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Envueltos en multitareas militares celebran su aniversario

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Tegucigalpa – Enfocada en diversos roles, lejos de su función central, las Fuerzas Armadas de Honduras suman este jueves, su aniversario 195, centradas en el combate al narcotráfico, pandillas y maras, tareas policiales mientras las corrientes políticas buscan alinearlas a sus posiciones en las permanentes luchas por el poder en el país.

Las múltiples funciones que realiza el cuerpo armado de la nación, además de la defensa de la soberanía, se enfocan en la lucha contra el narcotráfico, combate a maras y pandillas, seguridad penitenciaria, protección forestal, dirección de programas agrícolas, apoyo sanitario, apoyo logístico incluso en el caso de los oscuros hospitales móviles, entre otras. 

Este accionar de “milusos” preocupa a expertos que señalan que la desvían de su misión fundamental, tomando en cuenta que es un cuerpo reducido.

Y a pesar de las últimas inversiones en materia de defensa, especialmente en el campo naval, los conocedores señalan que el poder de fuego militar de Honduras va reduciendo año con año la capacidad de disuasión que tenía antes, especialmente cuando su flota aérea estaba dotada de aviones polifuncionales de ataque y caza, ahora venida a menos.

Pero el generalato hondureño parece sentirse cómodo con sus diversas funciones, señalando que el pueblo hondureño requiere de sus disímiles tareas, especialmente las que tiene que ver con la seguridad y que ya dejan lesiones reñidas con el respeto a los derechos humanos como se han palpado en casos concretos. 

Pero un sector de la población rechaza que los militares se vean involucrados en la seguridad ciudadana, el cuido de los bosques, la salud y la seguridad de las cárceles, para citar algunas de las muchas tareas que les encomiendan, especialmente cuando se conoció de un programa gubernamental que los militares manejarían un proyecto agrícola por 4 mil millones de lempiras en varios años.

Lo anterior levantó un rebote entre organizaciones civiles y académicas, por considerar que esa función le correspondía a la Secretaría de Agricultura y Ganadería, así como a las asociaciones campesinas. Del lado militar respondieron que las leyes le asignan tareas de asistencia a los diferentes ministerios e instituciones públicas del país.

Institución creíble

El ministro de Defensa, general Fredy Santiago Díaz

Para el ministro de Defensa y exjefe de las Fuerzas Armadas, general Fredy Santiago Díaz, la institución armada tiene una alta credibilidad en la población, además de ser atractiva, profesional y responsable”.

Indicó que con la pandemia del COVID-19, los militares han demostrado su vocación de servicio a la población, por ello es la “institución con más credibilidad para los hondureños”, señaló el general en condición de retiro en diálogo con Proceso Digital.

“Nosotros no respondemos a intereses ajenos, sino a los del pueblo”, dijo Díaz quien ahora es ministro de Defensa Nacional, tras haber pertenecido un poco más de 40 años a las FFAA – “para mí es un honor seguir sirviendo a Honduras” -, dijo.

Sobre las críticas a los múltiples roles que la institución castrense desempaña, el ministro de Defensa indicó que estas “son temporales y que participar en ellas es producto de la preparación, profesionalismo y credibilidad” que tienen.

“Estamos para apoyar esas y las misiones que sean necesarias. Aspiramos a dejar un mejor sistema penitenciario y más desarrollo agrícola, el compromiso sigue siendo promover la prosperidad, sin embargo, sabemos cuál es nuestra principal misión, defender la soberanía del Estado”, señaló.

“Cuando se terminen las misiones asignadas, nuestros soldados deberán reincorporarse para continuar con la misión constitucional, porque el compromiso continúa firme”, concluyó el funcionario.

Factor de estabilidad

El analista nacional, Filadelfo Martínez.

El analista de la Fundación Democracia sin Fronteras (FDsF), Filadelfo Martínez, es del criterio que las Fuerzas Armadas son un baluarte visible e importante del sistema político hondureño, pero vulnerado por el crimen organizado.

