¿Hacia dónde va el precio del petróleo?

Por: Luis Cosenza Jiménez

En 2014 el precio del petróleo sufrió una brusca caída.

Cayó de más de cien dólares por barril a veinte dólares. Desde entonces se ha recuperado parcialmente, cotizándose a cerca de cincuenta dólares estos días. Esa recuperación se ha dado, al menos parcialmente, debido a la reducción de la producción de los países que integran la OPEC, y de otros, como Rusia, que no integran dicha organización. La pregunta que se plantean los expertos es qué tanto más se recuperará el precio, y la mayoría concluye que probablemente la recuperación ya llegó a su límite.

De hecho, los pronósticos de la mayoría de los expertos sitúan el precio entre los cincuenta, como mínimo, y sesenta dólares, como máximo.  El precio del petróleo es una variable fundamental para nuestra economía, por lo que es importante que analicemos su probable trayectoria.  Permítanme compartir con ustedes algunos conceptos vertidos por los expertos.

En primer lugar, todos coinciden en cuanto a la importancia que tiene la producción de un nuevo grupo de actores, es decir, los productores que recurren a la fracturación hidráulica. Este es un nuevo método de extracción desarrollado en Estados Unidos y que inyecta agua a presión para fracturar la roca subterránea y así permitir la circulación y la extracción del petróleo. Inicialmente el costo de operación de estos pozos se ubicaba alrededor de los setenta u ochenta dólares por barril, pero los avances tecnológicos y organizativos han hecho económicamente viable la extracción aún a cincuenta, y hasta cuarenta, dólares por barril. 

De hecho, la producción en Estados Unidos está alcanzando niveles no vistos en muchos años, llegando actualmente a más de nueve millones de barriles diarios, y con la perspectiva de seguir creciendo hasta superar los diez millones.  Tanto Arabia Saudita, como Rusia, producen un poco más de diez millones, así que próximamente Estados Unidos les estaría igualando, y posiblemente superando.  Para colocar el tema en perspectiva, cabe mencionar que Venezuela, poseedor de las reservas petroleras más importantes, tan solo produce alrededor de dos millones de barriles diarios.

Pero volvamos al tema del precio.  La caída espectacular de 2014 se produjo por el exceso de oferta en el mercado, causada en parte por los productores que recurren a la fracturación hidráulica, a quienes llamaremos productores heterodoxos, para simplificar el relato. De hecho, la producción en Estados Unidos muestra un fuerte crecimiento en 2014, a pesar de la caída en los precios.  En ese momento Arabia Saudita decidió no reducir su producción para hacer caer el precio y así sacar del mercado a los productores heterodoxos.  Al no reducir Arabia Saudita su producción, tampoco lo hicieron Rusia y otros miembros de la OPEP, Irán e Iraq, entre ellos. 

Al final el resultado fue que algunos productores heterodoxos abandonaron el mercado, pero siempre hubo un exceso de oferta, lo cual hizo que los precios siguieran bajos.  Esto redujo los ingresos de los países productores de petróleo, quienes entonces se encontraron con dificultades para financiar sus presupuestos.  Al final, Arabia Saudita, Rusia y otros miembros de la OPEP no tuvieron más remedio que reducir su producción y el precio comenzó a recuperarse hasta alcanzar los cincuenta dólares. Actualmente el precio se ubica en un nivel un poco más bajo, $49.35 al momento de redactar esta nota.

Mientras esto ocurría, los productores heterodoxos adoptaron nuevas medidas e ideas para mejorar su competitividad, resultando que ahora su operación es rentable a cincuenta, y hasta cuarenta, dólares por barril.  Consecuentemente, la producción de Estados Unidos ha tenido un fuerte incremento y se espera que próximamente alcance niveles nunca antes vistos. 

Eso implica que la OPEP ha perdido el control del mercado y que la verdadera variable de ajuste ahora son los productores heterodoxos.  Si el precio aumenta, estos productores incrementarán su aporte, lo cual hará caer los precios, para suerte de los países importadores, como el nuestro. En pocas palabras, los expertos piensan que hemos arribado a una nueva etapa, con un precio estable del petróleo que oscilará alrededor de los cincuenta dólares por barril, y que podría ser aún más bajo, si continúan las mejoras de eficiencia de los productores heterodoxos.

Este pronóstico se vuelve más probable si tomamos en cuenta la caída en los precios de la energía fotovoltaica, que vendrá a sustituir algunos de los usos del petróleo.  En particular, los esfuerzos por producir autos eléctricos parecen haber comenzado a rendir fruto, si tomamos en cuenta la favorable acogida que se ha dado en Estados Unidos a los autos que fabrica Tesla. Resta que los fabricantes mejoren las baterías para estos autos, pero trabajan en ello y la experiencia nos enseña a no apostar en contra de los avances tecnológicos. Siendo esto así, parece razonable suponer que a futuro los autos serán principalmente eléctricos, lo cual reducirá la demanda de petróleo.  Si la demanda cae o se estanca, y si la oferta aumenta, entonces es razonable suponer que los precios del petróleo caerán.

Por supuesto que es posible que los expertos estén equivocados y que eventos extraordinarios e imprevisibles hagan que el precio del petróleo aumente sustancialmente.  Nadie tiene una bola de cristal perfecta.  No obstante, en este momento la mayoría de los expertos coinciden en cuanto a que el precio se mantendrá alrededor de los cincuenta dólares por barril.  A mi juicio, adicionalmente es razonable suponer que la demanda de petróleo caerá o se estancará. Una buena noticia para los países importadores, que generalmente son pobres, y para la conservación de nuestro ambiente.  Una buena noticia para todos.

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