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Julio Cesar, el militar y el mito en una exposición de arte en Ámsterdam

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Ámsterdam – Julio Cesar fue un legendario general, un orador con talento y un hombre de Estado, pero con un sangriento papel en el campo de batalla. Una exposición en el museo H’ART de Ámsterdam repasa la vida del conquistador romano, su alianza con Cleopatra, su asesinato y otros aspectos de su vida desde una mirada moderna.

Con unos 150 objetos artísticos e históricos, la pinacoteca neerlandesa representa a un personaje complejo y polifacético, que se debate entre héroe y villano, y que dejó un legado que sigue rodeado de mitos y victorias militares, fuente de inspiración tanto para Hollywood, como para Shakespeare o Napoleón.

La fama tan fascinante y controvertida que le acompañó en vida continúa más de 2,000 años después de su muerte.

Annabelle Birnie, directora del H’ART, señala que esta exposición “arroja nueva luz sobre su historia y brinda nuevos conocimientos con nuevas investigaciones”, para que, al final, el público pueda “ver su legado con otros ojos”.

La exposición cubre todos los aspectos destacados de su vida, como la forma en que asumió el estatus divino, con el árbol genealógico asociado, su relación con Cleopatra, la trama que condujo a su asesinato y el legado que dejó, después de convertir Roma en el imperio más grande del antiguo mundo occidental.

La muestra incluye un espectáculo visual: unas manos con dagas atacan a César, un hombre indefenso tirado en el suelo mientras lo continúan apuñalando. De repente, la pantalla cambia a un color rojo sangre y el legendario militar sucumbe a la agresión de sus rivales políticos; un asesinato que cambió la historia romana y que, en realidad, sigue rodeado de mucha incertidumbre.

“César deja de luchar. Con la mano derecha se envuelve la toga alrededor de la cabeza y con la izquierda deja caer los pliegues de la toga a sus pies para tener una muerte honorable. Muere por veintitrés puñaladas, cada una de un conspirador diferente”, se lee al final de la animación proyectada, unas palabras de la obra de Suetonio “Las vidas de los doce césares”.

La exposición, bautizada como “Julio César. Vine, vi y perecí”, se extiende hasta el 20 de mayo del próximo año y es la primera muestra que acoge la pinacoteca bajo su nueva marca, H’ART, dejando atrás el antiguo Hermitage de Ámsterdam con el que exponía hasta que rompió sus vínculos con el museo hermano en Rusia.

La exposición cuenta la vida del conquistador romano en nueve escenas, utilizando préstamos artísticos de museos italianos, neerlandeses y alemanes.

Se muestra a un joven nacido en la República Romana alrededor del año 100 a.C. en una familia prominente, pero no muy rica, y que hizo una carrera intrínsecamente militar y política, alcanzando la cúspide en los años 50 a.C. con su conquista de la Galia, en la actual Francia, Bélgica, y regiones aledañas.

El museo da una amplia atención a una teoría que señala que unos restos humanos y armas desenterrados en la zona sur de Países Bajos, y que datan de la época de César, muestran que el conquistador romano provocó una masacre en el río Mosa, aunque el museo subraya que no hay evidencia escrita de esto y los historiadores no siempre concluyen los lugares exactos a partir de los escritos del propio César, así que el debate queda abierto.

Sí se sabe que las sangrientas batallas que protagonizó provocaron un enorme número de víctimas, y los prisioneros de guerra y los civiles a menudo eran esclavizados y vendidos. Incluso haciendo caso a las estimaciones más conservadoras, sus hazañas se llamarían hoy crímenes de guerra, algo a lo que el museo dedica una sección separada.

Carlotta Caruso, del Museo Arqueológico Romano, que ha prestado objetos a esta exposición, señaló que César ha de verse como un hombre de su época. “El mundo parece dividido entre aquellos fascinados por su destreza militar, política y estratégica, y otros se centran en su arrogancia, imprudencia e inmoralidad”, agregó.

Tampoco hay una única respuesta al aspecto que tenía el conquistador romano: abundan los retratos, incluso en monedas o tallados en mármol, pero difieren entre sí.

Cinco cabezas buscan dar una imagen de César, a algunas les falta la nariz, tienen arañazos en la frente, una rotura en la barbilla o el pómulo dañado. No hacen más que reconfirmar las incógnitas que aún rodean los mitos y leyendas sobre Julio Cesar. EFE

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