Aunque en su opinión, no juegan el rol protagónico que desempeñaron en la década de los 80, siguen siendo un factor clave para la estabilidad del sistema. Sin embargo, enfrentan una serie de desafíos partiendo por el mismo concepto de seguridad que no es el mismo que se manejaba años atrás, para unos la seguridad debería descansar en el fortalecimiento de la democracia y para otros la seguridad está basada en el régimen de fuerza y autoritarismo, reflexionó en conversación con Proceso Digital.

Razonó que actualmente Honduras no tiene conflictos con países vecinos, aunque sí existen diferencias limítrofes y de temas diplomáticos, por ejemplo, la llegada de basura desde Guatemala a costas hondureñas.

“La amenaza del narcotráfico sigue siendo un tema fundamental, incluso unidas todas las fuerzas armadas de los países latinoamericanos no son capaces de enfrentar un enemigo poderoso como el narcotráfico, y hay que decirlo con franqueza, el cerebro del narcotráfico no opera en América Latina, opera en Estados Unidos”, sostuvo.

Insistió que las FFAA son vulneradas por el crimen organizado y probablemente más de los que se puede imaginar. “No sería nada extraño que en el futuro Honduras tenga un militar señalado por la DEA (Administración de Control de Drogas) en Estados Unidos”, agregó.

Revisión

El exministro de Defensa, Edmundo Orellana.

Para el exministro de Defensa y exfiscal general, Edmundo Orellana, se debe hacer una revisión sobre la ubicación de las Fuerzas Armadas en el sistema político hondureño, ya que a su juicio no deben ser involucradas en esos temas.

Orellana manifestó a Proceso Digital, que las “Fuerzas Armadas no deberían ser el pilar fundamental del país, ni de la Constitución de la República”, ya que esos roles deben corresponder a las instituciones civiles.

En ese contexto es del criterio que el involucramiento de las FFAA en acciones que le corresponden a la Policía Nacional no es más que la desnaturalización de las funciones del organismo militar porque se descuidan tareas que conciernen a la soberanía nacional.

El abogado Orellana, valoró acciones como la persecución de narcotráfico, como un apoyo válido para la Policía Nacional, cuando esa actividad tiene que ver con el tránsito por Honduras. Pero se tiene que saber que el ordenamiento interno no le corresponde las FFAA, remarcó.

“Las FFAA no pueden seguir persiguiendo hondureños, eso es una anomalía que tiene que ser resuelta”, indicó y agregó que esas responsabilidades internas que desarrollan los militares podrían interferir en el desarrollo de actividades más importantes como el resguardo de las fronteras y la soberanía nacional.

Aseguró que no cree que vaya a haber un deterioro abrupto o que se vayan a desplomar la imagen de las FFAA, porque ahora tiene una institución con mucha profesionalización y en la medida que se sigan capacitando habrá mejores resultados.

“Estos problemas no afectan a las FFAA como tal, pero si al prestigio de algunos militares de alto rango”, apuntó.

Finalmente dijo que involucrarlos en temas agropecuarios, penitenciarios entre otros, es un error que tiene que corregirse, porque los metieron en un problema innecesariamente, pues no les dieron el presupuesto que les prometieron y creo que los están utilizando de mampara.  

Debido a las multitareas, muchos oficiales militares en activo y en retiro están al frente o integran comisiones interventoras en materia penitenciaria, a cargo de las cárceles, Secretaría de Seguridad, el control y promoción de las Zonas de Empleo y Desarrollo de Promociones, en el Hospital-Escuela, Inversión Estratégica, Agricultura y Relaciones Exteriores, entre otras.

Las mediciones

-El presupuesto asignado a las Fuerzas Armadas en el actual ejercicio fiscal es de L. 8,477 millones.

-La aprobación de las Fuerzas Armadas hondureñas es de 35 por ciento de acuerdo con la última encuentra de Latinobarómetro.

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