Diabetes, un mal que entra por los ojos y la boca

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Alrededor del 8,5% de los adultos de la población mundial padece diabetes y ya es la 8ª causa de morbimortalidad, medida en DALYs (Disability Adjusted Life Years), según muestran los datos del Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés); una enfermedad que va asociada al sobrepeso, la obesidad y al sedentarismo global

“Y solo en 2017 fallecieron 1,6 millones de personas como consecuencia directa de la diabetes”, señala el doctor Juan B. Soriano Ortiz, médico epidemiólogo del Instituto de Investigación del Hospital de La Princesa (IISP) y profesor asociado de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, quien CONECTA con efesalud.com para recalcar lo “sencillo” que resultaría su prevención en dos de sus tres variantes: tipo 2  y embarazadas.

El dulce ocaso de la juventud

“La diabetes, o aumento del azúcar en la sangre, es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona segregada por el páncreas que regula el azúcar en la sangre. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (incremento significativo del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.

Si tiene usted a mano su última analítica sanguínea puede revisar sus niveles de glucosa

Los niveles considerados óptimos en una persona sin diabetes son aquellos que muestran datos de 70 a 110 mg/dL en ayunas y de 140-145 mg/dL después de comer. La definición de la diabetes utilizada en las estimaciones médicas engloba a pacientes con glucemia igual o mayor a 126 mg/dl  en ayunas, o bajo medicación, o con antecedentes de diagnóstico de diabetes. Otros valores para hablar de diabetes serían la prueba de la hemoglobina glicosilada (parte afectada de glóbulos rojos que transporta el oxígeno de los pulmones) HbA1c, con datos iguales o superiores a  6,5%, o la glucemia plasmática a las 2 horas del test de sobrecarga oral a la glucosa, con valores iguales o superiores a 200 mg/dl.

Tres tipos de diabetes: insulinodependiente (tipo 1), de adultos (tipo 2) y gestacional (embarazadas)

La diabetes de tipo 1, también llamada dependiente de insulina, juvenil o de inicio en la infancia, se caracteriza por una producción baja de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Se desconoce aún la causa de la diabetes de tipo 1 y no se puede prevenir en base a los conocimientos científicos actuales. Sus síntomas consisten, entre otros, en la excreción desmesurada de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer de forma súbita.

La diabetes de tipo 2, llamada no dependiente de insulina o de inicio en la edad adulta, se debe a una utilización ineficaz de la insulina que produce el páncreas. Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física. Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero, a menudo, menos intensos.

En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse solo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido las complicaciones. Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en adultos, pero en la actualidad también se está manifestando en niños.

La diabetes gestacional o hiperglucemia que aparece durante el embarazo. Estas mujeres corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, tanto ellas como sus hijos corren mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro.

Consecuencias físicas de la diabetes: con el tiempo, puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los nervios, ojos y riñones 

  • Los adultos con diabetes tienen un riesgo dos a tres veces mayor de sufrir un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular (ictus).
  • La neuropatía de los pies (daño en el sistema nervioso periférico), combinada con la reducción del flujo sanguíneo, incrementa el riesgo de úlceras en los pies, infección y, en última instancia, su necesaria amputación.
  • La retinopatía diabética es la consecuencia del daño que va afectando a los pequeños vasos sanguíneos de la retina. El 2,6% de los casos mundiales de ceguera es
  • consecuencia de la diabetes.
  • La diabetes se encuentra entre las principales causas de insuficiencia renal.

La prevención de la diabetes: dieta saludable, actividad física diaria y dejar de fumar

Se ha demostrado empíricamente que algunas medidas, muy simples y sencillas de poner en práctica, relacionadas con el estilo de vida diario de las personas, son muy eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes de tipo 2 y la diabetes gestacional:

  • Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
  • Mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana. Para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más intensa.
  • Consumir una dieta saludable, que evite el azúcar y las grasas saturadas.
  • Evitar el consumo de tabaco, fumar, puesto que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Diagnóstico y tratamiento de la diabetes

El diagnóstico se puede establecer tempranamente con análisis de sangre relativamente baratos. El tratamiento de la diabetes consiste en una dieta saludable y actividad física, junto con la reducción de la glucemia y de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos. Para evitar las complicaciones también es importante dejar de fumar.

Entre las intervenciones que son factibles y económicas en los países en desarrollo se encuentran: el control de la glucemia, en particular en las personas que padecen diabetes de tipo 1. Los pacientes con diabetes de tipo 1 necesitan insulina y los pacientes con diabetes de tipo 2 pueden tratarse con medicamentos orales, aunque también pueden necesitar insulina; el control de la tensión arterial; y los cuidados podológicos.

Otras intervenciones económicas son: las pruebas de detección de retinopatía (causa de ceguera); el control de los lípidos de la sangre (regulación de la concentración de colesterol); y la detección de los signos tempranos de nefropatía relacionada con la diabetes”, informa y divulga el doctor Joan B. Soriano Ortiz.

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