spot_img

Día del periodista: Periodismo mudo, corrupción libre y justicia presa

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. La lucha anticorrupción se debe ver como una pirámide invertida, en donde el «qué» supere al «cómo», pero no se olvide del «quién».

Como periodistas, tenemos la responsabilidad de forjar una opinión pública que le quede grande al país. Debemos fortalecer las redes de prensa colaborativa a nivel internacional, porque cuatro manos escriben más rápido que dos.

Investigar y denunciar las redes corruptas de una región tatuada con la tinta indeleble de la impunidad será más fácil si trabajamos como una sala de redacción integrada, conformada por medios de comunicación, sociedad civil, ciudadanía

consciente y órganos persecutores del delito que no descansen hasta ponerle sentencia firme a la corrupción.

La pauta

Hay que quitarle el velo comercial a este flagelo. Lograr que se vea más allá de un tiraje, de buenas métricas, de rentabilidad…

Desmaquillar ese rubor amarillista que lo banaliza y vende como un espectáculo barato, pero mediático.

Nuestro deber es mantener la conciencia social, aun cuando pareciera que otros la perdieron.

El periodismo debe lograr la emancipación de la indiferencia, provocar una indignación positiva que reviva el repudio a la indecencia, porque si los corruptos son muchos, quienes estemos del lado del combate debemos ser más.

El estilo

Las y los comunicadores somos narradores y comentaristas desde el palco mediático; pero, además, arbitramos y jugamos en la cancha social. Ante este rol multidisciplinario, el silencio es el enemigo público del periodismo.

Pero no se trata solo de hablar, sino de ver a quiénes le damos la palabra. Los primeros en opinar deben ser los ciudadanos, no las autoridades. Esas voces que estorban a unos y conmueven a otros son las aptas para pregonar.

La lucha anticorrupción desde el enfoque periodístico comienza con un artículo a la vez. Un lector a la vez. Una denuncia a la vez. Exigiendo investigación y judicialización para construir sociedades incorruptibles donde la ética y la transparencia sean los platillos del día en la mesa pública.

El cuerpo

¿Cómo debe ser el periodismo y cómo debe ser el periodista anticorrupción? El periodismo debe ser humilde, pero los periodistas deben ser extraordinarios. Para hacer periodismo anticorrupción, primero hay que oler.

Ser sabuesos de las injusticias y luego denunciar, pues la denuncia es el principio de la esperanza.

Tenemos una nación en donde la Administración pública se debate entre lo ético y lo estético, con funcionarios disfuncionales que nos mantienen en un para nada presumible sitial 23 para «coronarnos» como el segundo país más corrupto de Centroamérica y el cuarto de Latinoamérica, según el reciente Índice de Percepción de la Corrupción (IPC).

Vivimos secuestrados por una institucionalidad que ataca a quien denuncia, no a los denunciados.

Desde 2014 a junio de 2023, el Consejo Nacional Anticorrupción de Honduras (CNA) ha presentado 149 líneas de investigación, de las cuales únicamente se han judicializado 27, cifras que siembran en el imaginario colectivo que es inútil denunciar, porque lo único que pasa es que no pasa nada, hasta el punto de que la corrupción ya no horroriza.

Mientras haya instancias como el CNA y prensa responsable que no se deje atrapar por esa estrategia de normalización de la corrupción, seguiremos exponiendo líneas de investigación y revelando el perjuicio económico al Estado, ese que nos obliga a regresar a casa sin medicamento, pero nos receta discursos; ese que alimenta con leyes los estómagos hambrientos; ese que nos adoctrina con ideologías sin clases en aulas destruidas. Así que no basta con saber que hay corrupción, ¡debemos denunciar!

Fe de erratas

La corrupción no admite corrección. Para los inmorales, refutar no está permitido. Cuando se ejerce periodismo anticorrupción hay cosas que no se preguntan, pero se hacen, porque esta lucha tiene que ser incontestable.

En un continente donde los periodistas, con las manos manchadas de tinta, viven con más temor que los corruptos y delincuentes, con las manos manchadas de sangre, es insoslayable que, aunque esta labor es social y colectiva, debemos ser de una sola pieza y santiguarnos de valentía.

Agenda propia

Con la impunidad como marca país, Honduras es uno de los «mejores» lugares para

ejercer el periodismo anticorrupción. Material hay de sobra.

Entonces, ¡que se aumente el tiraje! Porque en el país del Trans 450, del «carretillazo», del «tilín, tilín» de las monedas, de las pastillas de harina, de las «latas

móviles», de la corrupción en tiempos del COVID-19 y del expresidente extraditado… siempre habrá una oposición que no cerrará los ojos ni la boca, porque sabemos muy bien que, si el periodismo es mudo, la corrupción será libre y la justicia estará presa. ¡Prohibido callar!

Artículo de la autora incluido en el libro Ópticas de la corrupción, segunda edición, publicado en 2023 por el Consejo Nacional Anticorrupción de Honduras (CNA).

https://www.cna.hn/wp-content/uploads/2023/08/Opticas-de-la-corrupcion-segunda-edicion.pdf
Artículo anterior
Artículo siguiente
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_imgspot_img