Tegucigalpa (Proceso Digital/Verónica Castro) – Las familias cafetaleras enfrentaron la crisis de precios del grano y las enfermedades en las fincas, reinventándose para lo cual aprovecharon sus cosechas procesando el producto y con ello crearon sus propias marcas, aunado a que cientos de hondureños emprenden el negocio de las cafeterías, lo que se ha provocado el incremento del consumo de café entre los hondureños.
Para 2015, la producción anual del café era de 7 millones de quintales, de los cuales unos 500 mil quintales se destinaban al consumo interno, para la cosecha 2020-2021, la cifra aumentó a unos 700 mil quintales, considerando que el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé) indica que el 10 % de la producción queda para consumo local y el resto se exporta.
Para muchas familias dedicadas al cultivo del café, el salto de producción al procesado fue obligado por las condiciones internas ante el aumento de plagas que provocó pérdidas históricas a la caficultura combinado con la baja de precios a nivel internacional, como lo relata Jolany Torres, administradora de una finca cafetalera en Olancho.
El café se produce en 15 de los 18 departamentos y en 221 de los 298 municipios a nivel nacional, Manto, donde está la finca de los Torres, no solo es uno de estos municipios cafetaleros, cuenta la historia que es uno de los primeros lugares donde se sembró café en Honduras.
Los Torres le rinde tributo a ese origen y desde 2018 comenzaron a procesarlo bajo la marca Café Origen.
“Nosotros venimos de una familia de caficultores con más de 40 años cultivando café, pero hemos visto que el mercado internacional cada vez más exige una diferenciación, entonces hemos aprendido procesos de postcosecha desde la recolecta hasta el tostado y la cata para asegurar que le entregamos al cliente un producto de excelente calidad”, indicó.
Marcas con historia
A finales de 1999, la familia Rubio, de Santiago Puringla, La Paz, incursionó en un mercado donde el consumo interno era bajo. “Café Rubio fue uno de los primeros cafés de palo que logró entrar a nivel de supermercados y tiendas de conveniencia”, recuerda Karla Rubio, gerente de mercadeo de Café Rubio.
“Desde hace tres décadas le hemos apostado al mercado local, en la actualidad, con el surgimiento de cientos de marcas, hace que haya bastante competencia de café”, dijo al señalar que ante esta realidad “le estamos apostando no bajar la calidad, a reinventarnos e introducir productos que puedan ser mezclados con el café”.
Para Karla el mercado local siempre será importante porque es lo propio, pero Café Rubio está viendo más allá, “como marca estamos tratando de salir y expandirnos, por ejemplo, en Estados Unidos estamos por medio de Amazon con el café clásico y el café Premium”, comentó.
Más cafeterías
Afortunadamente, en el país, debido a este despertar del consumo de café, cada vez más emprendedores se dedican a la venta de la bebida, como La Ruta1519, una cafetería ubicada en San Francisco de La Paz, Olancho donde distribuye Café Origen.
Rubén Núñez, coordinador regional de Ihcafé dijo a Proceso Digital que «el consumo interno es del 10 % de la producción, que este año puede ser de 7 millones de quintales oro, con un incremento del consumo de café de mejor calidad por las cafeterías que operan a nivel nacional».
En regiones altamente productoras del aromático, el número de cafés va en aumento. Un ejemplo es la región de occidente, especialmente en ciudades como Santa Rosa de Copán y Gracias en Lempira, donde sus plazas están rodeadas de cafeterías.
En otras ciudades, la cultura del café gana terreno poco a poco. En Omoa, Cortés, Leticia López fue de las primeras en llevar esta cultura de consumo con Café al Grano.
La joven de origen copaneco considera que la calidad de los productos que se ofrecen es esencial para ganarse a los consumidores, por lo que aprovecha cada oportunidad para perfeccionar su técnica de preparar el café mediante cursos de catación y barismo.
Las capacitaciones para el personal que prepara las bebidas cuentan además con escuelas de baristas privadas que permiten ofrecer a los consumidores, productos de calidad.
El Ihcafé ha puesto a disposición de los productores de café, una oferta de servicios de formación y capacitación mediante la Escuela Superior del Café (Escafé).
Pilar de la agroindustria
Aunque el consumo interno sigue aumentando, para la economía hondureña el café sigue siendo fundamental, es el principal producto de exportación.
El país vendió 6.2 millones de quintales de café (sacos de 46 kilos) de octubre de 2022 a julio de 2023 y recibió 1,269 millones de dólares, según datos de Ihcafé que proyecta cerrar la cosecha actual 2022-2023 con 7.2 millones de quintales del grano exportados y una generación de divisas de 1,600 millones de dólares.
En la cosecha actual el precio del quintal de café alcanzó un promedio de 203.07 dólares, mientras que en el mismo período de la cosecha 2021-2022 se cotizó a 238.53 dólares, lo que supone una reducción de 18.9 %, y una muestra de que los precios siguen con la tendencia a la baja en el mercado internacional.
El café representa para Honduras más del 5 % del producto interno bruto (PIB) y cerca del 30 % del PIB agrícola, según cifras oficiales, y la actividad cafetalera está en manos de unos 100,000 productores, de los que 90,000 son pequeños.
La Organización Mundial de Café (OMC), destaca a Honduras como el mayor productor de la región, cuya producción representa el 31% del total de café del Caribe, Centroamérica y México. VC
