Una depresión tropical se transforma en tormenta cuando sus vientos máximos sostenidos alcanzan los 63 kilómetros por hora.
El centro de la depresión estaba localizado a esa hora cerca de la latitud 13 grados norte y 42,5 grados oeste, a 2.045 kilómetros de la Antillas menores y se desplaza a 26 kilómetros por hora hacia el oeste-noroeste.
En la temporada de huracanes en la cuenca Atlántica, que comenzó el 1 de junio y se prolonga hasta el 30 de noviembre, se han formado hasta el momento dos tormentas tropicales, «Alex» y «Bonnie», la primera de las cuales llegó a convertirse en huracán de categoría dos.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA, por su sigla en inglés) pronosticó para la temporada de huracanes en el Atlántico la formación de 14 a 23 tormentas y entre 8 a 14 huracanes que descargarían su furia en EE.UU., el Caribe, Centroamérica y el Golfo de México.
Los meteorólogos han vaticinado una temporada «extremadamente activa», porque, de esos huracanes, entre 3 y 7 podrían ser de gran intensidad, con vientos superiores a 177 kilómetros por hora.