Tegucigalpa – El Tío, Arnulfo Fagot Máximo, no es un capo cualquiera, sus nexos, su habilidad y su hambre en los negocios de la cocaína superaron por mucho a la ola de capos hondureños de su generación. Tras ser condenado a 33 años de prisión en mayo, sus abogados han buscado que el juicio en su contra se repita, pero, la solicitud ha sido denegada y la condena ha quedado en firme.
Durante una década fue el responsable de traficar miles de kilos de la droga al frente de una organización que tenía su base en la selvática Mosquita.
Anclado, entonces en Villeda Morales, ubicado en el cabo de Gracias a Dios, fronterizo con el mar Caribe y con Nicaragua, este señor de la droga tenía su centro en Klupki, una de las 15 aldeas del municipio, constituido eminentemente por pobladores de la etnia misquita. Desde allí El Tío tenía sus redes directas con la mafia colombiana, especialmente con los proveedores y extendía sus tentáculos en la ruta, desde el origen hasta llegar al norte, pasando por Guatemala y México.
Noé Montes Bobadilla.Sus grandes aliados en Honduras eran capos de la red de transportistas, pero con el cartel de los Montes Bobadilla, especialmente con Noé y su oscuro clan de la mafia, la relación era más estrecha.
Los Montes Bobadilla han operado en Honduras desde hace décadas, algunos de sus miembros ya han muerto, otros enfrentan juicios en los Estados Unidos y no son pocos los que huyen de la ley tras ser pedidos en extradición.
En ese andar, Fagot Máximo transportó tanta droga hacia los Estados Unidos que el juez de la Corte del Distrito Este de Virginia, Liam O ’Grady, le aplicó una condena de 33 años de cárcel. Las lanchas rápidas, los botes, aviones pequeños y hasta sumergibles, eran parte de la flota en la que Arnulfo Fagot recibía la droga colombiana en cuyos embarques, algunas veces le llegaban cientos de kilogramos y en otras hasta miles del polvo blanco, indica el informe emitido por la propia Corte del Distrito Este de Virginia.
El beneplácito
Las investigaciones también indican que él operaba sin preocupaciones porque en su tránsito contaba con el beneplácito de autoridades y políticos estratégicamente contactados de acuerdo con el corredor geográfico por el que se trasportaba la cocaína.
Aunque los detalles aun no son explícitos, si es sabido que él, en su testimonio explicó cómo logró pasar “desapercibido”.
Sus alianzas con los Montes y también con el sanguinario cartel de los Cachiros quedó relegado en sus quehaceres mafiosos porque pronto aprendió el funcionamiento del negocio y fue así como estableció su propia organización.
Otro centro de operación de Fagot Máximo era la comunidad de Francia, en Colón, zona atlántica, reportó la Corte. De ese punto la droga iniciaba las rutas desde el atlántico y por el corredor noroccidental hasta llegar a Guatemala y luego pasar a los carteles mexicanos, previo al último tramo hasta su destino final.
El Tío manejaba un bajo perfil en la Mosquitia y se amparaba en el favor de los lugareños, cuyas asistencias eran fomentadas por sus dadivas.
La captura
Pero a final de agosto de 2017 Arnulfo Fagot Máximo cayó en manos de las autoridades, mediante una operación efectuada en la comunidad de Puerto Lempira, siempre en Gracias a Dios.
En esos poblados, aislados del resto del país, El Tío construyó su vida entre haciendas, lujosas viviendas, siembras, ganado, siempre cerca del mar, en puntos estratégicos para el desembarque de la droga.
Las investigaciones de la agencia antidrogas de los Estados Unidos (DEA), indican que este capo hondureño recibió decenas de millones de dólares a través del negocio de la cocaína.
Cocaína desde el Mundial de Futbol
Sus negocios no solo incluían a los Montes Bobadilla y a Los Cachiros sino también a los Valle Valle en el occidente y a otros capos de la primera generación, la mayoría de los cuales guardan cárcel en los Estados Unidos tras ser extraditados.
Uno de los episodios que muestran su nivel de negocios y sus vínculos, ocurrió cuando acudió al Mundial de Futbol de Sudáfrica 2010, donde junto con Arnulfo Valle coordinaron la recepción en La Mosquitia de siete mil kilos de cocaína desde Colombia.
En un interrogatorio a Arnulfo Valle el fiscal le preguntó:
¿Hablaste con don Arnulfo Fagot mientras estabas en la Copa del Mundo de Sudáfrica?”
A esta pregunta Valle respondió: “Sí, señor. Estábamos en el mismo hotel, pero se fue antes que nosotros porque había un submarino con siete mil kilos de cocaína, y tuvo que venirse a Honduras para recibir la entrega”, afirmó.
En su testimonio relató que, desde Sudáfrica, el Tío se vio obligado a dejar el más importante evento deportivo del mundo para regresar a La Mosquitia hondureña ya que el cargamento de droga que llegaba desde Colombia había sido adelantado y él tenía que coordinar su recepción en la comunidad de Raya, Villeda Morales.
Él “se fue antes que nosotros porque había un submarino con siete mil kilos de cocaína, y tuvo que venirse a Honduras para recibir la entrega”, afirmó Valle Valle quien además dijo que de esa droga él le compro 500 kilogramos a Fagot Máximo y que la misma fue llevada hasta la frontera con Guatemala.
Fallido intento de aliviar su pena
Hace apenas unos días, tras el fallo que le condena a más de tres décadas de prisión, los abogados de Fagot Máximo han apelado buscando que el juicio se repita, pero el juez asignado Liam O´Grady denegó la solicitud, lo que reconfirma la firmeza de la sentencia.
Y es que Fagot Máximo no era un capo cualquiera, él abastecía y negociaba grandes cantidades de cocaína, su imperio duró poco más de una década hasta que cayó en manos de la ley. El guarda prisión como tantos otros extraditados, no son pocos los que esperan condena ni son menos los que desde tierras hondureñas engrosan la lista de los siguientes extraditables, en un ciclo que parece infinito.
