar a la reflexión porque para el caso así se inició en Nicaragua con mensajes de amenaza que luego se han concretado y “lo que se viene para Honduras va a ser un poco difícil sobre todo en términos de libertad de expresión “advirtió.

Julieta Castellanos, socióloga y exrectora de la UNAH.

Por su parte, la socióloga Julieta Castellanos, dijo a Proceso Digital, que “hay una expectativa para que la prensa no sea cooptada, y que tengamos acceso a la información”.

Añadió que es importante cuidar los espacios de libertades y que ojalá que no se consolide un régimen autoritario, y concentrador de poder, pero eso va a depender más de la ciudadanía porque hay amenazas a la libertad de expresión y amenazas veladas a instituciones que denuncian y a los periodistas y medios de comunicación e incluso están infundiendo miedo y ojalá que el miedo no se consolide, para que haya defensa de los derechos.

LEER: Periodistas hondureños enfrentan crecientes amenazas y violencia

Testimonios reales de amenazas, miedo y autocensura

El hecho de que muchos informes revelan que Honduras es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, para muchos esto queda en escritos o estadísticas que alarman, no obstante, hay quienes viven en carne propia lo que es vivir con miedo, y no poder dormir porque su vida corre peligro.

Desde que tengo las medidas por parte del Mecanismo de Protección y se interpusieron las denuncias, la situación ha mejorado un poco, pero no me confió, vivo con miedo y ahora tengo mucho cuidado, tampoco quiero ser mártir, dijo a Proceso Digital la periodista Yalile Dubon.

Yalile Dubon, es una periodista de Santa Rosa de Copán, Honduras, y en su testimonio ha revelado la difícil situación que enfrenta junto con otros comunicadores luego de haber denunciado diversas actividades en contra del medio ambiente en la región.

Dubon, quien ha sido atacada junto con otros cuatro comunicadores por su trabajo en la protección del medio ambiente, ha recibido medidas de protección judicial y policial. Sin embargo, su miedo es palpable y su vida ha cambiado drásticamente.

La periodista relató cómo han logrado a base de denuncias detener la deforestación en un área de aproximadamente 40 manzanas de tierra forestada, lo que ha generado represalias por parte de la Policía Municipal. Además, enfrenta constantes ataques por parte de instituciones locales.

Yalile, detalló que el impacto personal de esta situación es bastante fuerte, sobre todo porque las amenazas no han sido suficientes para su persona, sino que se han extendido hacia su hijo de solo 14 años, quien también está bajo medidas de protección por el Mecanismo.

Confió que ha experimentado noches sin dormir, pérdida de apetito y problemas de salud, incluyendo hospitalizaciones debido al estrés. Incluso su hijo de 14 años ha sido afectado, dejando de asistir al colegio y no poder ni salir a jugar con sus compañeros por temor a las amenazas.

A pesar de las medidas de protección, Dubon y su familia no se sienten seguros y han considerado mudarse de la ciudad. Mantienen su ubicación en secreto y rotan constantemente por seguridad.

Las amenazas continúan llegando a través de redes sociales, teléfono e incluso TikTok y Facebook. «Me las vas a pagar perra», destaca entre los muchos mensajes amenazantes que ha recibido y que algunos han logrado identificar de parte de autoridades municipales.

A Yalile no solo se le ha violentado el derecho a la libre expresión y el informar a su público, sino también el derecho al trabajo ya que algunos de sus espacios han sido cerrados súbitamente. Por lo que revela que “tiene miedo”, además ha optado por la autocensura y ahora considera que sus noticias son más “diplomáticas” con temáticas generales y sin mencionar ningún nombre que le pueda afectar.

Santa Rosa de Copán es una ciudad con serios problemas del servicio de agua potable y cada día este vital líquido escasea, al grado que hay colonias y barrios que ya no conocen el agua en sus llaves, sin embargo, la explotación del bosque y de los recursos naturales no cesan en la zona.

Es por ello que varios periodistas han alzado su voz, igual lo han hecho defensores del ambiente y la misma comunidad, pero las amenazas para estos grupos tampoco paran. No obstante, del temor recientemente se han dado algunas marchas en Santa Rosa de Copán para protestar por el daño ambiental.

Desde el Congreso surgen amenazas contra la prensa constantemente.

Bajo amenazas

Otro periodista que vive bajo amenazas es Roberto Mejía de Siguatepeque, quien ha sido objeto de intimidación y represalias luego de exponer presuntas acciones administrativas contrarias a la ley por parte de la alcaldía local.

El comunicador relató a Proceso Digital que sus problemas comenzaron en 2018, cuando fue víctima de un atentado con disparos en su casa, aparentemente como represalia por sus reportajes críticos y análisis periodísticos que realiza desde el inicio de su carrera en 2014.

En el transcurso del año 2023, al denunciar públicamente ciertas acciones administrativas que considera contrarias a la ley y a los procedimientos municipales, las autoridades locales tomaron represalias contra él. Estas represalias incluyen intimidaciones, llamadas telefónicas y mensajes acosadores, así como un citatorio por parte de la oficina legal de la municipalidad.

Mejía relata haber recibido amenazas tanto de políticos como de empresarios, lo que lo llevó a temer por su seguridad y la de su familia. A pesar de haber buscado protección policial y haber denunciado el acoso ante las autoridades de derechos humanos, siente que no ha recibido una protección adecuada y que sigue siendo vulnerable.

No obstante, si recibió atención en el Mecanismo de Protección de Periodistas “tengo medidas de protección desde el 20 de febrero del presente año y son por seis meses”, manifestó, pero coincide que otros colegas que gozan de medidas, señalan que eso no le da la tranquilidad para confiarse.

Las amenazas y la intimidación han tenido un impacto significativo en la vida de Mejía y su familia. Viven con temor constante y se ven obligados a tomar medidas de seguridad adicionales, como revisar constantemente su entorno y limitar sus actividades fuera de casa. Además, la situación ha afectado socialmente a Mejía, quien ha experimentado hasta el rechazo de algunas personas en su comunidad.

Ya que refiere que, en tono de broma, pero en serio le han dicho que andar con él es peligroso “porque cualquiera se puede ir en la chalana (ser también atacado)”.

Incluso ha llegado a contradecir a su familia (sus padres) que constantemente le sugieren que deje el periodismo, pero a pesar del miedo y la presión, Mejía, dice mantenerse firme en su compromiso con el periodismo ético y la denuncia de la corrupción. Reconoce los riesgos inherentes a su profesión, pero también la importancia de enfrentar los desafíos para exponer la verdad y promover el cambio en su país.

En el mundo contemporáneo, el periodismo enfrenta una amenaza persistente y creciente a nivel mundial, incluso en democracias aparentemente estables, el periodismo libre está bajo asedio. Los ataques verbales del más alto nivel político han creado un clima en el que los periodistas son vistos como enemigos del pueblo en lugar de guardianes de la información.

Algunos expertos apuntan que este ataque a la prensa es un ataque a la democracia misma. Y se espera que la prensa no sucumba al miedo, porque sin periodistas valientes dispuestos a enfrentarse al poder, la corrupción y los abusos florecen en la oscuridad. La represión contra los periodistas no sólo silencia voces individuales, sino que también priva al público de información vital para una sociedad democrática funcional. LB

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