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Gasto público sin rumbo real para reducir pobreza: Julio Raudales

Tegucigalpa- En relación a proyecciones oficiales sobre el optimismo oficial que proyectan un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hondureño del 4%, el economista Julio Raudales compartió sus reflexiones y algunas dudas porque considera que la cifre parece ambiciosa, especialmente cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha ajustado sus proyecciones globales a la baja.

Raudales explicó que el crecimiento proyectado del PIB del 4% es en términos reales, mientras que el aumento del presupuesto se presenta en términos nominales, es decir, incluyendo el incremento de precios. Esto implicaría que el gasto podría llegar a incrementarse hasta un 8%, combinando el crecimiento real de la economía y la inflación.

No obstante, Raudales planteó una pregunta clave para los hondureños: ¿cuánto de ese gasto realmente impulsa la economía y mejora la calidad de vida?

“Nos encanta hablar de gastar, pero lo importante no es solo gastar o ejecutar el Presupuesto al 100 %; se trata de la calidad de ese gasto y de cómo beneficia a la gente», afirmó el economista.

A su parecer, los fondos destinados a programas de reducción de pobreza, como la Red Solidaria, siguen siendo insuficientes y su ejecución es notablemente baja. «Si la calidad de vida de las personas más vulnerables no mejora, entonces, ¿para qué nos sirven estos programas?”, cuestionó.

Raudales advirtió que una gran parte del financiamiento para estos programas depende de fondos externos, los cuales se han visto demorados debido a la falta de aprobaciones del FMI, un retraso que podría estar afectando la llegada de recursos clave para la Red Solidaria. Aunque las revisiones del FMI se aprobaron recientemente, Raudales espera que los fondos realmente lleguen a quienes más lo necesitan.

Para Raudales, el problema no es exclusivo de esta administración: desde el inicio del siglo, el gasto público ha tendido a concentrarse en áreas que generan escaso crecimiento económico. «El gasto público se va en cosas que no dinamizan la economía. Para reducir la pobreza realmente, deberíamos invertir en sectores como el turismo, la agricultura, la manufactura y el comercio, que tienen un impacto mucho más rápido y efectivo”, dijo.

Finalizó con una reflexión sobre la ineficiencia de programas históricos de reducción de pobreza, como los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que han estado presentes en el país por 24 años sin mostrar resultados significativos. «Si no se logra eficacia, ¿para qué gastar tanto dinero? Honduras sigue atrapada en cifras alarmantes: 65% de pobreza y 45% de pobreza extrema. La pregunta no es solo cuánto gastamos, sino para qué y cómo lo hacemos», concluyó Raudales.LB

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