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El que calla otorga y el que habla resiste

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. Cuando se trata de defender la democracia, todos somos periodistas.

El 3 de mayo se conmemoró el Día de la Libertad de Prensa, pero la región centroamericana no celebró esa fecha, la sufrió y la lloró.

Nicaragua notificó a la Unesco su retirada de la organización en protesta por la atribución al periódico nicaragüense La Prensa de su Premio Mundial a la Libertad de Prensa. Mientras tanto, la Unesco reafirmó su compromiso a «defender la libertad de expresión”, y desde La Prensa se volvió a calificar como “dictadura” a la administración Ortega-Murillo.

Tampoco fue motivo de celebración para El Faro, pues -según el Monitoreo de Agresiones contra Periodistas de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES)- hay una intención de capturar al menos a siete de sus periodistas.

Los directores de El Faro aseguran que tienen en su poder “información confiable” de que la Fiscalía General de la República prepara órdenes de captura contra periodistas del medio.

Los comunicadores también denunciaron ataques en sus redes sociales con “mensajes difamatorios y calumniosos por parte de usuarios ligados al oficialismo y funcionarios públicos con los que se pretende criminalizar al periodismo”. Argumentan que las medidas se deben a una investigación periodística relacionada con pactos entre cabecillas de pandillas y funcionarios del gobierno salvadoreño.

En la denuncia, APES establece que los periodistas sufren de acoso digital, difamación, calumnia, amenazas y declaraciones estigmatizantes.

Y es que la gobernanza de plataformas digitales es el nuevo tema sobre la mesa virtual cuando se habla de atentar contra la libertad de expresión.

Y, en el panorama nacional, en Honduras tampoco fue un día para celebrar. En nuestro país, las agresiones, lenguaje hostil e incitación al odio son el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué de cada día.

En la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025, Reporteros sin Fronteras alertó que Honduras se ubica en el puesto 142 de 180 países, un sitial que, de golpe, nos deja mudos…

Sobre el tema, el periodista Dagoberto Rodríguez, director de Radio Cadena Voces y Premio Álvaro Contreras 2025 nos compartió que: “la libertad de expresión y de prensa en Honduras no solo enfrenta desafíos estructurales y legales, sino también una creciente hostilidad que pone en riesgo la labor periodística y el derecho de la ciudadanía a estar informada. Defender estos derechos fundamentales es esencial para preservar la democracia y garantizar un debate público libre y plural”.

Esa “creciente hostilidad” de la que habla Rodríguez es un tema alarmante que se quiere poner en primera plana con el título de esta columna, pues el que calla otorga, pero el que habla resiste, y la prensa está llamada a resistir.

Rodríguez reflexiona sobre la situación actual de la libertad de expresión y de prensa, que a su criterio exige un compromiso firme de las autoridades hondureñas y de la sociedad en su conjunto para proteger y promover un entorno donde la prensa pueda operar sin temor a represalias, “y donde la libertad de expresión sea respetada y valorada como pilar de una sociedad democrática”.

Cuando de atentados y riesgos contra la prensa se trata, es insoslayable el enfoque de género, pues cuando los hombres la tienen difícil, las mujeres la tenemos peor…

“El mayor efecto que genera la violencia contra las mujeres con voz pública es la autocensura”, dice ONU Mujeres, y agrega que: “la violencia en línea por razones de género tiene efectos limitantes en la libertad de expresión de las mujeres con voz pública”.

En esa misma línea se pronunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a través de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión:

“Las mujeres periodistas tienen derecho a ejercer el periodismo libre de discriminación y violencia basada en el género. Las medidas legales y políticas para alcanzar este objetivo deben formar parte del marco más amplio de las estrategias dirigidas a garantizar el derecho a libertad de expresión e involucrar no solo la acción de los Estados, sino la cooperación de los medios de comunicación, las plataformas en línea, la sociedad civil y todas las demás partes interesadas”.

Por eso callar no es opción, porque el silencio implica consentimiento. Publicando, combatimos ese mutismo al que los gobiernos quieren someternos como sociedad organizada, comprometida y pensante.

Aún con los retos, aún con los riesgos, aún con este escenario que nos presenta mayo, mes en el que en Honduras se celebra el Día del Periodista y en el mundo el Día de la Libertad de Prensa, con una Nicaragua fuera de la Unesco por no aprobar la premiación a La Prensa; con periodistas salvadoreños denunciando posibles órdenes de captura y con medios de comunicación hondureños resistiendo, pues -como dicen los jóvenes, y la queso…

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